Una medición errada que viró ridículo mundial, una guardameta improvisada, hermanos -¡hasta cuatrillizos!- ganando medallas... Como cada cuatro años, los Juegos Panamericanos dejaron en Santiago algo más que preseas de oro, plata y bronce.
El récord mundial que no fue
La peruana Kimberly García, de 30 años, y sus perseguidoras terminaron inusualmente rápido la marcha de 20 kilómetros.
Ella hizo un descomunal tiempo de 1:12:26, cuatro y once minutos por debajo de los récords mundiales masculino y femenino.
Algo similar sucedió con la ecuatoriana Glenda Morejón (plata) y la también peruana Evelyn Inga (bronce), y varias atletas más.
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Lo ocurrido aquella mañana del 29 de octubre no se trató de una hazaña del deporte americano. La explicación es más mundana: el encargado de medir el trazado recortó por error alrededor de 4 km a la prueba.
"Es un papelón, ¿cómo vas a medir mal?", lamentó el director ejecutivo de Santiago-2023, Harold Mayne-Nicholls, en declaraciones a un medio local.
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La organización anuló los tiempos y el responsable pidió perdón y asumió su error, dijo el directivo días después.
"Quería hacer el récord panamericano y las chicas querían buscar, las que no tienen, marcas para los Juegos Olímpicos, pero todo está invalidado, entonces eso va a traer una molestia para todas", aseguró García.
Ganar y regresar a casa en metro
A diferencia de la mayoría de atletas, que regresan a sus hoteles o a la villa olímpica en buses o coches de la organización, el chileno Lucas Nervi volvió a casa en el metro de Santiago.
Lo hizo minutos después de haber conquistado el oro en lanzamiento de disco, celebrado la noche del 30 de octubre en el complejo deportivo del Estadio Nacional de la capital chilena.
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Viajó con rumbo a su hogar santiaguino con la presea dorada colgando de su cuello, mientras los pasajeros lo ovacionaban.
"El mejor. Cuando acabas de ganar un oro en Juegos Panamericanos y te vas para la casa en @metrodesantiago. Te cargamos la BIP!", escribió el Team Chile en su cuenta de X (antes Twitter) en referencia a la tarjeta que se usa para movilizarse en el sistema.
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Juegos familiares
Muchas medallas quedaron en familia...
Los cuatrillizos chilenos Abraham, los remeros Melita, Antonia, Alfredo e Ignacio, de 26 años, cazaron el oro en cuatro sin timonel femenina y masculina. Y obtuvieron todos juntos la plata en la prueba Mixto 8+.
Pero no fueron los únicos hermanos laureados en Santiago.
Los estadounidenses Erika y Adam Manilla ganaron la presea dorada en dobles mixto del ráquetbol y los chilenos Martín y Catalina Vidaurre fueron plata en sus respectivas pruebas de ciclomontañismo.
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"El jugar con mi hermana y ganar una medalla de oro, no hay nada que sobrepase esto", aseguró Adam Manilla, de 28 años.
Las hermanas mexicanas Daniela y Antonieta Gaxiola pisaron fuerte en el ciclismo de pista: entre las dos se llevaron el oro en velocidad por equipos y la plata en keirin, madison y persecución por equipos.
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Y los mellizos trinitenses Ahkeem y Ahkeel Boyd alcanzaron el bronce en Básquetbol 3X3.
A lo Enzo Pérez
Chile disputó la final de fútbol femenino sin arquera. Bueno, con una delantera asumiendo el puesto que dejaron vacante las porteras Christiane Endler y Antonia Canales, que debieron regresar a sus clubes europeos.
Endler, de 32 años, una de las mejores de su posición, sorprendió además al renunciar a La Roja después de que vencieran 2-1 a Estados Unidos en la semifinal.
Al golpazo del adiós de la 1 se sumó otra preocupación: los anfitriones quedaron sin guardametas naturales para la final contra México.
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Sin chances de inscribir una nueva arquera, la atacante María José Urrutia se puso los guantes, en una escena que recordó a cuando el volante Enzo Pérez atajó -lesionado, además- para el argentino River Plate en un choque de la Copa Libertadores-2021.
El Millonario tuvo una veintena de bajas por covid-19 y ni siquiera tuvo suplentes. Contra todo pronóstico derrotó 2-1 al colombiano Independiente Santa Fe.
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Aunque Urrutia, de 29 años, tuvo una actuación digna, Chile cayó 1-0 con México y se conformó con su primera plata.
Profetas en tierra ajena
En Santiago varios deportistas defendieron países distintos a donde nacieron y se criaron.
El cubano Santiago Ford, que recibió oficialmente la nacionalidad chilena en enero, le dio un oro a Chile en decatlón.
"Ellos eligieron que yo estuviera acá representándolos y creo que los dejé felices", dijo tras la victoria.
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El egipcio Shady El Nahas alzó el único oro de Canadá en judo.
La karateca ucraniana Anastasiia Velozo y los luchadores venezolanos Virginia Jiménez y Eduardo Bernal también participaron en nombre de los anfitriones.
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La colombojaponesa Nico Russi Ochiai, de apenas 12 años, representó a los cafeteros en skateboarding.
Mucho más experimentada, la jinete Yvonne Losos, nacida en Nigeria hace 56 años y de padres canadienses, fue la abanderada de República Dominicana.