Con menos épica que hace dieciséis años en Estambul, pero con parecidas dosis de locura, el Liverpool remontó el partido ante el Milan para empezar con un triunfo su andadura en esta Liga de Campeones (3-2).
Los 'Reds', que pasaron del 1-0 al 1-2, tras el gol de Tomori en propia puerta y un penalti fallado por Mohamed Slaha, en 180 segundos locos antes del descanso, enjaularon los tres puntos en la segunda mitad, cuando Salah y Henderson hicieron justicia en Anfield.
El gran partido de la noche del miércoles comenzó muy desnivelado, con el empuje de un público que volvía a escuchar la música de la 'Champions' en Anfield año y medio después, desde que el Atlético de Madrid les eliminara hace dos ediciones.
El Liverpool, mucho más equipo que el Milan, arrasó a los italianos durante media hora. Los maniató mostrando una superioridad insultante para lo que antaño fue un clásico del fútbol europeo. Trent Alexander-Arnold hizo la primera herida. Una pared por LA banda derecha con Salah que culminó con un centro que rebotó en Tomori y pasó por encima de Maignan.
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Se avecinaba goleada y el Liverpool avistó el segundo cuando Bennacer rozó un disparo de Robertson con la mano. El colegiado señaló el punto de penalti y Salah se estampó. Demasiada potencia y poca colocación para el egipcio, que disparó demasiado centrado y se encontró con Maignan. Tampoco pudo Robertson en plancha al rechace.
Se le escapaba vivo el Milan, que no hizo prácticamente nada hasta los tres últimos minutos de la primera parte. En apenas 180 segundos el Liverpool echó a perder toda su ventaja. Primero Rebic, que se aprovechó de un fallo en la marca de Joe Gomez, que tiró tarde el fuera de juego, para batir a Alisson por bajo, y más tarde otra vez el croata, ganándole la espalda a Alexander-Arnold, y regalándole el pase de la muerte a Alexis Saelemaekers. Al belga le sacó el disparo Robertson en la línea de gol, pero dejó el balón blandito para que lo empujara Brahim.
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Sin saber cómo, el Liverpool se había metido en un lío. La suerte para ellos es que pudieron reflexionar en el descanso y salir a comerse a los del Pipo Inzaghi. El asedio esperado fue tal cual lo esperaban las miles de almas de Anfield. No podía ser de otra forma.
Salah, Jota, Origi, Keita. Todos lo intentaron sin éxito hasta que el delantero belga, titular en lugar de Mané, tiró un pase filtrado por encima de la línea de defensa italiana para que Salah se quedara solo contra el portero y definiera de forma acrobática.
Estaba Anfield inclinado hacia la portería de Maignan, era cuestión de tiempo que llegara el tercero y lo forzó Jota, con un disparo a córner que desembocó en la jugada del 3-2. Saque de esquina de Alexander-Arnold, despeje de los milanistas en el primer palo y en la frontal, a bote pronto, Henderson la enganchó a la red.
Aunque lo intentó el Milán en los últimos minutos, en los que tuvo tiempo para debutar el hijo de Maldini, Daniel, el Liverpool amarró los puntos en casa y lidera ya el Grupo B, por encima de Atlético de Madrid y Oporto.