Las gerencias de los equipos de las Grandes Ligas esperaban anteriormente que un jugador demostrará su talento en el mayor nivel y buscaban la manera de negociar un contrato multimillonario cuando el pelotero se acercaba a la agencia libre o cuando ya se encontraba en el mercado, una tendencia que evidentemente ha cambiado en los últimos años.
Figuras como Alex Rodríguez, Robinson Canó, Gerrit Cole y Manny Ramírez, por mencionar algunos, tuvieron que llegar a la agencia libre para alcanzar acuerdos que los convirtieron en las figuras mejores pagadas del negocio, en tanto que otros como Derek Jeter, Miguel Cabrera y Giancarlo Stanton, recibieron grandes extensiones ya cuando habían disputado por lo menos cuatro temporadas en las Grandes Ligas.
Esa manera de hacer negocio parece haber quedado en el pasado y ahora los equipos están apostando por lograr retener durante el mayor tiempo posible a sus jóvenes y talentosas promesas, ofreciéndoles contratos a largo plazo, cuando éstos apenas han disputado su primera temporada y, en algunos casos, hasta antes de debutar en el mayor de los circuitos.
Antes del inicio de la pasada temporada, los Padres le otorgaron un acuerdo de 340 millones de dólares, por los próximos 14 años, al torpedero Fernando Tatis Jr., quien apenas había accionando 143 partidos, en parte de dos temporadas, ya que, en su año de debut, en el 2019, solo disputó 84 juegos fruto de una lesión y en la del 2020, recortada por el covid-19, estuvo en 59 encuentros, lo suficiente para convencer al equipo de San Diego de apostar por él en grande.
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Más recientemente, los Rays de Tampa Bay hicieron este tipo de movimiento con el prospecto de 20 años, Wander Franco, quien debutó en la pasada temporada y con 70 partidos en su currículum, convenció a la gerencia de ser el hombre adecuado para recibir un trato de 223 millones de dólares, 182 de ellos garantizados, por las próximas 12 campañas.
Uno de los casos más llamativos es el del jardinero Eloy Jiménez, quien firmó una extensión de contrato por 6 años y 42,5 millones de dólares con los Medias Blancas de Chicago, en el año 2019, cuando aún no había tomado su primer turno en liga grande.
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Este tipo de acuerdo permite a los equipos asegurar por mucho tiempo, o por toda su carrera, a quienes están llamados a ser sus estrellas por salarios relativamente manejables, como en el caso de Tatis Jr., quien por año recibiría un promedio de algo más de 24 millones de dólares, una cantidad que, posiblemente, de haber llegado a la agencia libre, sería mayor por temporada.
Otro punto que favorece a los equipos es que evitan los procesos de arbitraje, que suelen fracturar la relación que tienen con sus jugadores y, en muchos de estos acuerdos, alcanzan cláusulas que les permite pagar parte del dinero en diferido.
Además, en este tipo de acuerdo, los equipos pagan a los jugadores por lo que esperan que hagan en el terreno y no como solía ocurrir, que los peloteros conquistaban grandes montos en la agencia libre, por lo que habían hecho con sus equipos en temporadas anteriores.
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Como en toda apuesta, existen los riesgos potenciales, como lo son las lesiones, que son parte del deporte, el descenso del rendimiento de los jugadores o, en algunos casos, que estos no alcancen el potencial que se esperaba de ellos.
En todo caso, y tomando en cuenta todo lo que hay en juego, confiar en el talento de un jugador es algo que los equipos deben hacer para poder ganar y, si se trata de un beisbolista con talento y proyección, la apuesta, está justificada.