El futbolista del Barcelona Lamine Yamal, que anoche se convirtió ante el Betis (4-0) en el debutante más joven en disputar un partido de Liga con la zamarra del equipo azulgrana, aseguró que una vez saltó al Spotify Camp Nou se olvidó de los nervios que tenía.
Con 15 años, 9 meses y 16 días, este cadete de segundo año que juega en el juvenil A, fijó un nuevo récord de precocidad; siendo el futbolista más joven en jugar con el primer equipo azulgrana en el siglo XXI, el segundo en toda la historia del club, solo superado por Albert Almasqué, que el 13 de noviembre de 1902 jugó un partido oficial de la Copa Macaya con 13 años, 11 meses y 6 días.
Yamal, nacido en Esplugas de Llobregat (Barcelona), de padre marroquí y madre ecuatoguineana, un día después de esta hazaña atendió a los medios de comunicación del club azulgrana para valorar una noche en la que sintió "muchas emociones juntas", dijo.
"Estoy muy feliz por poder tener ese récord y espero batir más", apostilló el delantero, quien explicó que antes de saltar al campo el técnico Xavi Hernández le dijo que "cogiera confianza con los primeros pases".
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Lamine Yamal también agradeció el apoyo recibido por parte de todos sus compañeros, que, según reveló, la aconsejaron que "encarara" e hiciera lo que habitualmente muestra en los entrenamientos.
En los cerca de diez minutos que estuvo en el césped, el futbolista catalán se situó en la banda izquierda, si bien recordó que acostumbra a jugar en la derecha.
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"Dentro del terreno de juego donde me siento más cómodo es en el extremo derecho. Me defino como un jugador que a partir de tres cuartos de campo es muy creativo y con bastante habilidad", apuntó Lamine al ser preguntado por sus características.