La UEFA aseguró estar "orgullosa de llevar los colores del arcoíris, un símbolo que promueve todo aquello en lo que cree" y que "no es un símbolo político", sino un signo de su "firme compromiso con una sociedad más diversa e inclusiva".
"Es un símbolo que promueve todo aquello en lo que creemos: una sociedad más justa e igualitaria, tolerante con todo el mundo, independientemente de su origen, creencia o género", afirmó este miércoles.
En un comunicado, señaló que "algunos han interpretado como 'política' su decisión de rechazar la petición de la ciudad de Múnich de iluminar el estadio de Múnich con los colores del arcoíris para un partido de la EURO 2020".
"Por el contrario, la petición en sí era política, vinculada a la presencia de la selección húngara de fútbol en el estadio para el partido de esta noche contra Alemania", indicó.
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Para la UEFA, "el arcoíris no es un símbolo político", sino un signo de su "firme compromiso con una sociedad más diversa e inclusiva".
El martes, la UEFA rechazó la solicitud del alcalde de Múnich, Dieter Reiter, de iluminar hoy el estadio Allianz Arena con los colores del arcoíris en el partido de la tercera jornada de la fase de grupos entre Alemania y Hungría y propuso hacerlo en otras fechas.
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La petición del ayuntamiento de Múnich, según la carta que remitió a la UEFA, estaba "motivada por una decisión política que ha sido tomada por el parlamento húngaro", que aprobó una normativa que incluye prohibiciones como hablar sobre homosexualidad en los programas escolares y que ha sido calificada de "homófoba" por la oposición progresista y por ONG internacionales.
La UEFA respondió que según sus estatutos "es una organización política y religiosamente neutral" y que "dado el contexto político de esta solicitud específica -un mensaje dirigido a una decisión tomada por el parlamento nacional húngaro" debía rechazar la solicitud.
Pese a ello, propuso "a la ciudad de Múnich iluminar el estadio con los colores del arcoíris el 28 de junio, el Día de la Liberación de Christopher Street, o entre el 3 y el 9 de julio, que es la semana del Christopher Street Day en Múnich (celebración del día del orgullo gay)".
El organismo recordó que lleva años uniendo fuerzas con los clubes europeos, las selecciones nacionales y sus jugadores, lanzando campañas y un gran número de actividades en toda Europa para promover la ética de que el fútbol debe estar abierto a todo el mundo.
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También mostró su firme decisión a desempeñar su papel en el cambio positivo, con la creencia de que "la discriminación sólo puede combatirse en estrecha colaboración con los demás".
"Como organismo rector del fútbol europeo, la UEFA reconoce que tiene la obligación de unir y coordinar los esfuerzos de los aficionados y las instituciones de toda Europa, porque es responsabilidad de todos eliminar la discriminación del fútbol", insistió.
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Entre sus iniciativas en este sentido recordó el lanzamiento reciente de la campaña "Sign for an Equal Game", "que anima a los aficionados, jugadores, clubes, federaciones nacionales y otras partes implicadas en el fútbol a unirse a la lucha contra la discriminación".