En un duelo marcado por el tedio y el tacticismo hasta el último tramo, Rabiot y Kramaric, con sus goles, rompieron el aburrimiento y electrificaron un partido que Croacia y Francia empataron (1-1) después de la caída de ambas selecciones en la primera jornada de la Liga de Naciones ante Austria y Dinamarca, respectivamente.
A falta de Mbappé, lesionado, y de Benzema, una de las múltiples variaciones de Didier Deschamps, la mayor atracción de Francia era ver de nuevo a Tchouameni, que jugó 62 minutos antes de ser sustituido por Kamara. Ante Dinamarca, el jugador pretendido por el Real Madrid, único que repitió en el once, rindió a buen nivel pese a la derrota (1-2). De nuevo, tenía otro escaparate para demostrar que a sus 22 años está preparado para jugar en un club grande.
Croacia era un buen rival para ponderar su fama. El cuadro balcánico es duro, rocoso y experimentado. Además, todavía no ha podido vengarse de la derrota que sufrió en la final del Mundial de Rusia 2018. Desde entonces, ambas selecciones se han enfrentado en otras dos ocasiones y siempre con victoria gala (4-2 y 1-2 en la Liga de Naciones).
Tchouameni se encontró con Luka Modric, homenajeado antes del duelo por su partido número 150 con Croacia. Quien puede ser su maestro a partir de la próxima temporada, se vio las caras con su posible alumno. Y, en esta ocasión, el duelo acabó en tablas para ambos.
Publicidad
El centrocampista francés no jugó con tanto desparpajo como ante Dinamarca. Correcto en la salida del balón y en las coberturas defensivas, en ocasiones fue demasiado tímido. Cumplió sin más, tal vez contagiado por un encuentro demasiado táctico en el que las ocasiones casi brillaron por su ausencia, sobre todo en el acto inicial.
Publicidad
Francia, sin Mbappé, Benzema y Griezmann, era otro equipo. Su "unidad b" es menos eléctrica y menos vertical. Por eso, en la primera parte apenas disfrutó de tres ocasiones: un disparo lejano de Tchouameni que despejó sin muchos problemas Livakovic, un mano a mano escorado de Diaby que también salvó el portero croata y un gol anulado a Nkunku por fuera de juego.
Ese fue todo el bagaje ofensivo de Francia. Por lo menos, pudo presumir de haber neutralizado a Croacia, que sólo disfrutó de una opción en las botas de Budimir, que se encontró con el cuerpo de un defensa en un disparo desde dentro del área. El equipo de Dalic, como Francia, también jugó con muchas caras nuevas.
De la derrota frente a Austria, se cayeron de la alineación seis nombres: Ivsic, Caleta-Car, Pongracic, Sosa, Pasalic y Kramaric. Y, los cambios, por lo menos en los primeros 45 minutos, tampoco mejoraron demasiado a Croacia, que en la segunda parte se llevó un palo a los pocos minutos de la reanudación. Ben Yedder frotó su lámpara mágica con una gran asistencia a Rabiot, y el jugador del Juventus definió con clase ante Livakovic para colocar el 0-1 en el marcador.
Croacia, con un tanto en contra, no tuvo más remedio que despertar de su letargo. O, por lo menos, intentarlo. Con Pasalic, Kramaric y Orsic en el terreno de juego, pasó a dominar el juego, aunque aún recibió un susto de Griezmann, que falló un mano a mano ante Livakovic.
Publicidad
Entonces, el combinado balcánico se llevó el premio del gol. Después de un zurdazo de Modric que salvó Maignan, Kramaric transformó un penalti cometido por Clauss, que derribó al delantero croata a los pocos segundos de salir al terreno de juego.
Publicidad
La imprudencia de Clauss equilibró la balanza y Croacia se lanzó a por la victoria. El aburrimiento que adormeció al público del estadio del Hadjuk Split durante 80 minutos pasó a un segundo plano y durante el último cuarto de hora el duelo se electrificó.
En ese tiempo, Griezmann, en medio de las intentonas croatas, pudo dar la victoria a Francia tras un error defensivo que no aprovechó el delantero galo. Y, en el otro lado, Croacia, aunque murió cerca de la portería defendida por Maignan, no volvió a disfrutar de una gran oportunidad. Al final, el 1-1, fue el resultado más justo para un duelo, en general, tedioso.