La selección masculina de fútbol de Bélgica está lista para un emocionante cambio en su tradición al entonar el himno nacional, la "Brabançonne", en los tres idiomas oficiales del país: francés, neerlandés y alemán. Este cambio refleja el compromiso de la Federación de fútbol belga con la inclusión y la diversidad, así como su respeto por las diferentes comunidades lingüísticas que conforman Bélgica.
La inspiración detrás de esta decisión proviene de las selecciones masculina y femenina de hockey sobre hierba en Bélgica, que ya cantan el himno en francés y neerlandés para honrar las lenguas predominantes en Valonia y Flandes, respectivamente. Sin embargo, la novedad radica en la inclusión del alemán, que es el idioma oficial en la región este del país, donde reside una comunidad de alrededor de 75,000 personas que hablan esta lengua.
Este cambio será puesto en práctica en el duelo entre Bélgica y Estonia, un partido crucial de clasificación para la Eurocopa 2024 que se llevará a cabo en el estadio Rey Balduino de Bruselas. Los jugadores de la selección belga de fútbol estarán acompañados por un coro y algunos aficionados mientras entonan el himno nacional en los tres idiomas. Además, la letra de la "Brabançonne" será retransmitida en las pantallas del estadio, permitiendo que los espectadores se unan a esta muestra de unidad lingüística. Los futbolistas estarán acompañados por un coro y por algunos aficionados y la letra de "Brabançonne" se retransmitirá mientras tanto en las pantallas del estadio.
Este cambio en la tradición ha sido bien recibido por los jugadores y la Federación de fútbol belga, quienes consideran que es una iniciativa importante. Jan Vertonghen, un defensa neerlandófono veterano que alcanzará su 150º partido como internacional, expresó su apoyo a esta decisión, calificándola como "una gran iniciativa". La inclusión de los tres idiomas oficiales en el himno nacional no solo es un acto de respeto hacia las diversas comunidades lingüísticas de Bélgica, sino que también simboliza la unidad y la diversidad que caracterizan al país.
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Este gesto es un recordatorio de cómo el deporte, en este caso el fútbol, puede servir como un puente cultural y unificador en una nación diversa. A medida que Bélgica avanza hacia un futuro en el que celebra su rica diversidad lingüística y cultural, esta innovación en el himno nacional refleja la voluntad de unir a todas sus comunidades en torno a un objetivo común: el amor por el fútbol y la patria.