"Buen regreso, Brasil; buen regreso a Río de Janeiro". Ese fue el grito herido este viernes de un par de hinchas de la Selección de Argentina, a la salida del estadio de Lusail, y luego de ese parto que resultó ser el partido contra Países Bajos, que se selló con un 2-2 en los 120 minutos y que posteriormente se llevaron los de Lionel Scaloni, en la definición por penaltis con un 4-3.
Además del festejo loco, desaforado, con mucho bullicio, sonido de tambor y algarabía de los argentinos por clasificar a las semifinales del Mundial de Qatar 2022; los hinchas de la albiceleste no desaprovecharon la oportunidad para burlarse de Brasil, que a primera hora lloró por la eliminación del certamen orbital frente a Croacia.
El día en Doha tuvo toque y sabor sudamericano. Con el correr de la fresca tarde en Doha y Lusail se dejaron ver en forma masiva los seguidores ataviados con gorros, pelucas y los colores de la auriverde y también de la albiceleste.
La mejor muestra de ello se observó en cada estación del Metro, en donde se armaron desfiles con rumbo a los imponentes estadios de Education City y de Lusail. Al primero llegaron uno tras otro los miles de brasileños, que se 'pusieron de ruana' los vagones, no pararon de mencionar el hexacampeonato en cada arenga, le mandaron mensajes a Messi y siempre trasmitieron una máxima confianza y fe, que se desvaneció después de que Modric y su corte los despidieron del Mundial de los cataríes.
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Al otro lado de la ciudad, incluso, en las afueras del estadio de Lusail se celebró entre brincos y abrazos cuando Marquinhos mandó el balón al palo y ahí los croatas le dijeron adiós al seleccionado dirigido por Tite y que tuvo como principal referente a Neymar, cuyo llanto al final del emocionante compromiso mundialista simbolizó el sentimiento de todos en el gigante sudamericano.
Para Argentina y todo su pueblo el duelo con Países Bajos fue de emociones fuertes, con celebraciones rabiosas de los goles de Nahuel Molina y de Lionel Messi, para después pasar a la tristeza, desazón y nerviosismo que provocaron las anotaciones de Wout Werghorst (a los minutos 83 y 90+11) y que forzaron 30 minutos más de lucha en el terreno de juego.
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Como es su costumbre, los fanáticos de Argentina, más allá de las adversidades y lo duro que les puso todo el conjunto neerlandés; siempre siguieron alentando y apoyando. Y ya cuando el tiempo se fue agotando y no hubo otra que la vía de los penaltis, en las tribunas se vieron rostros argentinos desencajados, llanto, manos juntas elevando plegarias al cielo y más. ¡Tensión total!
Fue ahí cuando dijo presente volando de manera certera Emiliano 'Dibu' Martínez, quien le paró los dos primeros penaltis a Van Dijk y Berghuis, allanando el camino de la victoria, más allá de la ejecución errada por Enzo Fernández. Ya la euforia total llegó luego de que Lautaro Martínez anotó el penalti definitivo, el de la trabajada victoria, el del paso a la semifinal y también el que les permitió continuar en carrera en el Mundial de Qatar 2022 y además, de llenar de burlas y bromas a los brasileños, que deberán alistar maletas y marcharse sin el trofeo que habían prometido en su tierra.
Mientras tanto, desde Lusail se escuchó con más fuerza ese cántico: "muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial..."
Y sí, Argentina sueña y goza gracias a que la opción de levantar el trofeo el próximo 18 de diciembre permanece intacta, mientras que Brasil llora desconsolada su eliminación.
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