La Liga francesa de fútbol comienza este viernes marcada por el gran interrogante sobre el futuro de su gran estrella, Kylian Mbappé, y con un inédito duelo de entrenadores españoles en dos de los principales banquillos.
Mbappé parece más fuera que dentro del Paris Saint-Germain, pero este melodrama no tiene aún un desenlace claro: si el club se puede permitir tener en la grada toda la temporada a uno de los mejores jugadores del mundo, si el propio Mbappé está dispuesto a pasar por ese trance o si finalmente el Real Madrid llegará con una oferta que eche el telón a este folletín parisino.
Esta temporada llega marcada por la revolución del PSG, que ha cambiado de técnico, optando por el español Luis Enrique Martínez, en busca de brillo internacional de primer nivel (ha ganado la Liga de Campeones y ha destacado en la selección española), experiencia que le faltaba al defenestrado Christophe Galtier, cuyo juego decepcionó.
Cambios radicales también en la plantilla. Se ha dejado atrás la apuesta por ilustres veteranos y se busca más el talento de jóvenes hambrientos. Leo Messi y Sergio Ramos encabezan la lista de salidas por final de contrato.
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El club tampoco cuenta con Neymar, aunque queda por ver si, ya con 31 años y cuatro temporadas más de un contrato muy caro, con un estilo de vida muy criticado y su largo historial de lesiones, algún equipo quiere, o puede, arriesgarse a ficharle. Otro ilustre veterano, Marco Verratti, podría estar también en la rampa de salida.
En cambio, han llegado Marco Asensio, Manuel Ugarte, Kang-in Lee, Gonçalo Ramos, Arnau Tenas y Milan Skriniar, entre otros.
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El PSG también ha buscado "afrancesar" su plantilla con dos campeones del mundo en 2018 con los "bleus": Lucas Hernández, ya incorporado, y Ousmane Dembelé, cuya presentación parece inminente. Y también intenta incorporar al atacante galo Randal Kolo-Mouani (Eintracht)
El objetivo de esta estrategia es claro: menos estrellas y más equipo, confiando en que la batuta de Luis Enrique, con experiencia en el desarrollo de jóvenes promesas, haga surgir un auténtico juego colectivo cuya carencia se reprochó a sus últimos antecesores: Thomas Tuchel, Mauricio Pochettino y Galtier, todos despedidos antes del final de sus contratos.
El resto de equipos, con mucho menos potencial económico que el PSG y otras ligas europeas, ha tenido que pescar en caladeros más modestos, sea por ser jugadores muy veteranos o jóvenes promesas.
Si Luis Enrique ha llegado a París, el también español Marcelino García Toral ha desembarcado en Marsella, el club más popular de Francia y el único en haber logrado una Liga de Campeones, en 1993 cuando todavía se denominaba Copa de Europa. Su principal fichaje es el delantero gabonés Pierre-Emerick Aubameyang, quien tratará de hacer olvidar al chileno Alexis Sánchez, el mayor goleador la temporada pasada pero que rechazó la oferta de renovación.
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También han llegado dos piezas poco utilizadas en el Atlético de Madrid (el brasileño Renan Lodi y el centroafricano Geoffrey Kondogbia), y los senegaleses Iliman Ndiaye (procedente del Sheffield) e Ismaila Sarra (Watford). Igualmente, vuelve de su cesión en el Almería el internacional colombiano Luis Suárez.
Marcelino es asturiano como Luis Enrique y también comparte la reputación de crear equipos bien organizados y conjuntados, aunque con estilos muy diferentes. Pero el técnico del equipo marsellés tendrá que solucionar un dilema muy complicado: contentar a la exigente afición con una plantilla que, a priori, está muy lejos de la del PSG.
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La pasada temporada, el Olympique quedó tercero a doce puntos del campeón, pese a tener el segundo mayor presupuesto, gracias al aporte de su propietario, el magnate estadounidense Frank McCourt, mucho menos generoso que los cataríes del PSG.
Segundo de la pasada temporada y a solo un punto del PSG, el sorprendente Lens que dirige Franck Haise, ha apostado por el joven centrocampista Andy Diouf (20 años), que llega del Basilea suizo a cambio de 15 millones de euros.
El Rennes, cuarto, se ha decantado por el talento local con las incorporaciones de Enzo Le Fée y Ludovic Blas.
El Lille, campeón de liga en 2021, espera mejorar su quinto puesto de la pasada campaña en la segunda temporada del técnico portugués Paulo Fonseca, bajo el cual el equipo realizó el considerado como el mejor juego de ataque del campeonato francés. El islandés Haraldsson, el argentinó Ignacio Miramón (ambos de 20 años) y el portugués Thiago Santos (21) son sus principales incorporaciones.
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Dos históricos en horas bajas, el Mónaco (sexto en la pasada liga) y el Lyon (séptimo), no se han reforzado mucho. El primero acaba de perder por lesión de ligamentos al suizo Embolo, una de sus referencias en ataque.
En cuanto al Lyon, con el histórico Laurent Blanc en el banquillo, se contenta con mantener a dos jóvenes talentos, Bradley Barcola y Castello Lukeba, aunque el primero de ellos es pretendido por el PSG.
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El Toulouse, flamante campeón de la Copa de Francia, afronta una temporada europea con el español Carles Martínez Novell al frente, en la que será su primera experiencia en un banquillo como primer entrenador, tras la destitución de Philippe Montanier.
También es destacable el retorno a Francia del defensa Benjamin Mendy, que llega al Lorient tras terminar su contrato con el Manchester City con la espera de reencontrarse con el fútbol y redimirse de sus graves problemas con la Justicia británica, que parece haber dejado atrás.