Antes del Argentina vs. Arabia Saudita , nadie conocía a Hassan Al-Tambakti. Después, su nombre está en boca de todos. El jugador del Al-Shabaab firmó una actuación espectacular. Sobresalió por encima de todos sus compañeros y fue clave en la victoria frente al combinado de Lionel Scaloni (1-2). Desde el centro de la defensa, se marcó la mejor actuación individual del Mundial de Qatar .
A sus 23 años, seguro que Al-Tambakti no imaginaba que iba a ponerse en el centro de todos los focos del planeta fútbol. Y menos, contra una de las favoritas y cuando antes de su debut era duda por unas molestias físicas. Durante los últimos días, hasta casi la víspera del duelo, se entrenó en solitario alejado del grupo. Al final, se apuntó al estreno de Arabia Saudí justo a tiempo y su entrenador, Hervé Renard, pudo alinear a un jugador que no debería tardar mucho en salir con destino hacia algún club europeo.
El valor en el mercado de Al-Tambakti alcanza el millón de euros por los pelos, no mucho más. Aunque es pronto para entronar al central de Arabia Saudí y hay que esperar a sus próximas actuaciones, es probable que su caché aumente en fechas no muy lejanas. Y este martes, seguro que subió su precio. Dio una auténtica 'master class' sobre cómo defender.
En su encuentro número 18 como internacional (debutó el 19 de noviembre de 2019 con casi 21 años), dignificó la posición del cierre. 'El Hombre de Hierro', su apodo en el Al-Shabaab, fue una solida escoba. Limpió todo lo que Argentina le echó encima y firmó una lección de los conceptos defensivos que enseñan en todas las escuelas: perfección en sus lecturas para ir al corte, piernas, potencia, agresividad para ir al suelo y barrer, veloz para corregir su espalda y ganador absolutamente de todos los duelos.
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Su principal víctima fue Lautaro Martínez, a quien frenó en seco una y otra vez. Incluso cuando el delantero el Inter consiguió algo de aire, un pequeño momento de felicidad, Al-Tambakti, con astucia, le devolvía a la realidad. El ejemplo más gráfico lo protagonizaron ambos en la primera parte, cuando Lautaro celebró el segundo tanto de Argentina. Sin embargo, Al-Tambakti, un instante antes, se paró en seco cuando Messi filtró entre líneas la que habría sido una asistencia de lujo. La consecuencia, Lautaro cayó en un claro fuera de juego.
Pero el retrato de la derrota, la imagen del día, se la llevó Messi. Un 'gif' que se ha expandido sin piedad por las redes sociales representa la victoria del aspirante contra el hombre que ha reinado en el mundo del fútbol durante los últimos años. La fotografía es contundente: Al-Tambakti barriendo al astro argentino rebañando una pelota imposible con una facilidad pasmosa cuando se dirigía hacia la portería del combinado árabe en busca del empate.
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Después de la exhibición de Al-Tambakti, quien fue su entrenador en el Al Shab, el rumano Marius Sumudica, atribuyó la victoria de Arabia Saudí a las fuertes infraestructuras en las que ha invertido el gobierno para desarrollar el fútbol y en la llegada de técnicos preparados que han provocado una subida evidente del nivel.
Y, uno de los beneficiados, ha sido Al-Tambakti, uno de los frutos del crecimiento del fútbol saudí y de quien presume Sumudica: "Hoy había dos jugadores que tuve en el Al Shabab. Uno fue Hassan Al-Tambakti, el central al que habéis visto sacando balones increíbles, los mejores del partido. Estoy orgulloso de haber trabajado con él".
Ahora, Al-Tambakti está a las órdenes de Vicente Moreno, un técnico español con experiencia previa en el Nástic, el Mallorca y el Espanyol. Al principio, no tuvo muchos minutos, pero, finalmente, esta temporada, también se ha hecho un indiscutible en las alineaciones del Al Shabab.
La pregunta que tiene que hacerse Moreno es si cuando acabe el Mundial podrá retener durante mucho tiempo al central de Arabia Saudí. Lo tendrá difícil. Las Copas del Mundo siempre encumbran a algún jugador desconocido. Si Al-Tambakti repite su actuación ante Argentina, saldrá con destino a Europa más pronto que tarde. La joya oculta, ha salido del cascarón. Y ya no valdrá un millón de euros. Su precio ya sube como la espuma.
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