La figura de Zinedine Zidane sale reforzada de una semana que marcaría su destino, que ha mostrado la total implicación de un vestuario que sigue creyendo de forma ciega en su entrenador, y un triunfo final ante un especialista táctico como el argentino Diego Simeone, que devuelve credibilidad al técnico francés y a su bloque de jugadores.
Supera con nota el Real Madrid una semana decisiva para su rumbo a tomar en la temporada. El peor de los escenarios, en caso de haber extendido la preocupante imagen mostrada en duelos menores, le situaba fuera de la Liga de Campeones a las primeras de cambio por primera vez desde el cambio de formato de la competición de mayor prestigio y despidiéndose de la Liga en caso de derrota en el derbi. La realidad fue opuesta.
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En los momentos de máxima tensión. En el todo o nada. La plantilla madridista ha recuperado la identidad que le impulsó a la conquista de la última Liga. De golpe recuperó su fortaleza defensiva (ningún tanto encajado en las tres citas) gracias al compromiso y máximo esfuerzo. Nadie negoció la entrega. Cada jugador dio todo lo que tenía dentro del primer al último minuto. Un bloque unido, solidario en la presión, en las coberturas permite el crecimiento desde el balón gracias a la calidad técnica que nunca se le discutió.
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LA NUEVA LÍNEA DE ZIDANE
Los tres partidos decisivos que encaró el Real Madrid ante Sevilla, Borussia Mönchengladbach y Atlético de Madrid dejaron clara la decisión de Zidane. Cuando se jugó su prestigio, su grupo de confianza se ha reducido. Fin a las rotaciones y el discurso de contar con toda su plantilla se ha convertido en una pose hacia el exterior. Futbolistas como Isco o los brasileños Marcelo y Militao quedan marcados. Ni calentaron. Otros como Marco Asensio ven reducido su protagonismo tras desperdiciar numerosas ocasiones. Con los regresos de Sergio Ramos, Dani Carvajal y Fede Valverde y a la espera de Eden Hazard más Martin Odegaard, el círculo de confianza del técnico se reducirá a máximo 16 futbolistas.
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Ha comprobado que ya no le sirve la fórmula con la que conquistó su primera Liga. Los cambios en masa del once por un calendario inhumano no le han dado resultado. Siendo centro de la crítica mantuvo la calma. Lleva muchos años en el Real Madrid y sabe como funciona todo. Prefirió echarse a sus espaldas las dudas y que sus jugadores tuvieran mayor tranquilidad para la reacción. Huyó del elogio cuando consiguió un nuevo rescate de un grupo que parecía llegar a un fin de ciclo.
EL MOMENTO LUCAS VÁZQUEZ
Y Zidane ha demostrado ser justo con quien lo merece. A Lucas le costó comenzar a jugar este curso. Hasta octubre ni un solo minuto, De golpe once titularidades consecutivas ganadas a pulso. Sus exhibiciones físicas le han permitido brillar más de lateral que como extremo. De solución de urgencia ante las lesiones de los dos laterales derechos puros de la plantilla, a una nueva demarcación que puede cambiar su carrera a los 29 años. De la conexión con el brasileño Rodrygo ante el Gladbach, a volcar el ataque madridista a la derecha con Dani Carvajal como pareja de baile. Incidió como extremo hasta que le dio el físico a su compañero. Acabó de lateral y tuvo fuelle para llegar a área rival en el tiempo añadido provocando la última ocasión clara de gol madridista. El club tenía decidido que esta era su última temporada y su rendimiento ha desatado un debate interno. Ficha baja y máximo compromiso. Un comodín que tiene encantado a su técnico.
UN CENTRO DEL CAMPO DE LEYENDA
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El Real Madrid comenzó a ganar el derbi con su actitud sin balón y lo desequilibró con la calidad que tiene con la pelota. Dispone de un centro del campo que es historia del club, conla conquista seguida de tres Champions League: el brasileño Casemiro clave en el equilibrio, el compañero querido por todos por sus coberturas; el alemán Toni Kroos con máxima fiabilidad en el pase, ya sea en corto como en largo, desatando un liderazgo incontestable cuando el Real Madrid pedía referentes; y el croata Luka Modric, eterno, la calidad al mando del juego. Los dos últimos leyeron el sistema inicial de Diego Simeone y cayeron a ambas bandas para desactivarlo. La pelota fue blanca y el centro del campo atlético quedó desconectado. Corrió tras el balón.
Son tres piezas claves para el paso al frente dado por el conjunto madridista cuando le inundaban las dudas. Zidane recupera credibilidad y su equipo vuelve a ser aspirante a todo. Centrado como en las citas grandes, consciente de sus limitaciones y virtudes, demuestra seguir aspirando a títulos sin haberse reforzado.
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