La Bundesliga celebró este miércoles su sexagésimo aniversario con una gala organizada por la Liga Alemana de Fútbol (DFL) a la que asistió el canciller alemán, Olaf Scholz, entre otras personalidades.
A su llegada al "Tempodrom" de Berlín, que acogió el acto, Scholz posó con su esposa, Britta Ernst, y con los consejeros delegados de la DFL, Steffen Merkel y Marc Lenz, así como con el portavoz del presidio de la DFL, Hans-Joachim Watzke, entre otras personalidades.
El canciller calificó a la Bundesliga de "fogata" en torno a la cual se reúne toda la nación, y afirmó alegrarse de que en la temporada actual, tras tan sólo tres días, haya tres líderes distintos.
Otras personalidades que acudieron a la gala con la que se celebran los 60 años desde la primera temporada en 1963 fueron figuras del mundo de la política, como el expresidente alemán Christian Wulff o el secretario general del Partido Socialdemócrata, Kevin Kühnert, y de los deportes, como el exresponsable del Bayer Leverkuse Reiner Calmund o el exjugador de la selección alemana Pierre Littbarski.
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No asistió sin embargo el entrenador interino de la selección alemana, Rudi Völler, que asumió el cargo tras la dimisión de Hansi Flick y que canceló su participación en el último momento.
"Normalmente hubiera ido, pero no sabía todavía que iba a estar en el banquillo contra Francia", dijo en declaraciones recogidas por NTV al justificar su ausencia.
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La sucesión de Flick fue un tema omnipresente en la gala, y el presidente de la DFL, Bernd Neuendorf, dijo que la Liga tiene "una idea clara" del candidato al que está buscando y está abordando la cuestión "de forma muy sistemática", según recogieron medios alemanes.
"Debe ser alguien con capacidad de imponerse, que sea también robusto y capaz de soportar presión", afirmó.
Watzke, por su parte, denegó que se hayan producido hasta el momento conversaciones con el antiguo entrenador del Bayern, Julian Nagelsmann.
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