El peligro en el París SG no pasa sólo por las botas deKylian Mbappé . La zaga de la Real Sociedad deberá prestar especial atención el miércoles en Champions a Ousmane Dembélé , "sin duda el jugador con más desborde del mundo", como lo definió su entrenador Luis Enrique.
Aunque su registro goleador en su primera temporada en el conjunto parisino (1 gol) podría inhabilitarle para ser catalogado como uno de los puntales de la hasta ahora exitosa temporada del PSG, lo cierto es que su velocidad, su capacidad para dejar atrás a sus marcadores y, más especialmente, sus números como asistente lo sitúan como una pieza esencial del esquema del técnico español.
"Ousmane, yo creo que es uno de los jugadores más regulares, en cuanto a que es el jugador con más capacidad de desbordar del mundo, sin ninguna duda, y de generar a asistencias a sus compañeros, y de generar superioridad y de saltar la presión de manera adecuada, y de ayudarnos en defensa". Luis Enrique no escatimó elogios hacia el extremo francés el pasado sábado después de la victoria del PSG en Ligue 1 ante el Lille (3-1).
"Sin ninguna duda uno de los mejores fichajes de esta temporada, y para nosotros vital", continuó el antiguo seleccionador español, que dejó su cargo al frente del banquillo del Barça justo la temporada previa de la llegada de Dembélé al Camp Nou, en 2017 procedente del Borussia Dortmund por más de cien millones de euros, pero el destino los ha unido a la sombra de la Torre Eiffel.
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Asentado y dosificado
Vital, en efecto, hasta el punto de que Luis Enrique lo está dosificando en este inicio del año 2024, sacándolo como titular en la mitad (4) de los ocho partidos disputados por el PSG desde el 1 de enero (4 de Ligue 1, 3 de Copa y 1 de Supercopa de Francia).
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Porque si sus virtudes son conocidas, no lo es menos su historial de lesiones, la última de ellas una pequeña molestia muscular que le impidió viajar a Estrasburgo hace dos semanas en la 20ª fecha de la Ligue 1.
Y no es cuestión de exponerlo antes del tramo decisivo de una temporada en la que el PSG sigue con opciones en todos los frentes.
Dembélé parece haberse asentado a los 26 años en la capital francesa, donde se entiende a la perfección dentro y fuera del terreno de juego con Mbappé o Achraf Hakimi, y mantiene una regularidad en su rendimiento que contrasta con la línea más intermitente que le caracterizó en sus seis temporadas en Barcelona.
Asistencias a falta de goles
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El dorsal 10 del PSG ha dado cuatro pases de gol en los cinco partidos en los que ha participado en lo que va de año, una cifra que se eleva a nueve desde que llegó al club parisino.
Pero más allá de sus galopadas, sus cambios de ritmo y su colaboración en ataque, el campeón del mundo con Francia en 2018 y vigente subcampeón del mundo se ha revelado como un trabajador en defensa y asiduo recuperador de la pelota.
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"Yo no juzgo mis actuaciones por un gol marcado. Puedes marcar un gol, y estar mal en el partido. Puedes no marcar y estar muy bien", declaró en el periódico L'Equipe a comienzos de noviembre.
El día 24 de ese mes marcó ante el Mónaco (5-2) su único gol hasta ahora con el PSG.
Casi tres meses después, Dembélé quiere recuperar esa sensación, pero marque o no, el equipo 'txuri-urdin' sabe por experiencia propia que en sus botas está escrita la palabra peligro.
En su última temporada en el Barça marcó el gol que eliminó a los hombres de Imanol Alguacil en cuartos de Copa del Rey.
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