Miles de aficionados aclamaron a los Bleus en la plaza de la Concordia, este lunes en París, en un ambiente festivo, un día después de su derrota en la final del Mundial contra Argentina en Doha.
Los jugadores y el seleccionador de Francia aparecieron en el balcón del hotel Crillon hacia las 21h40 locales (3:40 p.m. hora de Colombia) para saludar a los numerosos aficionados que ondeaban banderas de Francia y proclamaban su agradecimiento a los Bleus. La expedición había llegado unas dos horas antes al aeropuerto de Roissy procedente de Catar.
Al descender del avión, el seleccionador galo Didier Deschamps esbozó una sonrisa, al igual que Giroud, quien lucía un collar de flores azul, blanco y rojo alrededor del cuello.
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El delantero Olivier Giroud habló desde la emblemática plaza parisina para la cadena francesa TF1. "Estos momentos hay que disfrutarlos, saborearlos. Es simplemente felicidad a pesar de todo. Nos daremos un fuerte abrazo y nos iremos de vacaciones, cargar las pilas porque hay una segunda parte de la temporada por jugar".
El también delantero Marcus Thuram tomó a su vez la palabra para le mismo medio: "Sabíamos antes del partido que nos mirarían millones de franceses, desgraciadamente no pudimos ganar pero lo que es seguro es que están orgullosos de nosotros y eso es lo más importante".
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Delante del Hotel Crillon iluminado, miles de aficionados con el ego patriótico lastimado pero orgulloso, saltaban haciendo temblar las calles adyacentes.
"Tenía que estar aquí, dar las gracias a los Bleus por todo lo que han hecho hasta ahora", confesaba Sandrine Djellas, aficionada de 53 años, con los colores de la bandera francesa pintados en la cara.
"Reunirse aquí con todo el mundo, es mi manera de darles fuerza", indicó Cheick Touré, estudiante de 16 años.
- 'Cita en dos años' -
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Aunque muchos quedaron decepcionados por no haber podido verlos más de cerca: "¡Bajad, bajad!", gritaban a los jugadores asomados al balcón.
Desde allí, algunos de ellos, con Olivier Giroud y Antoine Griezmann en cabeza, marcaban un aplauso respondido al unísono por la multitud, feliz por poder interactuar con sus ídolos.
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"Me gustaría darles un gran agradecimiento, y nos citamos en dos años, en la Eurocopa, porque como dijo Kyky (Mbappé), 'volveremos' y yo le creo", añadió Sandrine Djellas.
"¡Chicos, no es grave, estamos orgullosos de vosotros. Habéis vestido la camiseta y habéis jugado como chacales!", afirmaba Cheick Touré, quien se mostró "triste", pero la "vida sigue".
Después la Concordia tomó el aspecto de un estadio de fútbol entre las trompetas, las bengalas de humo rojo, y los fuegos artificiales.
En medio de esa masa de gente, Agathe Coffre, estudiante parisina de 19 años, no perdía sin embargo la esperanza de ver a Francia proclamarse campeona del mundo: "¡Algún día tendremos esa tercera estrella. Quizá en cuatro años!".
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