Hubo un momento en el que a Karim Benzema le rodeó la duda por su poco bagaje goleador portando el 9 del Real Madrid. En el que uno de sus técnicos, Jose Mourinho, le calificó junto a Gonzalo Higuaín, como "gato". Delantero centro diferente al resto, con un sello único e inconfundible, pasó de ser asistente de lujo a referencia goleadora desde el adiós de Cristiano Ronaldo para despedirse siendo leyenda del Real Madrid.
El madridismo llora el adiós inesperado de Benzema. Un final abrupto de un jugador que aún presume de Balón de Oro y de seguir siendo, a sus 35 años, el máximo referente goleador del Real Madrid (30 goles y seis asistencias en 42 partidos). Pese a su bajón en un curso irregular, condicionado por un Mundial del que, cosas del destino, acabó apartado por un problema muscular, y por lesiones puntuales que lastraron la continuidad de un rendimiento inalcanzable el curso anterior.
Hasta 44 goles, clave en la conquista de una Liga de la que fue máximo artillero con 27 y el inolvidable camino hacia la Liga de Campeones de las remontadas. Marcó en todas las eliminatorias, hasta diez tantos para tumbar a favoritos como PSG, Chelsea y Manchester City y acabar siendo el gran artillero de la competición de mayor valor con quince dianas. Una exhibición de poderío para la historia. El impulso definitivo hacia el deseado Balón de Oro.
EL FUTBOLISTA AL QUE FLORENTINO FICHÓ EN SU CASA
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Karim Benzema (19 de diciembre de 1987, Lyon) se crió pegado a un balón en el conflictivo barrio de Bron. Seguramente el fútbol le alejó de los problemas que vio pasar de cerca desde pequeño y alimentó el deseo de llegar a ser como uno de sus grandes ídolos, Ronaldo Nazario.
De origen argelino por la vida de su abuelo en Tighzert antes de emigrar a Francia, la rigidez en la educación de su padre Hafid y la dedicación de su madre Wahida por sus ocho hijos le condujeron hacia el camino correcto cuando crecía en los arrabales modestos de Lyon. Una escuela católica fue la decisión del padre de Karim para alejarlo de la calle y que obtuviese la mejor formación. Sin pensar que sus orígenes y el peso de más que tenía provocase discriminación en la escuela, un rechazo que le invitó a luchar desde sus primeros pasos.
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Pronto se vio que su pasión era la pelota. Con ella, el chico introvertido siempre destacó por encima del resto. Sin reloj para jugar en los campos pegados a su casa en el barrio de Terraillon, como para mejorar solo con el balón y una pared de su bloque. Entre la admiración por Zinedine Zidane como gran referente de la selección francesa y Ronaldo Nazario, el delantero al que siempre quiso parecerse, Karim comenzó a jugar a los ochos años en el infantil del Bron Terraillon.
Su vida cambió por un doblete al Olympique de Lyon. Meses después ya formaba parte de la cantera de uno de los clubes punteros del país que hizo una excepción para acogerle en su centro de formación, reservado a los niños procedentes de otras regiones. Internado, el joven Karim se alejó de las malas compañías y fue subiendo escalones a gran velocidad. A los 16 años daba el salto al segundo equipo con la fama de máximo goleador de cada categoría en la que se fue formando. Y en 2005 debutaba con el primer equipo de la mano del técnico Paul Le Guen.
Un curso con 31 goles en 51 partidos, máximo artillero de la Liga francesa y pieza clave para el primer doblete de la historia del Lyon, lo puso en la escena. Un futbolista diferente comenzaba a llamar la atención de los grandes de Europa y seguía viviendo en el humilde barrio de Bron. Aguantó un año más. Nombrado jugador del año en Francia, nominado por primera vez al Balón de Oro. El radar del Real Madrid lo captó y se lanzó a por la nueva perla del fútbol europeo.
Provocó que hasta el propio Florentino Pérez se presentase en Bron, en casa de los padres para obtener la palabra de un jugador que pasó a ser como un hijo deportivo para él. "Me llamó mi familia, mis agentes y mis amigos para decirme que tenía que ir a casa. Les dije que no podía y me insistieron, tienes que venir, está aquí Florentino Pérez. Cuando llegué, abrí la puerta y le vi con mi familia. Me dijo, ¿tengo tu palabra?. Y le dije, sí, sí".
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Se convertía con 22 años en el cuarto fichaje de la segunda etapa de Florentino Pérez en la presidencia. Benzema recuerda siempre que el presidente que había firmado en persona a Ronaldo y Zidane, se presentó en su casa a por él. A cambio de 35 millones de euros, Karim se convertía en nuevo jugador del Real Madrid. Inició un largo camino de catorce años en el que pasó por distintas fases pero siempre alió su nombre al fútbol de alta escuela.
Tardó tres partidos oficiales en marcar su primer gol. En la tercera jornada de Liga, al Xerez en el Bernabéu. Un tanto inolvidable para Karim que sitúa en lo más alto del escalafón de su carrera. Pronto se convirtió en el jugador que hacía brillar al resto. Goleador con ambos pies y con un gran remate de cabeza. El encargado de convertir en fácil lo difícil en los metros finales.
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Superados casos de rebeldía que afectaron a su carrera por momentos. De menos importancia a verse envuelto en accidentes o sanciones por velocidad con el coche, estuvo envuelto en dos polémicas sexuales, la primera con su compañero de selección Frank Ribéry y la segunda que provocó su salida de las convocatorias de Francia por un presunto chantaje a Mathieu Valbuena por un vídeo.
"SI NO TIENES PERRO PARA IR A CAZAR Y TIENES UN GATO, VAS CON ÉL"
La frase de Mourinho a finales de 2011 denunciaba la falta de pegada de Higuaín y Benzema. Apenas nueve tantos su primer curso a los 26 su segundo. Números que dejó atrás Benzema desde que asumió el liderazgo goleador por la salida de Cristiano Ronaldo y con la confianza de su querido Zidane en el banquillo.
La mutación de Karim provocó que pasase de ser el mejor asistente a un futbolista con el gol en su cabeza. Mantuvo su manera de jugar, de mejorar a los que le rodean y con los que se asocia en cada acción, pero culminando un mayor número de jugadas superando la barrera de los 30 goles en cuatro campañas y llegando a situar su récord en 44 el pasado curso.
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Se marcha con aún mucho fútbol por dar en un año de contrato que tenía cerrado con las altas esferas. Tras convertirse en el jugador con más títulos en la historia del Real Madrid, 25, alcanzando al brasileño Marcelo (25), leyenda con cinco Copas de Europa para la eternidad además de cuatro Ligas entre sus grandes logros. Segundo máximo goleador del club blanco con 353 tantos tras superar a leyendas como Raúl y Di Stéfano, tan solo detrás de Cristiano Ronaldo. Con la oportunidad de aumentar el registro en su despedida ante el Athletic.
Será su partido 648 en el Real Madrid. El quinto jugador que más defendió la camiseta tras Raúl, Iker Casillas, Manolo Sanchís y Sergio Ramos. Segundo máximo artillero madridista en la liga española, de la que es el cuarto goleador histórico, y también segundo en la Liga de Campeones en el club y cuarto en la competición en registros dominados por Cristiano Ronaldo. Un jugador mágico que deja una huella imborrable.
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