El entrenador del Bayern Múnich, Julian Nagelsmann, aseguró este viernes que después de cada partido recibe amenazas de muerte -independientemente del resultado- y que estas son más cuando el equipo juega con tres y no con cuatro defensas.
"Recibo amenazas de muerte después de cada partido, igual si ganamos o si perdemos. Leo la primera línea y la borro. A veces incluyen también a mi madre, lo que me parece un exceso. Las amenazas son más cuando jugamos con tres defensas", dijo Nagelsmann en la conferencia de prensa del Bayern.
La comparecencia de Nagelsmann fue la primera después de la eliminación en la Liga de Campeones con el Villarreal, en un partido en que jugó con tres defensas.
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El uso de la línea ha recibido críticas de diversos sectores, entre ellos del expresidente del Consejo Directivo del Bayern, Karlheinz Rummenigge.
"Soy consciente de que tengo que aceptar crítica de todas partes. Es normal, es parte del oficio. La crítica de Karlheinz Rummenigge es algo con lo que puedo vivir. Menos con las 450 amenazas de muerte", dijo.
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"Cuando uno queda eliminado en dos de tres competiciones es natural que el entrenador sea criticado. Lo acepto y sigo trabajando", agregó.
La meta ahora, según Nagelsmann, es ganar los dos próximos partidos para asegurar el décimo título consecutivo de la Bundesliga y luego empezar a planificar la próxima temporada sobre lo que no quiso entrar en detalles.
"Con seguridad tenemos un par de puntos en los que hay que hacer algo. Tenemos una plantilla que ha jugado junta mucho tiempo. Por un lado eso es bueno porque los jugadores se conocen. Pero cuando se ha tenido éxito durante un tiempo largo llega el momento en que necesitas sangre nueva", dijo.
"Estamos en ello pero internamente, por lo menos en lo que a mi se refiere", dijo.
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Nagelsmann asumió el Bayern al comienzo de esta temporada y ha tenido una campaña con altas y bajas.
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La eliminación en la Copa de Alemania en la segunda ronda, tras caer goleado por 5-0 ante el Borussia Mönchengladbach, y en la Liga de Campeones ante el Villarreal, 1-0 en la ida y 1-1 en la vuelta. Fueron dos golpes duros.