Con un doblete y una nueva exhibición en San Siro, el francés Marcus Thuram lideró el atropello del Inter al Atalanta (4-0) que completó una volea espectacular del italiano Nicolo Barella y un gol en propia meta de la 'Dea' provocado por el propio Thuram, indiscutible hombre la noche.
El campeón volvió a sembrar el terror en la Serie A. Y lo hizo ante todo un Atalanta, uno de los equipos más difíciles de toda el campeonato italiano pero que solo pudo mirar cómo los goles iban cayendo ante el dominio 'nerazzurro'. Impecable el equipo de Inzaghi, implacable de nuevo tras un empate dubitativo ante el Génova en la primera jornada.
Muy diferente la versión de este Inter al de hace dos semanas. Inicios vertiginosos en ambas partes bastaron para materializar un dominio generalizado, diez minutos de pura intensidad que decantaron el partido con jugadas prácticamente idénticas en tres de los cuatro goles.
El primero de ellos, el único un tanto diferente. Fue en propia puerta del albanés Berat Djimsiti, pero la jugada del Inter fue una declaración de intenciones. Movimientos profundos de los carrileros, también de los centrales, centrocampistas yendo a la profundidad y delanteros cayendo a banda. Movimientos que los jugadores del Inter conocen a la perfección. Una máquina perfectamente engrasada que juega de memoria.
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En una triangulación de primeras en zona de tres cuartos entre Darmian, Barella y Pavard, el centrocampista vio el desmarque de Thuram, que intentó ceder a Lautaro al segundo palo, solo para empujar. Sin embargo, el ligero desvío de Djimsiti aceleró el proceso del gol seguro y abrió el marcador en el minuto 4.
Tan solo 6 minutos después llegó el segundo golpe de autoridad, un golazo precioso de Barella en forma de volea desde fuera del área con la pierna izquierda. El Inter aprovechó el saque de banda adelantado, como siempre, y mandó a sacar profundo a Bastoni. Allí, dentro del área, peinó Pavard y el rechace de la defensa de la 'Dea' cayó perfecto a la posición de Barella.
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Fue un repaso. Nada más pudo hacer el Atalanta que conformarse con ese resultado al descanso, esperando un cambio de dinámica en el segundo acto. Nada más lejos de la realidad. El Inter volvió a pasar el rodillo y 10 minutos más tarde había duplicado el rédito. Esta vez con el doblete de Thuram, que ya se había topado con la madera antes.
Marcaba el minuto 48 el marcador cuando Bastoni volvió a poner el balón en juego en un saque de banda adelantado. Allí, el más rápido fue Thuram, que se adelantó hasta a 4 jugadores del Atalanta para meter la punta de su bota derecha en el corazón del área pequeña y poner el 3-0.
Partido sentenciado, pero Thuram quiso más. Y en una segunda jugada en un saque de esquina volvió a estar mucho más espabilado que sus rivales. Volvió a meter la punta de su bota derecha para cerrar el partido con un gol calcado al anterior.
Faltaban el resto de delanteros, pero solo rozaron el gol. Lautaro, Taremi y Arnautovic, todos gozaron de ocasiones claras, pero ninguno consiguió aprovechar la debilidad de la 'Dea', claramente superada por el terremoto Thuram en San Siro, que le dedicó una ovación más que merecida al hombre de la noche. Dos goles, uno más provocado y la sensación de que cada día que pasa está más cómodo. El Inter volvió a ganar ante un gran rival. Como la pasada campaña.
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