Siguen los homenajes para nuestras medallistas, quienes, en realidad, son unas guerreras. Estamos hablando de Jenny Arias y Angie Valdez, quienes fueron subcampeonas mundiales de boxeo, en la cita orbital que se llevó a cabo en la India. En esta oportunidad, tuvieron un gran recibimiento en Barranquilla.
En medio del evento, si bien no intercambiaron golpes, sí hubo un intercambio de historias interesantes, cargadas de mucho sentimiento que le dan más valor a lo hecho en el pasado evento. Y es que, en el Gimnasio Cuadrilátero, se vivieron momentos muy emotivos, con golpes directos a los sentimientos.
Por un lado y en el primer round. Jenny Arias habló y el profesor Rafael Iznaga escuchó. "Muchas gracias por aguantarnos porque soportar a nueve mujeres en una Selección, no es nada fácil , pero usted lo hizo y vea lo que se consiguió", expresó la medalla de plata en la categoría de los 54 kilogramos.
Ya en el segundo asalto apareció Angie Valdez y se lo llevó. En su turno, le colgó la medalla al entrenador que la formó, Luis Villarreal, y recordó que al principio no la quería entrenar. "Me acuerdo que le pagó a una niña para que me sacara, me hiciera a un lado y yo siguiera entrenando atletismo", contó.
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"Después de eso, me trajo a otra boxeadora y ella me pegó durísimo, me dio con todo, una tunda increíble (risas), fue terrible, con muchos puños. Entonces fue en ese momento cuando dije 'listo, pues ahora me vas a entrenar porque yo soy quienes les tiene que cascar y duro", añadió la boxeadora.
Para el tercer round y definitivo, Angie Valdez volvió a hacer de las suyas. Nunca olvida que en 2019, la necesidad la llevó a pelear por Azerbaiyán, donde le pagaban 1.200 dólares. "Es ese entonces mi mamá estaba presa (llora)...y me fui para ese país porque me estaba dando una buena oportunidad".
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Pero Jenny apareció y respondió con su derecha, donde tiene tatuada además un esguince una fractura. "Dice 'un momento de dolor vale toda una vida de gloria', así que creo que tengo una lesión crónica y cuando siento dolor, miro esa frase y me mentalizo que se puede y lo saco adelante", afirmó.
No fue una pelea, pero ambas ganaron además de la presea de plata, otra medalla para colgarse en su gran corazón, ese mismo que las ha llevado a estar donde están y que, de seguro, será uno de los grandes responsables de seguirles abriendo el camino y cosechando más triunfos y glorias.