Nelson Crispín despertó al país con una noticia gratificante. El nadador consiguió la medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 tras quedar en primer lugar de la final de los 200 metros combinados en la categoría SM6.
En Floridablanca, Santander, su familia celebró con emoción la victoria del hombre de talla baja, que se hizo gigante en tierra japonesas. Nelson Crispín consiguió su primera presea dorada, tras lograr tres de medallas de plata en Rio 2016.
“No me cambio por nadie en este momento. Solo le doy gracias a Dios. En cada momento quisiera tenerlo uno al lado para abrazarlo”, comentó Ana Corzo, madre de Nelson.
Igualmente, Ana Corzo comentó una anécdota de la niñez del campeón paralímpico: “Cuándo él empezó a caminar me decía mamá yo quiero ser grande. Ahí empezaba a entender la vida, pero yo sabía que ya no era posible. Los médicos me lo habían dicho".
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José Alfredo Crispín, hermano de Nelson, reveló cómo fue que el nadador se interesó por el deporte, a pesar de sus condiciones físicas: “La llegada de él a la natación fue por cosas de la vida. Cuando me presenté para la Policía, él me acompañó y ahí es donde el profesor William Jiménez, actual entrenador, lo ve y pues le dice: ‘venga yo aquí le enseño, venga’ porque él prácticamente de la natación era muy poco”.
Sin duda, una historia de admirar para un deportista que ha tenido un constante crecimiento en el proceso paralímpico. En Londres 2012 consiguió diplomas; en Rio 2016, medallas de plata; y en Tokio 2020, se dio la presea dorada, acompañada de un récord mundial.
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Adicionalmente, a Nelson Crispín le restan tres competencias más en estos Juegos Paralímpicos, en las que puede conseguir más medallas.