Sabemos que sienten un gran dolor, pero a estas maravillosas mujeres de la Selección Colombia femenina les tenemos que decir gracias, gracias por soñar, por creer, gracias por el esfuerzo, por darle a este país gotas de esperanza, que con el correr de los partidos se convirtieron en un caudal de ilusiones, que nos sensibilizaron al máximo.
Estas mujeres, damas, chicas, 'superpoderosas', guerreras, como las quieran llamar, nos mostraron un camino que nos tiene que despertar como sociedad. Muchas de ellas, fieles representantes del pueblo, ganaron batallas personales, superaron el abandono, la pobreza, la violencia para enfundarse la bandera de Colombia como camiseta.
Nunca las oímos decir no se puede, por el contrario y distinto al protocolo del fútbol masculino; en cada palabra había un incontenible deseo de lucha contra la lógica, que en el fútbol femenino significa enfrentar a potencias en todo como Inglaterra, competitiva y con formación de base, hasta contar con importante salarios y bonificaciones.
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Esa frase de Catalina Usme de que no vinimos a ganarle a Alemania, sino a ganar el Mundial, es una frase campeona, que representa el pensamiento y actitud con la que nos debemos levantar todos los días. Esto es algo que seguramente entenderán personas como ellas, que de no tener nada, con el estómago vacío salieron de sus casas, sin bajar la guardia, a buscar con valentía y optimismo el presente que hoy celebran.
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Estas viejas, como diría cualquier parroquiano, en cualquier calle de pueblo son unas auténticas campeonas. Gracias muchachas, qué orgullo ha sido para Gol Caracol transmitir estos retos. Yo por lo menos me voy con el corazón emocionado, porque estas mujeres maravillosas han mostrado un camino, que reitero: como sociedad tenemos que seguir explorando, el camino del convencimiento, de la confianza, de su seguridad, de que todo lo podemos hacer por nuestro propio recurso, sin esperar que nadie nos tenga que subsidiar.
Por: Javier Hernández Bonnet
Director general Gol Caracol