Gareth Southgate, seleccionador de Inglaterra, aplazó este domingo, tras perder la final de la Eurocopa 2024 frente a España (2-1) , la decisión sobre su continuidad al frente del equipo, al señalar que "ahora no es el momento de hablar de eso".
"Necesito hablar con las personas adecuadas y darme un poco de tiempo", dijo en declaraciones a la 'BBC' el técnico, antes de su comparecencia en rueda de prensa en el estadio Olímpico de Berlín.
En ello insistió también en la rueda de prensa posterior. "Es difícil de reflexionar tan pronto después de una derrota como esta. Por supuesto, llevar a Inglaterra a dos finales nunca lo había hecho nadie, pero sí hemos venido aquí a ganar y no hemos podido conseguirlo", afirmó.
"Tengo que hablar con gente que ahora mismo no está. Inglaterra tiene jugadores fabulosos y muy jóvenes. Incluso, los jóvenes han alcanzado mucha experiencia con estos torneos, así que muchos van a estar con la selección en este futuro", añadió.
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Inglaterra, un mar de dudas hasta semifinales
La realidad es que la Eurocopa de Inglaterra, salvo la primera parte en semifinales frente a los Países Bajos, ha sido un desastre. Los 'pross' se atascaron en la búsqueda de una identidad perdida tras su dolorosa derrota en la tanda de penaltis frente a Italia en la final de la pasada edición. Su fútbol previsible, aburrido, carente de alma y desesperante para sus aficionados, era un certificado de "muerte" para Southgate, que en diciembre cumplirá ocho años en el cargo.
Fue contratado en diciembre de 2016 para sustituir de forma interina a Sam Allardyce. Después de cuatro partidos al frente de Inglaterra, la Asociación Inglesa de Fútbol apostó por oficializar su presencia en el banquillo. Desde entonces, dirigió al combinado británico en cuatro grandes torneos internacionales: dos Mundiales y dos Eurocopas en las que firmó un meritorio cuarto puesto en Rusia 2018 y dos subcampeonatos que incluyen las derrotas de Wembley y de Berlín.
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Al final, Southgate no ha podido romper el maleficio que ataca a su país, incapaz de ganar nada desde el Mundial de 1966, hace ya casi seis décadas, y en su última aventura en Alemania tropezó en varias de sus decisiones que en ocasiones minaron la capacidad de su equipo. Y, su primer tropezó, precisamente fue decir que probablemente se marcharía si no ganaba la Eurocopa.
Esas palabras ya generaron el primer debate entre los siempre apasionados aficionados y comentaristas 'pross', que tal vez tienen una influencia excesiva en el devenir del día a día de la selección inglesa. Ahí quedaron las opiniones, en realidad más bien críticas, de ilustres ex futbolistas como Alan Shearer o Gary Lineker, a quienes ya tuvieron que contestar desde dentro de la concentración británica. "Ellos tampoco ganaron nada", vino a decir Harry Kane en medio del huracán generado por el mal juego de Inglaterra.