En la ciudad de Medellín se estaba observando un partido entretenido, con un Nacional que puso las condiciones, tuvo el balón y supo atacar a un Junior, que nunca se pudo ver cómodo en el terreno de juego. Los goles fueron de buena factura, con una buena definición de Andrés Felipe Román, en el primero; y con una gran jugada individual de Marino Hinestroza, al minuto 53. Hasta ahí todo bien.
Sin embargo, después de ese instante se armó una batalla campal, con golpes, patadas, impactos con sombrillas y también con ataques con armas blancas en varios sectores de las graderías norte y occidental, que dejaron como consecuencia un buen número de personas heridas, algunas de gravedad. En las redes sociales circulan imágenes escalofriantes, con seguidores ensangrentados y similares.
¿Qué originó la pelea entre hinchas de Nacional y Junior?
Después del compromiso de la Liga II 2024 del fútbol colombiano, se han tejido versiones para tratar de dar con las causas de la trifulca. Una de ellas tiene que ver con que Hinestroza, autor del segundo tanto del local, celebró haciendo gestos de aleta de tiburón a los seguidores del Junior, que no tomaron bien esa actitud desde el terreno de juego. Luego, vino la reacción violenta y desaforada.
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También se habló, especialmente en las afueras del estadio Atanasio Girardot, de que se habría presentado un robo de un 'trapo' (bandera) de una hinchada a la otra y ahí se desataron los duros enfrentamientos.
Con el paso de las horas, en las redes sociales comenzaron a publicarse imágenes de los enfrentamientos, en donde se notaron agresiones fuertes, personas heridas, peleas en los pasillos del Atanasio y el susto de algunos otros seguidores que abandonaron rápidamente el escenario, junto a sus familias, para alejarse de la zona en la que se escucharon bombas de estruendo para intentar persuadir a los desadaptados.
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¿Qué dijo la Dimayor?
Un comunicado de la Dimayor confirmó la suspensión del partido entre Nacional y Junior por falta de garantías. Además de eso, se hizo un llamado a la paz y a la sana convivencia en los estadios, más allá de que este parece ser un tema de nunca acabar en los estadios en los que se juega el fútbol colombiano.