El pasado sábado 11 de mayo, por la fecha 11 de la Liga BetPlay femenina 2024, América de Cali recibió a Llaneros en el estadio Pascual Guerrero . Dicho partido transcurría con normalidad, pero al minuto 61 pasó lo inesperado. Se presentó una polémica, luego de que el equipo de Villavicencio abandonara la cancha, por una decisión arbitral con la que no estuvieron nada de acuerdo.
Esto ocurrió, tras un saque de meta y un posterior choque entre dos jugadoras; Wendy Bonilla aprovechó el rebote para avanzar y disparar desde la banda izquierda. Parecía que la arquera Sandra Sepúlveda lograba detener el disparo junto al poste derecho. Sin embargo, la jueza de línea, Lina Marcela Córdoba, levantó el banderín indicando que había sido gol. Ahí, se desató esta situación.
Lo que interpretó el cuerpo arbitral fue que el balón alcanzó a entrar en el arco, antes de que la guardameta atajara el disparo. Manuela Vásquez, juez central, también validó la decisión, desatando la celebración airada de las 'escarlatas'. En ese momento, lo que parecía que iba a ser una protesta normal, terminó pasando a mayores, pues las jugadoras de Llaneros dijeron 'no más' y salieron.
De esa manera y después de que las árbitras esperaran 15 minutos, se decidió dar por finalizado el juego: victoria para América de Cali. Por eso, para aclarar cómo va el tema y las medidas que se han tomado en la interna de la institución, en el programa 'Blog Deportivo', de 'Blu Radio' , contactaron a Juan Carlos Trujillo, presidente de Llaneros, quien habló de todo y dio varios detalles.
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¿Cómo se ha manejado el tema, a partir de un hecho que va contra el reglamento?
"El día del partido fue complicado. Ellas toman una determinación a título personal. Lo que pasa es que se juntan muchas cosas: al técnico lo echan, entonces sale y va hacia la zona de palcos, y al darse cuenta de ello, baja e intenta que sus jugadoras recapaciten. Yo logro comunicarme con él, porque no estaba en Cali, y les pido que saquen otra vez al equipo a la cancha. Ellas salen, pero en un tiempo donde ni los jueces ni América de Cali quisieron jugar más. Pero más allá de las protestas, un tema arbitral, está claro que no debieron haberse salido de la cancha".
¿Hicieron todo lo posible para revertir la situación?
"Ya solo estoy esperando a que llegue la investigación de Dimayor, y se responderá a través de los abogados. En resumidas cuentas, el reglamento es claro y el equipo está sujeto una sanción que es económica y a la pérdida de los puntos. Ante eso, cuando nos llegue, veremos qué se hará. El fútbol femenino está en desarrollo y crecimiento, y se cometió un error que ellas reconocieron y se les enseñará que eso no puede volver a pasar".
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¿No había quién las pudiera contener?
"Estamos hablando de jugadoras entre los 16 y 22 años, en promedio. La más grande es la arquera, que tiene un poco más de 30 años. Sin embargo, en ese momento de calentura, eran un total de 20 mujeres en el campo, ellas se unen y actúan bajo su criterio y una unión. Reversar esto, me costó 15 o 20 minutos de diálogo con ellas, mientras que el técnico bajaba y me comunicaba con los que estaban allá y convencerlas de que volvieran, pero cuando se hizo, ya fue tarde".
¿Para qué los llamaría Dimayor?
"Con el fin de que podamos defendernos por una posible sanción. Tenemos varios abogados deportivos para ver cómo vamos a responder, pero, más allá de eso, las jugadoras fueron claras y van a responder por la multa económica, de manera colectiva, ya que la decisión fue de ellas. La iniciativa salió de las futbolistas. Los contratos no peligran; ellas cometieron un error, pero la verdad es que no han matado a nadie. Me toca enseñarles de una buena manera y correctiva, pero no así. Ellas hicieron un acto reprochable, pero no las voy a dejar solas, jamás".