Orlando Rojas, el confidente de Alberto Gamero: “Nos llaman para jugar en Millonarios”

Son once años, de carrera como entrenadores, los que Orlando Rojas ha estado codo a codo con Alberto Gamero. Sin embargo, es toda una vida desde que ambos, en su natal Santa Marta, forjaron una amistad que los ha tenido cosechando sueños y triunfos en el fútbol colombiano.Eso es lo que están viviendo en estos momentos con su llegada a Millonarios. Ambos saben lo que es portar ese escudo. Gamero salió campeón en 1988 y Rojas jugó entre 1993 y 1995. Era un central aguerrido, que no daba un balón por perdido y, quizás por eso, se ganó el apodo de el ‘Salvaje’ Catalina Usme, ‘Al Paredón’: la mesera de un restaurante que se convirtió en la mejor futbolista del país“Eso fue algo que se dio en Barranquilla cuando jugaba con Junior. Yo tenía el pelo largo y un periodista me dijo así. Pero nada extraño. Mis estadísticas no dan para ese apodo. Lo tomó sin ninguna molestia”, le dijo el actual asistente técnico del cuadro ‘embajador’ a GolCaracol.com. ¿Cómo están viviendo este presente? “Son experiencias que cualquier persona quiere vivir. Hoy nos toca a nosotros estar en una institución tan grande como Millonarios. Ya estuve como jugador, ahora estaré como uno de sus entrenadores. Ese era mi sueño. Tenemos muchas ganas de comenzar y posicionar a Millonarios en los puestos que siempre debe estar”. ¿Era el momento indicado para llegar a Millonarios? “Como dije, no hay nadie en el fútbol que no quisiera estar en un equipo como Millonarios. Es un reto muy lindo, las ganas siempre han estado y nos llegó el momento ahora. Dios sabe cómo hace sus cosas. Esperemos que duremos mucho tiempo acá”. ¿Qué se puede esperar de esta era de Alberto Gamero? “Trabajo y gente honesta. Por algo hemos logrado los resultados que hemos tenido en Tolima, Chicó y Águilas. En Junior tuvimos un paso fugaz; no nos dieron mucho tiempo para trabajar. Pero la gente debe estar tranquila de lo que vamos a hacer con Millonarios. Esperemos que los resultados nos acompañen”. ¿Cómo era usted como jugador? “Era un futbolista fuerte. Que hacía respetar mi zona. Un líder que siempre iba al frente. Creo que hice una carrera importante. Tuve 14 años muy fructíferos para mí”. ¿Cuál fue su mejor momento como futbolista? “Tuve varios, pero me quedó con dos en particular: con Unión Magdalena en 1989 y cuando llegué a Millonarios que quedamos subcampeones en 1994”. ¿Cómo se conoció con Gamero? “De toda la vida en Santa Marta. Jugamos en Unión Magdalena, Envigado y Unicosta. Yo siempre he dicho que es uno de los mejores técnicos del fútbol colombiano y ya lo ha demostrado. Por fuera de la cancha somos amigos. Adentro, nos tratamos con mucho respeto. Hemos estado durante once años juntos”. ¿En ese tiempo cuál fue el momento más difícil que vivieron? “La ida del Junior. No nos dieron tiempo para trabajar y eso nos dolió porque íbamos con toda la ilusión. Duramos apenas tres meses, nunca nos dejaron arrancar. Pero han sido más los momentos felices que los tristes”. Alfredo Morelos y Falcao García, los delanteros más letales en las competiciones UEFA ¿Quién es el más bravo, él o usted? “El profesor Gamero. Pero él no regaña, les hace ver las cosas como si fuera un padre, sin necesidad de gritar ni ofender”. En estos momentos, de revisar y evaluar la plantilla que quieren; ¿cómo se le dice a un jugador que no sigue en el equipo? “Uno tiene que hablar con él porque también fuimos jugadores y sabemos de estos momentos. Hay que manejarlo con mucho tacto. Más allá que todo se lo informamos a los directivos, uno también puede darle algún tipo de explicación al futbolista, pero sabiendo decir las cosas”. Y en el caso opuesto, ¿qué se le dice al futbolista para que venga a jugar a este Millonarios? “No hay que convencer a nadie. ¿Quién no quisiera estar acá? Al contrario, ellos son los que lo llaman a uno para jugar en Millonarios”.