Deportes Tolima y Deportivo Cali son los flamantes finalistas de la Liga II 2021 del fútbol colombiano. Fueron los que más puntos hicieron en los cuadrangulares y objetar su clasificación es 'pataleo de ahogados', más allá de que gusten o no sus formas y estilo dentro de la cancha.
Ya después de tolimenses y vallecaucanos, los demás equipos fracasaron por más de que muchos quieran maquillar con explicaciones y justificaciones su ausencia en la finalísima de nuestro fútbol. Millonarios, Nacional, América y Junior son PERDEDORES y solamente se quedaron con premios de consolidación y no optaron por el botín mayor: la estrella de fin de año.
Que Millonarios jugaba bien y vistoso, que lanzó jugadores jóvenes con un inmenso futuro, que clasificó a Copa Libertadores, que Alberto Gamero va en proceso ascendente y algún día va a ser campeón con el azul. Sí, todo es cierto. Pero también es cierto que los jugadores 'embajadores' fallaron en momentos clave, como cuando se erró el penalti definitivo en Ibagué o no más el jueves cuando Fernando Uribe y después Daniel Ruiz no lograron vencer a Diego Novoa, arquero de América, en par penaltis. Faltó prestancia, altura y jerarquía, tal cual pasó en el primer semestre cuando perdieron el título con Tolima en El Campín.
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Que Nacional tenía un técnico muy joven como Alejandro Restrepo, que la curva descendente llegó en mal momento, que ganar la Copa Colombia fue un distractor. Excusas, simples excusas. Cortinas de humo que no sirven. Con semejante nómina, con tanta calidad en sus jugadores, con experiencia; en el 'verdolaga' volvieron a fallarle a sus hinchas y cada día es más complicado determinar qué y porqué en el equipo antioqueño se siguen acumulando decepciones.
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Pasemos al América, que por más que el profesor Juan Carlos Osorio quiera sumar factores positivos de su gestión y administración, siempre jugó feo y mal. Los escarlatas sufrieron, lucharon, empujaron; pero nunca consolidaron su idea de juego, ni tuvieron argumentos suficientes para aspirar a más de lo que hicieron. Aparte de eso, cansa el discurso y los distractores políticos de Osorio: que los hinchas no apoyan, que el mejor horario para jugar es el de las 11 de la mañana, que el estilo de fútbol colombiano debe cambiar. Milonga y excusas, nada más.
Que me fue mejor que a Luis Amaranto Perea, que los porcentajes de rendimiento son altos, que hay comunión entre el cuerpo técnico y los dueños de Junior. El profesor Arturo Reyes y sus jugadores también fueron otros grandes perdedores del segundo semestre. Con la nevera llena, el técnico samario fue poco lo que hizo. Con buenos futbolistas, con las comodidades propias que se tienen en el equipo de Barranquilla, el 'tiburón' decepcionó y quedó en deuda con su gente. Ya se habla de la intempestiva salida del profesor Reyes, que no es más que una muestra que no le alcanzó y que ser un tris mejor de lo que hizo Amaranto no lo sostuvo en su cargo.
Mucho por trabajar y por corregir en Millonarios, Nacional, América y Junior, que deben volver a los sitiales de honor que les corresponden. Esto se hará y se logrará con más autocrítica y menos justificaciones que quieran ocultar lo malo que se hizo en la Liga II.