Miguel Ángel Russo fue técnico campeón de la Liga II 2017 del fútbol colombiano con Millonarios, en un logró que quedó para la historia por haberle ganado la estrella a Santa Fe, el eterno rival de una plaza como Bogotá. Pero además de esa obtención profesional, en ese mismo tiempo pasó un complicado momento personal cuando fue diagnosticado con cáncer, enfermedad que posteriormente superó y hoy se encuentra en su país llevando una vida normal, dirigiendo a Rosario Central.
Y en las últimas horas, en una charla con el periodista Juan Pablo Varsky, recordó precisamente todo que tuvo que pasar y la forma en que se dio cuenta que estaba afectado en su estado de salud de manera considerable.
"Tuve un sangrado en Bogotá. Ahí me di cuenta que había algo que no era normal. La misma persona que me hizo el estudio me dijo: ‘Usted tiene cáncer’. Yo no tenía profundidad en mi cabeza de lo que estaba pasando: estaba por jugar la final de un torneo. Mi deseo por salir campeón superaba todo eso. El fútbol me hace superar cualquier circunstancia adversa", explicó en primera instancia el experimentado entrenador argentino.
Russo también le dio un vistazo a lo que significó el apoyo estando en tierras ajenas desarrollando su carrera como técnico. Así reconoció que "la que tiene que ver en que yo siga acá hablando es Mónica, mi mujer, toda mi familia y mis amigos. Estoy infinitamente agradecido a ellos. Los colombianos me tienen un respeto enorme. Nadie me preguntaba lo que me estaba pasando, pero todos sabían mi situación. Por eso es que los quiero tanto"
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Miguel Ángel Russo y el tema de la muerte
Más allá de los momentos de incertidumbre, incluso de dolores físicos; para Miguel Ángel Russo fue clave la fortaleza de siempre, la misma que aprendió y asumió en su camino como jugador profesional y luego como DT. "Gracias a Dios nunca tuve miedo de morir. Siempre pensaba en lo que iba a hacer mañana”, complementó el nacido en Rosario.
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La hinchada de Millonarios tiene dentro de sus afectos a Russo, quien dejó una positiva imagen en lo profesional y personal, generando una empatía durante el tiempo en el que estuvo sentado en el banquillo de los 'embajadores'.