Dicen que los padres y los hermanos mayores son el primer ejemplo que uno tiene. Prácticamente, son los encargados de dar las bases y se convierten en referentes para seguir sus pasos, corregir ciertos errores y, en definitiva, siempre intentar ser mejor con ellos. Este es el caso de Mayer Gil, quien, a sus 19 años, está dando pasos de gigante y 'pisando' fuerte.
Cristian Ali Gil Mosquera, su papá, fue futbolista. En su época, vistió las camisetas Independiente Popayán, Cali, Pasto, La Equidad y Expreso Palmira, en Colombia. También tuvo paso por Perú, Ecuador y, por último, arribó a El Salvador, país en el que estuvo de 2005 a 2019. Esto le permitió nacionalizarse salvadoreño y, ahí, empezó a escribirse una nueva historia.
Nacieron sus hijos Cristian David Gil y Brayan Gil, quienes también tomaron el camino del fútbol. Ambos se formaron en El Salvador, dando sus primeras pinceladas en cancha. Ahora, el último (Brayan) llegó al Genk, de Bélgica, y luego estuvo en Alianza Petrolera y Deportes Tolima, club al que pertenece. Al ver esto, era imposible que Mayer no fuera por esa senda.
Todo empezó en el Turín FESA Fútbol Club, para, posteriormente, hacer parte de Brujos de Izalco, Club Deportivo FAS y el Club Deportivo Atlético Marte, todos en El Salvador. Esto le valió ser convocado a la Selección de dicho país, donde, poco a poco, se ha hecho su nombre y lugar. Pero las vueltas de la vida llevaron a que arribara a la Liga del fútbol colombiano.
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Alianza Petrolera puso los ojos en él en 2022, y desde entonces han conseguido cosas brillantes. Con profesionalismo y madurez, Mayer Gil se hizo con su lugar en el once inicial. De hecho, en lo que va de la Liga II-2023, ya anotó dos goles y fue contra Envigado. Además estuvo desde el pitazo inicial frente a Independiente Medellín, La Equidad y Deportivo Pasto.
Las cosas pintan bien. Por eso, la ilusión es grande. Sin embargo, no ha sido fácil. Detrás de esta corta, hasta ahora, pero fructífera carrera deportiva, hay consejos, apoyo, vivencias y divertidas anécdotas, que le han permitido crecer y estar en donde está. Así se lo contó a Gol Caracol, en entrevista para la sección las 'figuras del fútbol colombiano'. Habló de todo.
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¿Qué balance hace de su inicio de semestre?
"Es muy bonito, me he sentido bien, la vez pasada (contra Envigado) pude marcar dos goles y, por ahora, estoy sumando minutos, ganándome un lugar en cancha, en fin, es muy bonito para mí, no lo puedo negar. El balance en lo personal, por ahora, es positivo. Eso me ha ayudado mucho en la confianza, la motivación y siempre queriendo aportar al equipo".
¿Cómo fue ese doblete en la Liga II-2023?
"Fue bueno. Me acuerdo que me felicitaron y todo, pero también mis compañeros y cuerpo técnico suelen decirme que no me puedo quedar con eso, que tengo que seguir trabajando fuerte, haciendo más goles, dando lo mejor y ayudándole al equipo, pensando en conjunto. Ahora, lo que más me suelen resaltar es que vaya por buen camino, centrado y brillando".
Eso fue en el equipo, pero, ¿Y la familia?
"Mi papá me felicitó, él fue futbolista, entonces no dudó en decirme cosas positivas. Ahora, él también es de las únicas o pocas personas que siempre me saca algo malo, pero para bien, con el fin de que crezca y siga mejorando. Me dijo que si bien estaba feliz, tenía que mejorar. Mi mamá me felicitó, mis hermanos igual y me llamaron y todo. Fue algo bonito".
¿Cuál ha sido ese consejo que más lo ha marcado?
"Mis papás siempre me han recalcado que la vida para nosotros no ha sido fácil, que ha habido muchos sacrificios de mis hermanos, de ellos, de todos, y que uno tiene que ser agradecido y acordarse uno de dónde viene, para dónde va y jamás perder la mentalidad porque en esto del fútbol, a veces la cabeza se va y es lo peor que puede pasar en todo sentido".
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En el día a día, ¿Qué hace para aplicar esas palabras?
"Mi madre nos ayuda demasiado en ello, es como el faro en ese sentido. Se mantiene diciéndonos que vayamos siempre a la iglesia y cosas así. Y tiene mucha razón. En realidad, todo esto no es solo por nosotros, sino también gracias a Dios y, de paso, como obra en lo nuestro. Sin Dios no somos nada y nuestra mamá nos guía en ese sentido, recordando las cosas".
Cristian David y Brayan, sus hermanos, también son futbolistas, ¿Cuál es el rol de ellos?
"La relación es maravillosa. Son los que siempre me molestan porque soy el menor y, en esta industria del fútbol, siempre lo molestan a uno con el menorcito, el pelado, pero siempre me dan buenos consejos y me ayudan. El apoyo es mutuo y los tres nos decimos que no olvidemos quiénes somos, siendo humildes, personas alegres y nos especializamos en ello".
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¿De qué manera se ayudan a potenciar?
"Desde el torneo pasado, hicimos una apuesta. Me acuerdo que contra Pasto, también hice doblete y, justo un día antes del partido, quería unos auriculares, los airpods, entonces le dije a mi hermano que si hacía gol, me los compraba y dijo que de una. Gracias a Dios, se me dio. Ahora, entre los tres apostamos el que haga más goles y asistencias en este año".
¿Y sí pagan?
"(Risas) Toca porque es una apuesta de palabra, independientemente de que pierda yo o mis otros dos hermanos, lo que sea que suceda, siempre pagábamos, algunos se tardan (risas), pero siempre nos pagan. En este caso, el que sume más goles y asistencias, como te decía, se lleva un regalo o una invitación o algo así, lo que uno pida para cumplir ese pago".
Tres hermanos futbolistas, ¿Cómo lo viven sus padres?
"Mi mamá es un poco más calmada, sabe manejar las emociones. Ahora, mi papá no y empieza a gritar, frente al televisor y se emociona, independiente de quién esté jugando, haciendo bien o mal las cosas. Él siempre estuvo acostumbrado a que era el que jugaba, que lo miraban, entonces cambió ese rol y lo pone tenso. Le cuesta mucho más que a mi mamá".
En una familia llena de fútbol, ¿Siempre tuvo claro que quería ser futbolista?
"La gente que me conoce, que sabe cómo soy, que me ha seguido a lo largo de estos años, sabe que siempre me gustó y gusta el fútbol. Desde pequeño dije y tuve claro que 'me voy a entregar a eso y a dar lo mejor'. Por fortuna, pude hacer las cosas y estoy cumpliendo ese sueño, al igual que mi padre y mis hermanos. Vamos paso a paso y por un buen camino".
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¿Siempre fue delantero?
"Cuando era pequeño, me gustaba jugar de lateral porque admiraba a Dani Alves y su manera de jugar, como de pasar al ataque, tirar centros, regresar, todo. Con el paso del tiempo, primero me pusieron de delantero, luego lo hice de '10' y, al darse cuenta de que soy un poco rápido, hubo un entrenador que me tiró de extremo y me empezó a gustar y ahí voy".
Ahora que se desempeña de extremo, ¿Hay un nuevo ídolo?
"Hay muchos referentes, Dani Alves me gusta como lateral, pero mi ídolo de infancia fue Stephan El Shaarawy. De hecho, la gente me decía que me había podido gustar un jugador más normal, pero qué hago (risas). Me gusta mucho Neymar, Kylian Mbappé, Vinícius, que son extremos explosivos y muy buenos en el uno contra uno. Rodrygo también es bueno".
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¿Cómo le ha ido viviendo en Barrancabermeja?
"Ya cumplí un año en la ciudad y sí es duro el clima, el sol, el calor, la humedad, hay momentos donde uno no aguanta, ya que es muy fuerte y le toca pasar casi que las 24 horas del día, después de haber entrenado, pegado al aire acondicionado (risas). Al comienzo no puedo negar que me pegaba muy duro esa parte, pero ya me acostumbré y bien, ahí vamos".
¿Cuáles son los objetivos que tiene en mente?
"A corto plazo, terminar esta Liga como titular, anotando entre cinco y siete goles, y haciéndome un lugar en la titular de la selección de El Salvador. Más adelante, en un año o cuando Dios lo quiera, salir al extranjero, soñando con Europa, o sino hacia Argentina o Brasil. Por último, ir a un Mundial con mi país, con El Salvador, que ya van varios años que no pasa".