Liana Salazar es "una jugadora dedicada, luchadora, amable, responsable, consciente y apasionada". Así se caracteriza esta futbolista colombiana, quien juega en el equipo brasileño del Corinthians, el cual es el actual líder del Brasileirao femenino. Pero sus inicios en el fútbol tuvieron como epicentro a nuestro país, concretamente, en la ciudad de Bogotá, donde contó con el apoyo fundamental de su núcleo familiar.
"Mis primeros pasos en el fútbol fueron gracias a mi papá y mi hermano porque ellos practicaron este deporte. Mi mamá me cuenta que él (su papá) era un gran jugador y un '10' tremendo. Que yo recuerde, desde pequeña el fútbol 'corrió por mis venas'. No tenía muñecas, sino balones o pelotas de papel. Mi mamá también me apoyó desde el inicio y hasta me inscribió en una escuela de fútbol. Ahí, todos eran hombres menos yo”, comentó inicialmente en diálogo con Gol Caracol.
Con el paso del tiempo se fue encantando cada vez más a este deporte y en 2005 tomó la decisión de probarse en la Selección de Bogotá. "En diciembre (del 2005), Ricardo Rozo cogió al equipo y me llamó para ir allá. Luego, en 2007 fue la primera vez que estuve en la Selección Colombia de la categoría Sub-17 y quedamos campeonas sudamericanas. Desde entonces, seguí con el proceso hasta llegar a la selección de mayores", agregó.
Eso sí, su historial en clubes comenzó en territorio estadounidense, lugar en el que también se formó como profesional en Marketing. "En 2010, todavía no había liga profesional femenina en Colombia y tampoco se veía que fuera a crearse pronto. Entonces, tomé la decisión de irme a Estados Unidos para estudiar y al mismo tiempo jugar fútbol. Fui becada por la Universidad de Kansas y ahí estuve durante cinco años. Después de graduarme, me fui cuatro meses a Finlandia para jugar como profesional y luego regresé a Colombia para disputar la primera liga femenina con Santa Fe. Teníamos un equipazo y logramos salir campeonas; esto ha sido uno de los más importantes logros en mi carrera deportiva porque hice parte de la historia de un fútbol que nació en Colombia de forma profesional", comentó la talentosa volante.
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Luego, jugó en territorio asiático y su experiencia allá también estuvo marcada por el inicio de la pandemia de la Covid-19, una coyuntura mundial que la volvió a traer a nuestro país.
"Me fui a China y tenía contrato por dos años, pero comenzó la pandemia de la Covid-19. Todo allá se empezó a cerrar, cancelaron vuelos y pensé que lo mejor era regresar a Colombia. Afortunadamente, logré conseguir un vuelo para retornar al país y volví a jugar con Santa Fe. Quedamos otra vez campeonas, jugamos Copa Libertadoras y llegamos hasta la final. Curiosamente, perdimos contra Corinthians (equipo en el que ahora juega) y yo estaba desconsolada, pero se me acercó Arthur y me dijo que le gustaría que hiciera parte del equipo. Fue una situación particular porque aunque estaba triste, se me estaba dando la oportunidad de mi vida. La verdad me imaginaba jugando en otro equipo de Europa o Estados Unidos, pero no en uno de los equipos más grandes de Brasil", dijo Liana a este portal.
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Su proceso de adaptación en el Corinthians
Desde 2022, Salazar juega en el 'timāo' y cuenta que "todavía sigo tratándome de adaptar al fútbol brasileño porque es duro y es un estilo de juego más rápido. Tenemos un equipo de 30 jugadoras y la competencia diaria es difícil porque estoy con las mejores jugadoras de Brasil, pero estoy feliz y contenta de ganar títulos, ya que aquí se consiguen bastantes gracias a Dios".
Eso sí, considera que sus experiencias futbolísticas en otros países también "me permitieron ganar mayor conocimiento de diferentes estilos de juego. Por ejemplo, en Finlandia era más aguerrido y en China totalmente físico. Eso hace que uno pueda tener una idea de cómo se debe reaccionar ante ciertas situaciones de juego".
Y esto lo complementa con su mayor virtud, la cual es "la fuerza o la 'garra' como algunos dicen. Me entreno y juego siempre al 100 por ciento. No hay un día que yo salga de la cancha diciendo 'me faltó un poquito' porque lo entregó todo".
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¿Siente que el fútbol femenino ha evolucionado? ¿Cómo ve la situación en Colombia?
"Se ha visto que el fútbol femenino sí vende y uno se da cuenta de eso con los diferentes torneos que se juegan. Por ejemplo, acá en Brasil los estadios se llenan (...) En términos de apoyo y de garantías a las jugadoras, me parece que está un poco mejor. Los salarios también han mejorado, pero todavía no se pueden comparar con los del masculino. Algunos clubes, también están apostando por firmar contratos más largos. Al final, lo importante es que se pueda terminar de desarrollar la liga y sea sostenible en el largo plazo. Sin embargo, seguimos en la lucha, todavía hay que remar contra la corriente y quedan un par de años hasta alcanzar lo que realmente queremos".
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¿En algún momento le gustaría ejercer la carrera que estudió?
"Yo soy profesional en Marketing, pero me dediqué por completo al fútbol. Por eso, no he podido todavía ejercer como me gustaría y seguramente lo haré cuando termine mi carrera deportiva. Eso sí, uno no sabe qué puede pasar. Por ejemplo, yo siempre he dicho que no me gusta dirigir, pero por mi liderazgo y la forma en la que lo transmito me han dicho que sería buena entrenadora".
Cuando finalice su carrera deportiva, ¿cómo le gustaría que la recuerden?
"En mi carrera deportiva y a todos los lugares a los que voy trato de dejar el nombre de Colombia en alto. Siempre me he esforzado por ser una jugadora dedicada, luchadora, amable, responsable, consciente y apasionada. Esta características las he transmitido a los sitios en los que he estado y quiero que en unos años me recuerden de esa forma".
Ahora, Liana Salazar seguirá dejando en alto el nombre de nuestro país y tiene claro los objetivos que buscará alcanzar en esta temporada:
"Ganar el Brasileirão, ir al Mundial con la Selección Colombia, jugar Copa Libertadores y ganar el Paulista", concluyó.
Por Jacobo Olivares
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En Twitter: @JacoboOlivares7
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