Millonarios ganó bien el trofeo de la Copa Colombia, el miércoles en la cancha del estadio El Campín, ante su gente y superando del minuto uno y hasta el 95 a un pobre Junior de Barranquilla.
Los de Alberto Gamero pusieron las condiciones y se hicieron respetar, con su libreto de buen juego. Sin embargo, en la final, en la disputa de un trofeo del fútbol colombiano y con un bono de ganar un cupo a la Copa Libertadores, con todo lo que ello trae (dinero más gloria); lo que sorprendió fue el planteamiento defensivo que mostró el equipo barranquillero.
Y es que Junior vino a defenderse, a aguantar, a esperar que el tiempo pasara y ver si se le daba el milagrito, ya que tenía la ventaja del 1 a 0 logrado en la ida, en el estadio Metropolitano. El poderoso equipo de la familia Char solamente fue rechazos y más rechazos, de punta para arriba, como en el barrio, y apostándole a lo que pudieran pescar Cetré y 'Cariaco' González.
¿En serio, Comesaña? Resulta increíble que un equipo con jugadores de calidad, de los que mejor ganan en el balompié del país, con todas las garantías que brindan sus dueños y con tanto en juego; haya llegado a Bogotá con una sola propuesta y sin los argumentos futbolísticos, diferentes a solamente botar el balón a cualquier parte.
Publicidad
Sebastián Viera, su arquero, fue la figura, el sacrificado de la noche. Sacó, por lo menos, cinco o seis balones claros de gol de los azules. En el penalti, el uruguayo no tuvo nada qué hacer y en el segundo gol de la noche el remate de David Macalister Silva iba fuerte, abajo, en una cancha lisa y rápida, complicado de contener.
Lo peor del caso es que Julio Comesaña solamente se pellizcó al minuto 80, para tratar de cambiar la cara de su equipo. Dos minutos después del gol de Silva, mandó a la cancha a Yesús Cabrera y a Carlos Bacca, dos hombres de ataque. Tarde, muy tarde, ya se les había venido la noche, más con un rival empoderado y con el estadio a su favor, alentando y empujando.
Publicidad
Yo que sigo la Primera B, que atraviesa su fase de cuadrangulares, hasta sería mejor pensar en promover a los jóvenes del Barranquilla FC al Junior. Seguro que juegan mejor, respetan el juego y llenarían el paladar de los hinchas junioristas, más que el equipo actual de Julio Comesaña.
Al final el 'profe' Comesaña salió con cara de pocos amigos a la rueda de prensa, prefirió las evasivas, no entró en un análisis juicioso de la final, sí era una final, que su equipo jugó como chico y dejó las reflexiones más profundas para el manejo interno del grupo.
Este Junior deberá hacer una transformación en pocos días, porque ya el fin de semana empiezan los cuadrangulares. Como equipo de tradición y de historia que es, se tiene la expectativa de que pueda pelear por disputar el título. Claro, también se espera que juegue a algo, que proponga algo, que se defienda en justas proporciones y que su única arma no solamente sea rechazar y rechazar, y lanzar pelotazos sin sentido. Seguro, hay materia prima para más.