Junior de Barranquilla está de celebración este miércoles 7 de agosto de 2024, llegando a los 100 años de su fundación y consolidado como uno de los equipos más grandes, históricos e importantes del fútbol colombiano.
Por esa razón, en Gol Caracol hablamos con el técnico más ganador de la institución ‘tiburona’, Julio Comesaña, quien dirigió diez veces al equipo rojiblanco, conoce la cultura barranquillera, la exigencia de estar en el equipo y cómo es estar en el club.
El colombo-uruguayo además contó la historia de cómo llegó al Junior la primera vez, tanto como jugador, pero también como entrenador, tomándolo por sorpresa el ofrecimiento por parte del actual dueño, Fuad Char.
Comesaña es historia viva del Junior de Barranquilla, con cinco trofeos (una Superliga, una Copa Colombia, y tres ligas del fútbol colombiano, que fueron en 1993, 2018-II y 2019-I).
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¡Feliz centenario para el equipo ‘tiburón’!
¿La recompensa más grande es que lo reconozcan y le den cariño los hinchas?
“El Junior para mí, porque fue como jugador y como entrenador, lo llevo, lo valoro mucho y me ha hecho que me dé cuenta que en la vida lo importante que es hacer feliz a otras personas, aportar un granito de arena en cualquier momento de la vida para que otras personas sean felices. Eso tiene agradecimiento toda la vida de la gente, entonces hay que aprender que cada vez que podamos debemos hacer el mayor esfuerzo para tratar de hacer felices a otros”.
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¿Qué recuerdos tiene de ese cuando usted llegó como futbolista al Junior?
“No, yo vine la primera vez en julio, julio de 1973, yo venía de Millonarios y fue un espacio de reconocimiento, digamos no fue un buen semestre, yo venía de una hepatitis que me había sacado de Millonarios y no me había recuperado bien, pero el trato fue muy lindo, muy bueno porque la gente aquí, principalmente el utilero y el kinesiólogo, fue gente maravillosa conmigo. Marcos Col, Carlos Peña me recordaban siempre uruguayos que habían pasado por acá y que los querían mucho. Me enseñaron cómo era Barranquilla, me ayudaron a cómo tenía que vivir acá, ese semestre fue bárbaro y bueno, yo después cuando me fui para 1974, que me fui a Uruguay, siempre soñaba con volver a Barranquilla. En 1975 se hizo de vuelta y lo que vino fue luchado, nadie me regaló nada, pero yo también traté de devolver lo que me estaban dando a mí, devolverlo con mi esfuerzo en la cancha”.
¿Qué pensó cuando le ofrecieron dirigir al Junior?
“Yo siempre tenía mi ilusión, había terminado mi curso de entrenadores en Uruguay, ya había dirigido a Danubio en toda la temporada, cuando estaba Menotti en Peñarol, yo dirigí ese equipo en el 90 y en el comienzo del 91 fue Fuad Char, llegó a Montevideo, y preguntándome por unos jugadores y unas cosas, quedó la posibilidad abierta siempre de que algún día me llamarían de técnico y eso ocurrió muy rápido, ocurrió un mes y medio después. Fue sorpresivo y ya me tocó venir acá en 1991 pero no me imaginé todo esto que viví, pero sí, siempre que vine a Junior me imaginé que algo bueno me iba a pasar. Trabajo con mucha alegría, con mucha disposición, es decir, lo hago como si este club fuera mío, entonces, esas cosas ayudan siempre”.
¿Le quedó alguna deuda con Junior?
“Bueno, yo primero decirle que yo vine 10 veces a Junior a dirigir, pero nunca, yo creo que no alcancé a trabajar 8 años. Entre las idas y venidas, esas 10 idas y venidas yo pienso que mis etapas en Junior, todas tuvieron cosas importantes, algunas mucho más y tuvieron algún altibajo, no sé, siempre fue por problemas de desacuerdo, digamos, de falta de entendimiento en algunos momentos, de alguna cosa, no por maltrato de nadie ni nada. Eso sí, yo soy una persona que cuando veo que no voy a poder cumplir mi compromiso, no por razones mías, sino de que hay algunas situaciones que no estoy de acuerdo con ellas, no necesitan que me echen, yo me despido y me voy, si no puedo hacer nada, no puedo quedarme en un lugar. Pero si usted mira, me tocó a mí estar en 6 finales, me tocó ganar torneos cortos, me tocó ganar torneos largos, ganar campeonatos de visitante y después ganarlos de local. Me tocó ganar la Superliga, la Copa. Es decir, en el Junior, me quedé en deuda con un título internacional”.
¿Junior también es importante para su vida familiar?
“Indudablemente que ha tenido incidencia en mi vida también, en mi familia, y mucho lo de Barranquilla pero yo diría que lo de Colombia ha tenido una incidencia grande, porque yo tengo dos hijas colombianas, una bogotana cuando llegamos, en el 72; una barranquillera que nació justo en el 77 cuando el título. Colombia para nosotros, para la familia y para toda esa parte personal de seres humanos que somos, ha sido siempre una etapa maravillosa y bueno, tenemos que ser agradecidos de todo eso”.
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¿Es verdad que para dirigir a Junior hay que conocer el entorno?
“Mucho, mucho, yo estuve en muchos clubes y la ciudad de Barranquilla y la sociedad barranquillera, el ser humano de aquí hay que conocer sus particularidades y conocer que es el único equipo, digamos, de trascendencia y en primera división que hay aquí en la Costa, porque realmente en todos lados donde uno va, a cualquier lado, hay hinchas del Junior. En la gente, el Junior es el termómetro del estado de ánimo porque si gana, uno los ve en la mañana y la gente tiene una alegría y preguntan enseguida, ¿cómo vio el partido? ¿qué le pareció?, pero cuando pierde, ¡ah, mamita! Todo el mundo va caminando, mirando para el suelo. La gente lo sufre, lo sufre mucho y lo goza mucho. Entonces, yo siempre he pensado lo mismo que a los futbolistas cuando vienen a jugar al Junior, que vienen del exterior o vienen de otra ciudad hay que hacer con ellos una inducción, hay que hacer un recorrido, abrirles el libro y mostrarles lo que es el Junior. Esto es muy exigente acá, acá no hay que hoy gané y ya después puedo perder”.
Profe’ Julio Comesaña, defina a estos jugadores históricos de Junior:
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Sebastián Viera.
“Bueno, yo con Sebastián, del tiempo que compartí, yo no lo conocía, pero es un arquero que creció mucho con los años, y fue extraordinario acá. Fue vital para todas estas temporadas del Junior".
Giovanni Hernández
“Y son esos jugadores diferentes, ¿no? Que hacen fácil lo difícil, hacen simple lo complejo. Extraordinario jugador".
Carlos Bacca
“Carlos siempre fue un goleador, siempre desde que empezó, se veía que era un goleador pero con los años y con su recorrido, los lugares donde estuvo, se hizo un jugador extraordinario".
José María Pazo
“Bueno, José María tuvo el carácter y tiene el carácter, que es lo que lo ha sacado adelante, de triunfar en el Junior en una posición que siempre fue para extranjeros y fue capaz de ser titular y estar aún teniendo detrás un arquero mundialista como Alvez”.
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Teófilo Gutiérrez
“Teo es un jugador genial, en todo es genial, es sorprendente, es un jugador no con tanto gol; pero es un jugador extraordinario porque interpreta el juego maravillosamente bien. Además, tiene un temperamento bravo en la cancha, es un jugador bravo”.
¿Y Julio Avelino Comesaña?
“Yo creo que lo que yo he hecho ha sido dejar jugar a los jugadores que saben jugar, orientarlos, tratar de ayudar a otros que necesitan más apoyo, más trabajo. Los he entendido. Les he enviado un mensaje. Les he enviado un mensaje que creo que ha sido bueno y, ¿qué puedo decir?, he mantenido la autoridad sin ser autoritario, los he respetado, los he querido, así que he sido como soy yo, fundamentalmente, he sido como soy yo, no mandando cuentos raros”.
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