Hace un par de días se conoció la convocatoria previa que tendrá la Selección Colombia, para el Mundial Sub-20 que se disputará en Argentina, del 20 de mayo al 11 de junio. Uno de los futbolistas que estuvo presente en el listado fue Juan Diego Castillo, arquero de Fortaleza, y quien es el protagonista de ‘Historias de la B’ para esta semana.
Nacido en Cali, Castillo tuvo que dejar la ciudad y su familia para venir a Bogotá a jugar con Fortaleza, con tan solo 16 años. Aunque en algún momento dudó en continuar alejado de sus seres queridos, cuatro años después de su llegada a la capital del país vive uno de sus mejores momentos y está cerca de jugar el Mundial juvenil, el sueño que tuvo desde que decidió ponerse los guantes y pararse bajo el arco de fútbol. Además, como dato curioso, es sobrino de Breinner Castillo.
¿Qué significa este llamado para el Mundial Sub-20?
“Estoy muy feliz y contento con este llamado, desde que el equipo consiguió la clasificación fue la meta que me tracé. Es un torneo que no se juega todos los días y después del Mundial élite, es el torneo más importante a nivel orbital. Es inigualable, un sueño hecho realidad. Tendremos que prepararnos de la mejor manera en los 10 días que estaremos en Cali y no dejar duda del trabajo”.
¿Cómo fue volver a entrar al grupo, después de no haber estado en el Sudamericano?
“Yo fui uno de los que empecé con el proceso. Estuve en los primeros amistosos que hubo antes del Sudamericano, pero lastimosamente antes de ese torneo en Colombia, no tuve mucha participación con mi equipo y por eso no me convocaron. Afortunadamente ahora empecé a sumar más minutos y estar compitiendo me ha ayudado a tener este llamado”.
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¿Cómo fueron sus inicios en el fútbol?
“Yo soy de Cali y empecé desde muy pequeño en una escuela de barrio que se llama ‘Cardozo’, después pasé a la ‘Sarmiento Lora’, donde me doy cuenta que quería ser futbolista profesional. Ahí estuve en la formación y pude ser convocado a la Selección Colombia Sub-15 y Sub-17. En el 2019 se dio mi llegada a Fortaleza, por un convenio hubo, y ahí me va muy bien. En el 2020 pude debutar como profesional a los 17 años y ahí me dieron la oportunidad de continuar. Fortaleza fue un club que me brindó la confianza y yo con mi rendimiento quería pagarles todo lo que me dieron”.
¿Qué significa estar en una institución como Fortaleza?
“Ahí te brindan todo. Es uno de los pocos clubes que te brinda bienestar como persona. Yo llegué muy niño y me brindaron vivienda, transporte. Para mí todo era nuevo y el acompañamiento que tuvieron conmigo, fue muy importante. Desde la llegada, te sientes cómodo. Dejar a mi familia no fue fácil, pero el apoyo que me dieron, me hizo concentrarme y dejar esos miedos que nacieron al principio”.
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¿Le dio duro separarse de su familia?
“Fue difícil, estaba en la comodidad de mi casa en Cali, donde no me faltaba nada. Llegaba de entrenar y tenía todo. Salir de eso, me dio duro. Incluso le dije a mi papá que me quería devolver, pero creo que el apoyo de mis padres fue fundamental para que yo me quedara. Después de un mes, comencé a conocer más gente y ya me empecé a acostumbrar y cambié mi mentalidad. Visitarlos al acabar cada torneo también es una recarga, aunque es complicado cuando toca volver a las labores”.
¿Cómo trabaja el aspecto mental, siendo arquero, posición en la que se debe ser ‘perfecto’?
“Yo me he hecho goles horribles y cada vez que cometo un error, me apoyo en mi familia. Además hay que saber que un error lo puede cometer cualquiera, aunque ser arquero es, quizá, la posición más complicada dentro del campo. Obviamente uno no quiere equivocarse, pero si lo hace, hay que salir de ahí y continuar, siendo mentalmente fuerte. Pero sí, mi familia es lo más importante en los momentos duros”.
¿Qué puede decir de su relación con Luis Marquinez y Alexei Rojas?
“Con Luis estuvimos desde el principio en el proceso con la Selección. Él ha tenido una proyección impresionante en los últimos años, ya ha tenido la oportunidad de tapar en Nacional. Nos llevamos muy bien y es una gran persona, que te puede brindar muchas cosas. Con Alexei es distinto; llegó a mitad de proceso y es el menor del equipo. Hemos tratado de integrarlo, porque es una persona que ha estado toda su vida afuera, que casi no ha tenido ese contacto con Colombia, como grupo lo hemos arropado. Hasta ahora tiene 17 años y tiene una proyección estupenda".
¿Cómo se enteró del llamado para este Mundial?
“Estaba en Cali, porque Fortaleza nos había dado unos días para estar con la familia. Recibí la noticia con mi familia. Mi pareja fue la primera persona que se enteró, porque nosotros estábamos muy pendientes de las publicaciones de la redes de la Selección. Entonces ella fue la que me avisó y nada, ahí todo fue felicidad. Saber que el objetivo principal se cumple, es un momento muy especial”.
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¿Qué han podido analizar del grupo con Israel, Japón y Senegal?
“El grupo no es fácil. De Israel sabemos que es un equipo complicado, que tuvo una buena participación en el Europeo. A Japón lo enfrentamos en el torneo Maurice Revello (antes Esperanzas de Toulón) y les ganamos 2-1; será la misma base que tendrán para el Mundial, son jugadores muy técnicos y rápidos, aunque no tienen buena talla. De Senegal se sabe muy poco, pero se conoce que ellos en categorías juveniles suelen resaltar, afortunadamente es el último partido y esperamos llegar al último juego ya clasificados”.
En Argentina va a hacer bastante frío durante el Mundial, ¿cómo cree que los afectará?
“Cuando fue el sorteo, pudimos hablar sobre ese tema. Sabemos que vamos a jugar en La Plata y que serán temperaturas duras, pero que no será en altura. Por eso razón, la concentración no se hará en Bogotá, queremos acoplarnos a jugar a una altura más cercana al mar. Nos dijeron que era mejor entrenar en un clima cálido como Cali. Esperamos que ese tema no nos juegue en contra, sino que al revés sea bueno para nosotros”.
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