Así como la vida, el fútbol también evoluciona, y con ello los futbolistas que quieren marcar la diferencia. Los que quieren dar el máximo y buscar destacarse, tienen que trascender de sus trabajos en los entrenamientos del día a día. José Luis Chunga es uno de los mejores arqueros del fútbol colombiano, y a sus 31 años se ha convertido también el guardameta con más atajadas por encuentro en lo que lleva de certamen.
El golero barranquillero ha sido ejemplo de resiliencia, aguante y perseverancia en la labor que más le gusta. "Obviamente en el futbol hay momentos buenos y momentos malos en los que la tristeza y la duda te agobia y te empiezas a preguntar si tomaste la decisión correcta para la vida, pero creo que cuando uno quiere luchar por un sueño, por algo que anhelas, por más dudas y comentarios negativos que existan, ese es tu sueño; y no el de los demás. Y por eso, es por el que tienes que luchar", expresó en charla con Gol Caracol.
Así, más allá de sus inicios en el Barranquilla FC, y su extenso paso por el Junior, Chunga decidió salir de uno de los grandes de Colombia en busca de mayor continuidad que le permitieran seguir puliendo su talento bajo los tres palos. Luego de su paso por Jaguares, llegó a Alianza Petrolera donde notó una nueva disciplina por mejorar que hoy en día lo tienen como una de las figuras de la Liga.
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José Luis Chunga reveló que encontró un plus más a sus condiciones de la mano de la coach argentina, Karina Scomazzon, quien se dedica a acompañar a jugadores y deportistas, que buscan potenciar sus habilidades.
"Fue positivo cuando conocí a una coach, que se llama Karina Scomazzon, que trabaja con muchos jugadores de la Selección Argentina, también con Santos Borré, Frank Fabra y otros de la Selección Colombia. Empecé a trabajar con ella y me he llenado de conocimientos muy valiosos a su lado. En cada partido siempre es muy buena esa retroalimentación que se hace, para ver cómo afrontar situaciones adversas en un partido", reveló Chunga en charla con Gol Caracol.
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Su trabajo en la parte mental le han permitido dar ese salto de calidad y entender que el trabajo va más allá de lo que sucede en los entrenamientos día a día. Así contó además que "uno como arquero tiene que tratar de que el margen de error sea el mínimo, pero si te equivocas qué pasa, es un juego. Somos seres humanos que estamos en un hilo muy delgado para cometer errores, porque los arqueros si nos equivocamos el único respaldo que tenemos es la raya del arco. Todos los demás tienen respaldo, nosotros no. Cuando uno comete el error, tiene que cambiar el chip de inmediato, es pensar, ‘me hicieron un gol, ya no me hacen el segundo'".
Pero esto también se ha logrado con la regularidad y continuidad conseguida en el conjunto petrolero. Él lo sabe bien y dice que "ahora que he tenido la oportunidad de tener muchos juegos, la confianza del cuerpo técnico y el apoyo de los compañeros acá te ayudan y te potencializan esa confianza y las cosas buenas que haces. Nadie puede corregir cosas si no juega, el jugador que está titular es el que puede hacer cosas buenas o cometer errores".
¿Cómo maneja la presión con la que viven los arqueros, al ser la posición más desagradecida en el fútbol?
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"En mi carrera he tenido la fortuna de dar con gente de mucha experiencia. En Junior me tocó jugar partidos muy difíciles y pude tomar el consejo de un técnico como Julio Comesaña, que una vez me dijo que los jugadores que salen a la cancha siempre están expuestos al error, pero lo que hay que tratar es no equivocarse tanto, y cuando llegue el error pasar la página rápido, la jugada siguiente es la más importante. Muchas veces me he equivocado en partidos y lo que siempre trato es dejar eso a un lado y ya cuando termina el partido si miro qué debo mejorar y corregir".
¿Cuál es su método para corregir?
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"El crecimiento de un futbolista se basa en la autocrítica, y entendiendo que tiene la oportunidad de mejorar eso a lo largo de la semana, y si te dan la oportunidad de jugar cuando nuevamente pase esa jugada, saber que viviste algo negativo y lo puedes corregir. Yo me preparo física y mentalmente y eso marca una pauta".
¿Siente que está en su mejor versión, en lo que lleva de carrera?
"No digo que sea la mejor versión porque uno siempre quiere dar más y no tener techo. En Junior también tuve momentos lindos teniendo continuidad, simplemente que hoy acá se ve mucho más porque soy el titular de un equipo en el que llegué hace dos años y siempre he jugado, porque he sido llamado a la Selección Colombia. Yo aún soy joven para mi posición y el haber tenido a Sebastián Viera como compañero, con toda su experiencia, me sirvió para hoy ponerlo al servicio de Alianza".
¿Cuáles han sido los compañeros que más le han marcado?
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"Cuando estuve en el equipo profesional del Junior, tuve un compañero como Didier Muñoz, él me enseño muchas cosas, me acuerdo que a esa edad no sabía pegarle bien a la pelota, no tenía fuerza y él me aconsejó para mejorar ese aspecto; también compartí con Carlos Pérez, un arquero muy técnico; con Adrián Berbia, un arquero de mucha experiencia. Pero sin duda alguna con el que tuve una vivencia más larga fue con Sebastián Viera, que venía de Europa, que es el arquero que tiene la mejor riqueza técnica y todas esas cosas uno las aprende, y después de todos los años que estuve con él algo tenía que aprender".
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¿También le cogió la pegada de tiros libre a Sebastián Viera y a Giovanni Hernández?
"(Risas) Sí, es que ‘Gio’ día por medio se quedaba y de 20 balones te hacía 22 goles de tiro libre todos los entrenos, después en el tiempo que Giovanni Hernández volvió como técnico Viera y él se ponían a apostar, y posteriormente yo me metí en el tema de estar jodiendo con los tiros libres y ahí uno aprende".
¿Desde sus inicios quiso ser arquero?
"No, no, a mí nunca me llamó la atención el tema de tapar, como muchos de los arqueros estoy en la posición por accidente. Porque allí en esa posición, en una escuela, fui, me quedó gustando y hasta el día de hoy ahí me quedé. Pero yo siempre jugué de central, de delantero. Yo jugué fútbol de salón y me desempeñaba en la cancha como todo un goleador".
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¿Cuándo ya era recogebolas y estaban su etapa formativa pensó en no ser futbolista?
"Yo recién llegado a las inferiores del Junior tuve un percance en el colegio, en la clase de educación física tuve una fractura en el brazo izquierdo, en el que me partí los huesos. El sueño de mi mamá siempre fue que yo fuera a la Armada. Mi mamá estaba ahorrando para eso, y el accidente fue la excusa perfecta para ella decirle a los profesores del Junior que yo no iba a jugar más fútbol. Tuvo que venir el coordinador, para hacerle caer en cuenta que yo estaba para esto y que me diera la oportunidad. Yo mismo me quité el yeso, para poder ir a entrenar antes del tiempo estipulado".
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¿Y ahora que es profesional y lo han llamado a la Selección Colombia que opina su mamá?
"Mi mamá estuvo siempre feliz, porque siempre ha sido una hincha fiel moribunda del Junior y al ver que su hijo era parte del equipo profesional, ella sintió mucha alegría y orgullo. Y ya con todas estas cosas que han pasado está contenta, con el pasar del tiempo se ha dado cuenta que con el empeño y la dedicación que le he metido le he podido brindarle cosas que se merece y aún me faltan muchas más".
¿Qué sacrificios hizo para hoy estar donde está?
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"Una de las palabras que más se utiliza es el sacrificio, pero cuando tú haces algo que amas, quieres y deseas, eso no es sacrificio porque tú estás haciendo algo que te gusta. Sacrificio es cuando a un futbolista le toca hacer otra labor, porque está haciendo algo que no le gusta. Yo no te puedo decir me sacrifiqué en tal cosa, pero sí en temas de estar en mi casa y no hacer cosas indebidas. Los sacrificios existen, el no estar rumbeando, no tomar, no fumar, ese tipo de cosas".
¿Tengo entendido que se está preparando para su vida después del fútbol, qué está haciendo?
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"Desde que salí del Junior y llegué a Jaguares empecé a estudiar Gestión Deportiva, en la cual ya voy por el quinto semestre de la Universidad. Y también empecé a retomar mis clases de inglés, y ahí voy preparándome, porque la vida real empieza cuando uno deja de jugar".