Existe un leyenda que afirma que quienes estén unidos por un hilo rojo (en este caso, lo cambiaremos a color verde), están destinados a convertirse en almas gemelas y vivirán una historia inédita e imborrable, no importa el tiempo que pase o las circunstancias. En esta ocasión, ese hilo une a Hernán Darío Herrera y Atlético Nacional. Este domingo, en el estadio Murillo Toro, el 'Arriero' se inscribió en la historia del club y sentado en el banquillo técnico ganó el título de la Liga I 2022 del fútbol colombiano.
Todo empezó en 1975. Un antioqueño, que en ese entonces tenía 18 años, llegó a las filas del conjunto 'verdolaga', lleno de ilusión y con la finalidad de dejar huella. Y lo logró. En nueve años, no solo anotó 73 goles y disputó 354 partidos, sino que además, se coronó campeón en dos ocasiones.
Dichos objetivos, los alcanzó, siendo uno de los jugadores más relevantes y regalándole las estrellas número tres y cuatro a su hinchada, que, desde aquel momento, comprendió que 'El Arriero', como siempre se le ha conocido, estaba destinado a hacer grandes cosas en este club.
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Pero como todo, hubo un final, o más que un final, unos puntos suspensivos. En 1985, emprendió vuelo rumbo al América de Cali, camiseta con la que jugó 193 compromisos, marcó 35 tantos y gritó campeón varias veces, exactamente en cuatro ocasiones (1985, 1986, 1990 y 1992).
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El sueño de volver a vivir esa experiencia en el club antioqueño, al menos como futbolista, se desvaneció. Pero la vida y el fútbol, le tenía preparada una nueva oportunidad a Hernán Darío Herrera y una más que especial, ahora en su faceta como director técnico, tras un paso por otras toldas.
Univalle le abrió las puertas en 1998, luego dio el salto a Real Cartagena, con el que logró el ascenso en 1999 y 2004, y eso le valió para tomar las riendas de América de Cali en 2006. Posteriormente, se hizo cargo de Atlético Bucaramanga (2006) y regresó, nuevamente, a Real Cartagena (2007).
Los años siguieron pasando y nada que se daba su tan esperado regreso a Atlético Nacional. En 2009, ofició como asistente técnico de Pedro Sarmiento, en Deportivo Pereira, en 2009, y, posteriormente, arribó a Deportivo Pasto, para volver a ser el principal, siendo su última vivencia como entrenador oficial, en 2010.
Pero llegó el momento. En 2013, el equipo de sus amores, con el que siempre se ha sentido identificado, le dio la chance y asumió el reto de estratega de las divisiones menores del conjunto 'paisa'. Allí, empezó a ampliar su huella, esa que había dejado como jugador, con títulos.
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Fue así como se fue abriendo espacio, hasta el punto en que, entre agosto y noviembre de 2018, fue elegido D.T. encargado del plantel oficial, tras la salida de Jorge Almirón. En ese paso, no solo consiguió 10 triunfos, seis empates y cuatro derrotas, sino que también ganó la Copa Colombia.
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Primer título como director técnico, pero, para las directivas no fue suficiente, así que volvió a su labor con las juveniles. No obstante, como bien dicen, "todo a su tiempo". En marzo de 2022, luego de que Alejandro Restrepo partiera, le entregaron ese 'chicarrón', un Atlético Nacional en 'llamas'.
No era fácil. Sin embargo, su mensaje llegó de buena manera a los jugadores, el proyecto fluyó, clasificó a cuadrangulares y, como si fuera poco, se metió en la final, dejando en el camino a 'grandes' como Millonarios y Junior de Barranquilla, en el grupo A, y a Atlético Bucaramanga.
¿Recuerdan el famoso hilo 'verde', del que se habló al inicio? Como se habrán dado cuenta, tuvo uno que otro nudo, ires y venires, se distanciaron, tomando caminos diferentes, pero jamás se rompió. ¿Por qué? Hernán Darío Herrera y Atlético Nacional son almas gemelas y estaban destinados a escribir una historia de gloria.
Prueba de ello fue que, tras 90 minutos, frente al Deportes Tolima, el entrenador antioqueño cumplió su anhelado sueño. Este domingo 26 de junio, en el estadio Manuel Murillo Toro, este nuevo capítulo, que inició a escribirse recientemente, tuvo un final feliz porque, de seguro y en este idilio, seguirán juntos.