Este domingo, en una charla abierta y sincera, César Guzmán, dueño de Patriotas de Boyacá, realizó unas explosivas declaraciones que agitan el ambiente del fútbol profesional colombiano.
"El presidente Fernando Jaramillo tiene que renunciar a la Dimayor porque no brinda garantías, acá algo huele feo, todo tiene que sanearse, él goza de mi aprecio, pero hoy no brinda la ecuanimidad", le dijo Guzmán a Javier Hernández Bonnet en 'Blu Radio', hace pocos minutos.
La reacción del máximo accionista de los boyacenses estalló luego de que América se enfrentará oficiando de local con Cortuluá, en el estadio Doce de Octubre de la ciudad 'Corazón del Valle'.
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El dirigente deportivo explicó lo sucedido y por lo que tomó la decisión de hacer tales declaraciones. "Cuando me enteré que América iba a jugar como local en el estadio de Tuluá, llamé el presidente Jaramillo y me dijo que no sabía. Siendo el Presidente, una cosa trascendental como esa la debería saber. ¿Cómo delega esas cosas tan importantes en el gerente? Llamé al gerente (Vladimir Cantor) y su respuesta fue que a él no le parecía que esto fuera inconveniente, que no encontraba ventaja deportiva. De manera inmediata, le dije al gerente que me parecía cuando menos desobligante su respuesta y que pedía su renuncia. El gerente de la Dimayor tiene que velar por el equilibrio deportivo y manifiesta de manera abierta que no es inconveniente que un equipo regale la localía".
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César Guzmán agregó que "en la Dimayor tenían la oportunidad de corregirlo, pero me sorprende que el partido se haya jugado. Por eso estoy pidiendo que el presidente Jaramillo renuncié, no brinda el equilibrio, no tiene ecuanimidad".
Pero el máximo accionista de Patriotas fue más allá y aseguró que "la renuncia no solamente la pido yo, hay muchos presidentes más indignados. El deporte tiene que llevarse adelante a partir de la transparencia, del equilibrio para todos".
Guzmán también contó que antes de que Fernando Jaramillo se convirtiera en el dueño del puesto, él le advirtió que esa tarea no era para nada fácil, porque debía ser equilibrado al máximo.