Existe una leyenda que habla de un hilo rojo, esta hace referencia a que hay una cuerda que, pase lo que pase, se estira al máximo, da infinidad de vueltas, toma varios caminos y nunca se rompe, llegando al mismo punto y manteniendo unidas a dos partes, que son vistas como el amor de la vida del otro. Este es el caso de Felipe Pardo y el Independiente Medellín.
Esta historia empezó a escribirse desde el 2009, año en el que incluso celebraron su primer título juntos. Allí, se dieron la mano, potenciaron al otro y eso les permitió vivir un capítulo inicial de ensueño. Ahora, eso también hizo que se tuvieran que separar por un tiempo. Ese momento se dio en 2013, cuando el nacido en Quibdó, Chocó, emprendió un largo vuelo.
Sporting Braga (Portugal), Olympiacos (Grecia), Nantes (Francia), Toluca (México) y Pachuca (México) fue el agua que pasó debajo de ese puente, durante casi 10 años, hasta que, finalmente, en 2022, el 'poderoso' y el atacante se reencontraron. Eso sí, fue como si nunca se hubieran distanciado. Por el contrario, se sintió incluso más amor, afinidad y ganas de crecer.
En ese tiempo, pasaron muchas cosas, vivencias, experiencias, aprendizajes, en fin, de lado y lado, lo que sirvió para que, en este nuevo capítulo, no se empezara de ceros, sino que, por el contrario, al ya conocerse, empezaran a aspirar a algo muy grande, lo cual casi llega. En diciembre de 2022, fueron subcampeones, al perder la final frente al Deportivo Pereira.
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No obstante, fue un arranque prometedor y que ilusionaba. Pero no todo es 'color de rosa'. Infortunadamente y, como es normal en toda relación, ha habido crisis. Por un lado, el club vivió momentos complejos y para no ir tan lejos, en el inicio de 2023, hubo cierta crisis; por el otro, el atacante también sufrió más de la cuenta o no la pasó nada bien en cierto punto.
Críticas, señalamientos, sentimientos un poco feos, dolores de cabeza, caer en un vacío del cual a veces parecía imposible de salir, en fin. Fueron épocas oscuras. Sin embargo, cada uno se las arregló para salir adelante y, en esta ocasión, en Gol Caracol, en nuestra tradicional sección 'las Figuras del Fútbol Colombiano', quisimos conocer más de la historia de 'Pipe'.
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No ha sido fácil como él mismo lo dice, hubo sufrimiento porque eso hace parte de la filosofía del Independiente Medellín, pero con entrega, esfuerzo, trabajo, dedicación, profesionalismo y honestidad, todo es posible y eso sí que lo sabe Felipe Pardo, quien, a sus 32 años y una carrera maravillosa en el fútbol, sigue soñando y nadie le impedirá que luche por ellos.
¿Qué pasó a comienzo de año que los resultados no se dieron?
"Esto es como todos los proyectos y procesos, toca empezar de menos a más. De pronto, el equipo el semestre pasado fue igual, hasta que se empezó a entender la idea del profesor. Este año, llegaron jugadores nuevos, quienes debían acoplarse primero a la idea y lleva tiempo. Día a día, ha sido importante con el fin de acoplarnos, encontrarnos y hacerlo en cancha".
¿Cómo lograron superar esa compleja situación?
"En ese momento de crisis, donde no se podía ganar, los resultados no llegaban y había cierto murmullo, siempre tuvimos tranquilidad y calma, lo cual es importante. Finalmente, llegó el partido que nos permitió respirar, tomando un nuevo aire, consiguiendo una seguidilla de victorias y ya el equipo se ha fortalecido, creemos y eso nos ha ayudado muchísimo".
¿Qué tan cierto es que, históricamente, Medellín es un equipo sufrido?
"Sí (risas), ha sido así. En Medellín, el que no sufra o no sienta este escudo y camisa, no es hincha. Ahora, eso se tiene que acabar. Medellín siempre ha sido un equipo grande, histórico e importante y hay que dejar esa sufridera porque se suelen armar equipos buenos y es un club que convoca mucha gente, al bueno juego y eso se tendrá que terminar lo de sufrir",
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Entonces usted lo ha vivido, ¿o no?
"Claro (risas), pero eso hace parte de estar en Medellín. Es más, si en el momento nos toca seguir así, sufriendo y todo, no hay problema y bueno también se le dará todo y termina siendo ese condimento especial de este sentimiento tan único, el cual se va creando y se tiene hacia el equipo, como el hecho de que si no se sufre, no se vive ni se siente tanto (risas)".
Otro que sabe de eso es David González, pero ahora como técnico, ¿Cómo lo ha visto en esa labor?
"La experiencia ha sido importante, también el hecho de haber vivido afuera, adquirir vivencias. El 'profe' David González llegó con una idea nueva, de Europa, con otra mentalidad, los entrenamientos son diferentes, los trabajos cambian, y eso ha sido fundamental para nosotros, los compañeros y chicos nuevos que vienen creciendo y quieren dejar huella acá".
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Desde su regreso, ¿Qué cree que le ha aportado de nuevo al equipo?
"Experiencia, actitud, ganas, garra, entrega, sacrificio, amor propio hacia la institución, la camisa, los colores y respeto por la hinchada. Eso lo ven los compañeros y hace que se cree un respeto hacia uno y los capitanes; así, los nuevos que están, ven que uno se entrena bien, quiere salir adelante, siempre se quiere dar lo mejor y ellos lo aprenden, desde el ejemplo".
Hablando de ese ejemplo que da, ¿Cómo es su relación con los más jóvenes?
"Siempre estamos al lado de los más jóvenes, con tacto, se les habla, les decimos lo que está bien o mal, se les aconseja. El fútbol ha cambiado mucho; recuerdo que en mi caso fue duro porque antes un grande o experimentado no se te acercaba a darte consejos o hablarte, sino que todo lo contrario, te trataban mal, te gritaban y decían que no servías para nada".
¿Cuál es el mejor consejo que les ha dado?
"En medio de esta dinámica, con jugadores que llegan jóvenes a la profesional, llenos de talento, lo importante es saber llevarlos, aconsejarlos y que nos escuchen. Lo que más les recalco es que de la línea para adentro sean serios, honestos, responsables y se entreguen al máximo, que cuando pisen el rectángulo lo hagan de la mejor manera y dándolo el 100%".
Usted habla de Medellín y se le 'hincha' el corazón, ¿Cómo surgió tanto amor?
"Soy una persona que vive el fútbol a mil. Cuando entro a la cancha, soy otra persona y me transformo, siendo un jugador que siente pasión, entrega, sacrificio, que da todo por la camiseta que defiende. En este caso, en el Medellín, me han dado mucho, por no decir que todo. Desde que llegué, la gente me recibió bien, así como los compañeros de esa época".
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Fue como un 'amor a primera vista'...
"(Risas) Un poco sí. La hinchada ha sido extraordinaria conmigo y no tengo nada que reprocharles porque siempre se han portado muy bien, por algo soy un referente y no sé si pueda decirlo, pero casi que un ídolo. Ahora, eso me lo gané por lo que soy: primero una gran persona y un buen ser humano y después sí jugador, que ya es cuando no niego una gota".
¿Qué le dicen en su familia?
"Mi familia es de acá de Medellín, entonces cómo no amar estos colores, es una razón más para hacerlo. Hay algo claro y es que uno tiene que ser hincha o amar o vivir en esta institución o sentirla para saber qué es estar en el Medellín. Mucha gente dice que ahí se sufre, pero es que lo que se vive aquí, no se vive o siente en ningún lado ni de la misma manera".
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¿Cuál ha sido el papel de su familia en este camino?
"Mi familia siempre ha sido mi apoyo incondicional en este proceso, mi esposa, mi hija. Estoy seguro de que sin ellas, en especial mi esposa, por la manera como me ha apoyado y respaldado siempre, no sé qué hubiera pasado. Y lo mismo con mi papá, mi madrastra, mi mamá que está en el cielo, han sido claves para que sea lo que soy y conseguido lo que tengo".
Es decir, ¿Hubo momentos duros?
"No fue fácil porque salí muy joven para el exterior y mucha gente pensaba que no iba a durar mucho porque en el fútbol es complicado, ya que no es cuestión de estar, sino de mantenerse. Sin embargo, gracias a Dios, por el apoyo de ellos y de la mano de mi entrega, esfuerzo, trabajo, dedicación, profesionalismo y honestidad, duré varios años afuera y crecí harto".
Se presentaron épocas duras, de muchas críticas, señalamientos, apodos fuertes, en fin, ¿Cómo lo superaron?
"Con la cabeza fuerte, manteniéndose enfocado y con la mente donde debe estar. En la actualidad y lo hemos vivido con algunos compañeros que bajan el nivel y es porque leen mucho las redes sociales y estas son muy destructivas, pero uno no debe creer en eso, sino confiar en lo que haces y eso fue lo que hice, intenté mantenerme centrado y con confianza".
¿Algúna vez, en medio de esa situación, pensó en 'botar la toalla'?
"Jamás. Si bien hubo comentarios y apodos demasiado feos, lo que hice fue dejar de escucharlos, me aferré a mi familia, a Dios y creí en mis capacidades. Además, tenía unos sueños y objetivos tan grandes que nada ni nadie los iba a detener y, por eso, me mantuve siempre firme. No hacía caso a lo malo. Eso me llevó a estar en clubes importantes y brillar afuera".
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¿Por qué regresa al Medellín?
"Siento que se cumplió un ciclo, que se aprendió mucho y que ya era momento de volver a la institución que tanto me dio y en la que me siento feliz. Ahorita vengo mejorando mucho, dando una mano, estoy contento porque siempre que entro a la cancha doy lo mejor y la hinchada lo ve, entonces era el lugar al que quería volver y estamos bien y muy agradecidos".
Pasaron casi 10 años, desde su primera etapa en el DIM, ¿Con qué se encontró ahora?
"Medellín va creciendo poco a poco. Es una institución grande en historia y se ha potenciado en trabajo en las divisiones inferiores, inversión, máquinas o gimnasios, mejores condiciones, en fin, es un buen lugar. No estamos mal, sino que todo lo contrario, pero hay diferencia con los clubes que tienen más poderío económico y pueden hacer inversión en ello".
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¿Qué cree que vino a aportarle al fútbol colombiano, después de toda su experiencia?
"Creo que el conocimiento, por haber pasado por grandes equipos de Europa, de conocer la cultura, cómo se entrenan, lo que se trabaja, entre otros aspectos. Entonces la idea con el profesor David González, en este proyecto, es ir, poco a poco, haciendo un cambio de mentalidad y la cultura del jugador colombiano que sea como la del europeo y eso lleva tiempo".
¿Cuál cree que sería el impacto en nuestra liga, si eso se logra?
"El jugador colombiano es rico en técnica, velocidad, desequilibrio, potencia, entre otros. Por eso, es que solemos gustar tanto afuera y ahora imagínese donde tuviéramos esa otra mentalidad, sería mejor. Espero seguir aportando y que nos demos cuenta de lo que tenemos porque hay con qué crecer y potenciar nuestra liga para dar saltos de calidad en todo".
¿Qué sueños hay ahora con Medellín?
"Mi sueño es volver a ser campeón. Lastimosamente, la final pasada la perdimos, pero sigue siendo un objetivo y espero lograrlo. Sé que este año se va a dar, ya que el equipo está mental, física y futbolísticamente fuerte, con jugadores muy importantes, hay una lucha sana y somos una familia. Quiero seguir en el nivel en el que estoy y ganar muchos trofeos".
¿Y en Copa Libertadores?
"Vamos paso a paso. Dios quiera que logremos alguna vez ese título. Pero tenemos que ir despacio, primero hay que ver cuál grupo nos toca, lo analizaremos y se va a preparar de la mejor manera como siempre. No puedo prometer que se va a ganar ya la Copa Libertadores, pero es día a día. Eso sí, lo sueño y nadie me va a quitar esa ilusión de mi cabeza".
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Entre esos sueños o ilusiones, ¿Está la Selección Colombia?
"Ya tuve la oportunidad de estar allí, vivir esa exigencia, sumar algunos minutos y eso siempre sigue ahí. La ilusión y ese sueño 'tricolor' está latente cada vez y ojalá se me vuelva a dar la oportunidad. Eso sí, la chance no llega de la nada y para eso hay que trabajar, hacer las cosas como se vienen haciendo, marcando diferencia y ahí ver qué pasa y si nos llaman".