Trabaja, lucha, pelea, levántate, no bajes los brazos y menos cuando tus sueños son grandes. ¿Habrá tropiezos? Claro que sí, pero siempre habrá maneras de seguir adelante; ¿Te querrán ver en el suelo? De seguro, pero también habrá quienes te darán una mano para que te pongas de pie, o sino que lo diga Kevin Mier o más qué él, su hermana, Ingrid Johana.
Muy pocos pueden decir que, a sus 22 años, han disputado un Sudamericano Sub-15, otro Sub-17 y uno Sub-20; asimismo, han estado en dos Mundiales como el Sub-17, en 2017, en la India, y el Sub-20, en 2019, en Polonia, alcanzando los cuartos y octavos de final, respectivamente. Además, ser, en la actualidad, el arquero titular de un grande, como Atlético Nacional.
Claro, nada de eso fue de la noche a la mañana y mucho menos por pura casualidad. Basta con conocer la historia de este joven guardameta, nacido el 18 de mayo del 2000, en Barrancabermeja, Santander. Y es que todo lo que tuvo que vivir, los diferentes esfuerzos y sacrificios que realizó, pero, de igual manera, el apoyo incondicional de su familia, son para admirar.
Su madre, Miladis Robles, su padre, Edgardo Mier y su hermana, Ingrid Johana, han sido sus pilares. Justamente, en Gol Caracol hablamos con esta última, quien, en medio de ese orgullo y felicidad que siente por su hermano, recordó varios momentos que atravesaron y superaron, dejando claro que Kevin es, sin lugar a dudas, un verdadero ejemplo a seguir.
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Este domingo 26 de junio, bajo los tres palos del 'verdolaga', afrontará una de sus más grandes pruebas en su carrera, al disputar la final de la Liga I-2022 del fútbol colombiano, frente a Deportes Tolima. Por eso, no se guardará nada y lo dará absolutamente todo, como siempre lo ha hecho, entendiendo que estaría viendo los frutos de tanto trabajo en su vida.
¿Qué dicen en la familia al ver el presente de Kevin Mier?
"Estamos muy orgullosos de todo lo que ha logrado y conseguido porque, para él, no ha sido fácil. Ser el titular del equipo más grande de Colombia es impresionante. Este año le ha ido súper bien y es algo que, a veces, ni él se lo cree. Siempre lo soñó, trabajó para ello y, ahora, lo está haciendo realidad. Eso sí, tengo claro que le falta y queda muchísimo por delante".
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¿Hablan con él, antes o después de cada partido?
"Siempre, o al menos eso intentamos. Antes de cada encuentro, nos llama, se comunica con mi mamá y mi papá para que le den la bendición, ya que creeemos mucho en Dios. De igual manera, cuanso se terminan los juegos, volvemos a hablar y nos dice que lo que está viviendo parece un sueño (risas). Es una persona entregada, disciplinada, juciosa y muy dedicada".
Una cosa es lo que se ve en la cancha y otra afuera de ella, ¿Cómo es él?
"Con las personas que no conoce, es algo tímido y casi ni habla. De hecho, si ven, no es alguien que suela publicar algunas cosas en sus redes sociales. Ahora, con la familia, es abierto, chistoso, amable, respetuoso, juega con todos y todavía lleva ese niño por dentro. Es un ser humano maravilloso, a quien admiro en todas sus facetas y es el alma y alegría nuestra".
La carrera de futbolista conlleva ciertos sacrificios, entre ellos, estar lejos de la familia, ¿Lo extrañan?
"Nos dice que, a pesar de que ya vive solo y tiene sus cosas, le hace falta estar con mi mamá y conmigo; es que somos muy unidos. Puede que sea tímido, pero es centrado y maduro, hasta el punto de decirnos si estamos haciendo algo mal o bien. Su forma de ser también se debe a que, desde pequeño, le tocó defenderse solo en Medellín, que es una ciudad grande."
Hablando de esa forma de ser de Kevin Mier, ¿A quién se debe?
"Mi mamá es docente y, prácticamente, ha sido la que nos ha formado. Mis padres se separaron hace mucho tiempo, pero, pese a eso, mi padre también siempre ha estado ahí. Recuerdo que cuando mi hermano atajaba en Barrancabermeja, en el equipo 'Oro Negro', mi papá siempre estaba ahí, dándole indicaciones y presionándolo detrás del arco (risas)".
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Justamente, ¿Cómo fueron esos inicios?
"En pocas palabras, lo de Kevin se dio porque es el sueño frustrado de mi papá (risas). Él, en Barrancabermeja, era arquero y jugaba en campeonatos amateurs, pero no se le dio, como a mi hermano, lo de jugar a nivel profesional. Entonces en el momento que Kevin empezó en el club 'Oro Negro', lo hizo como delantero, como hasta los ocho años, pero todo cambió".
¿En qué momento pasó a ser guardameta?
"A esa edad, casi los ocho años, mi papá le fue comprando los guantes y demás implementos para esa posición. Hubo una vez que en el equipo no había arquero, entonces eligieron a Kevin, lo hizo muy bien, le quedó gustando y, desde ahí, ya se cambió a la posición de arquero. Más que todo esa vena futbolera viene de mi papá, que siempre le ha encantado todo".
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Entonces, ¿el padre es el gran responsable, en lo deportivo, de que Kevin sea futbolista?
"(Risas) La verdad es que sí. Como te decía, mi papá se le hacía detrás del arco y le decía todo, lo cual no le gustaba a Kevin porque sentía presión, pero era una muestra de apoyo. Ahora, al verlo ahora, siente mucho orgullo, no solo porque su hijo es profesional, sino que además se desempeña como arquero, es como un doble sueño cumplido para mi papá (risas)".
Y en el caso de la madre, ¿Cómo ha sido?
"Ha sido, en buena medida, el motor de muchas cosas. Ella, al igual que mi papá, siempre ha estado presente, pendiente y apoyando. Además, como te decía que es docente, ya te imaginarás lo exigente y al mismo tiempo excelente persona que es. Con sus consejos, asumiendo ese rol y de la mano de sus valores, nos formó muy bien y Kevin es ejemplo de ello".
Ya hablamos del padre y la madre, pero, usted, como hermana, ¿Qué le ha aportado a Kevin?
"Él siempre nos pregunta, cuenta y consulta absolutamente todo a mi mamá y a mí. Entonces nos escucha al pie de la letra y está pendiente de lo que decimos, cuestiona si algo está bien o mal, siempre estamos para él. La verdad es que si bien yo soy la mayor, Kevin es como mi ejemplo, por todo lo que ha conseguid en tan corto tiempo, pero con tanto trabajo".
Ustedes, ¿Cómo lo ven a él?
"Como el hombre de la casa. Nos atiende demasiado. Ahora, es alguien que, para la edad que tiene (22 años), es un joven muy centrado y maduro. En lo personal, es un ejemplo para mí, en el sentido de que me ha demostrado que los sueños sí se pueden hacer realidad, con sacrificio, esmero, esfuerzo, entrega y demás virtudes que he nombrado anteriormente".
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En medio de tantos elogios, ¿Hay algo que Kevin deba mejorar?
"(Risas) No sé si es porque es mi hermano o por el orgullo que siento o el amor que siento, yo qué sé, pero, por lo menos, a grandes rasgos, no siento que le falte algo. Hablo desde lo personal, ya desde lo deportivo no sabría decir bien, pero para mí es un muchacho muy centrado, disciplinado, maduro, consciente de las cosas, luchador, en fin, es mi todo (risas)".
¿Hay tensión, nervios, alegría o cómo viven ese momento cuando Kevin salta a la cancha?
"Lo que es mi papá y mi mamá, no les gusta ver los partidos de Kevin con nadie, siempre los ven solos y apartados de todo. Mi mamá lo hace porque no le gusta, se siente nerviosa, le da un poco de miedo, entonces cuando él juega, se pone a orar. Por otro lado, mi papá, cuando lo ve jugando, sea el partido que sea, llora de la emoción, como un sueño cumplido".
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¿Cómo manejan las críticas?
"Mi hermano no ve noticias, ni lee comentarios ni ve redes sociales, entonces nos decía que hiciéramos lo mismo para que no nos dejáramos afectar porque siempre son muchas opiniones mal intencionadas y demás, y no entienden que detrás de todo eso, hay un ser humano; eso duele, más allá de que uno entiende que hace parte de la profesión en la que está".
¿Nunca ha habido esa tentación de ver redes y demás?
"Mi mamá no tiene redes entonces nunca ve lo que comentan, mi papá tampoco, pero yo sí (risas) y, siendo sincera, a veces me da curiosidad saber qué piensa la gente, pero no dejo que eso me afecte y menos porque conozco a mi hermano y sé lo duro que ha trabajado y lo que ha hecho para estar donde está. En el fútbol todo es variante y jamás se sabe qué pasará".
Dice que "sé lo duro que ha trabajado y lo que hizo", ¿Hubo momentos difíciles?
"Tuvo un tiempo muy difícil que fue cuando empezó en Atlético Nacional porque es el menor de la familia, conformada por papá, mamá y dos hermanos), y al irse solo a Medellín, vivió momentos complejos. De hecho, llegó a decir que ya no quería nada porque no le gustaba estar lejos de su familia y que mejor se iba a poner a estudiar una carrera y dejar todo atrás".
¿Cómo superaron ese momento?
"Mi mamá le dijo que no bajara los brazos y siguiera luchando por su sueño. Padres, tías, hermanos y la familia siempre ha estado ahí. Somos unidos, lo aconsejamos, estuvimos pendientes y diciéndole cómo debía hacer las cosas. Desde pequeño, a los 15 años, se fue a vivir solo y no es fácil, pero él es responsable, lleno de valores y con muchas ganas de salir adelante".
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Al recordar eso y verlo donde está ahora, ¿Qué piensa?
"Soy más sentimental que él. De hecho, cuando lo llamo, lloro, y ahí, me dice que no, que esté tranquila y disfrutemos, pero la verdad es que son lágrimas de emoción. A Kevin, le tocó duro. Nuestra familia es humilde. Recuerdo que cuando fue a la Selección Colombia, usaban guayos especiales y costosos, y no había dinero para comprarle eso, pero se luchó y ahí va".
Están en la final, Kevin Mier es titular y figura, ¿Qué han hablado en estos días?
"En estos días, nos ha dejado claro que sea lo que Dios quiera, que si Dios lo puso ahí es por algo. No es que esté confiado, pero sí deja todo en manos de él y dice que lo que le tengan preparado, lo aceptará. Eso sí, en caso de ganar, será la locura, una alegría gigante. Igual, si no se dan las cosas, será duro, pero lo sabrá manejar para que no nos afecte tanto a nadie".
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¿Dónde le gustaría ver a Kevin?
"De fútbol sé poco (risas), pero sí me encantaría volver a verlo en Selección Colombia; eso sería impresionante y un motivo de orgullo. Revivir esa emoción es único. Ojalá regrese porque las veces que estuvo allí, jugando tres Sudamericanos y dos Mundiales, entre Sub-15, Sub-17 y Sub-20, fue especial, nos llenó de orgullo y algo que non olvidaremos por lo especial".
¿Cuál es el sueño de su hermano?
"Por ahora, el título; la verdad no le he preguntado y es una excelente pregunta (risas). Me queda de tarea para que en una próxima ocasión que hablemos, te diga la respuesta (risas). Lo que sí sé es que su título con Atlético Nacional, lo quiere sí o sí, y lo de la Selección Colombia, que eso lo llena como a nadie y siempre nos lo ha hecho saber, desde las juveniles".
¿Cómo podría describir la vida de Kevin Mier, hasta el momento?
"Un luchador, guerrero, ejemplo y más. Las vivencias que tuvo es de las que se aprende. En la actualidad, mi hermano es la persona a seguir, pese a su edad y ser el menor. Ya hasta es patrocinado y tiene sus guayos caros y especiales (risas). Todo lo ha conseguido con esfuerzo. Me da mucha nostalgia. Tengo demasiado orgullo y alegría por él y sus logros alcanzados".