Para muchos el fútbol es un 'vicio' que nunca e puede dejar. Y mucho más si la práctica de este deporte fue a nivel profesional, en la alta competencia y de manera destacada. Ese es el caso de Omar Guerra, quien surgió de la cantera de Millonarios, con el que debutó profesionalmente, y además jugó en Pereira; Aucas, Deportivo Cuenca, Universidad Católica, Técnico Universitario, Macará, de Ecuador; y Olimpia, de Honduras.
Y es que radicado en Barranquilla, donde tiene su club de fútbol infantil y juvenil, el antiguo volante de los 'embajadores' ha sido invitado en varias oportunidades y tras el retiro en 2015 a jugar en torneos aficionados de alta exigencia, en los que participan viejos compañeros que pasaron por la primera división y la B en nuestro país.
Y hace ya un par de meses, Guerra sufrió una dura lesión actuando en uno de esos campeonatos, que solamente fue superada en gravedad por una rotura de ligamentos de rodilla cuando llegó a Junior, frenando uno de sus sueños.
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"Jugando un torneo de futbolistas retirados en la Universidad Autónoma acá en la ciudad tuve una lesión de peroné. Me llegó esto a los 43 años, pero hace parte del fútbol. Pero bueno, ya estoy en mi segundo mes de recuperación y el próximo mes estaré nuevamente en las canchas, al menos para hacer trabajos con los niños de mi club", contó el nacido en Valledupar en charla con Gol Caracol.
Pese a la gravedad de la lesión, 'Rivaldito' Guerra, apodo que le acuñaron en sus inicios en Bogotá, rememoró un momento duro estando en actividad. "En el fútbol profesional tuve una lesión en el 2007, cuando llegaba de Ecuador a Junior de Barranquilla, en el primer entrenamiento me lesioné de ligamento cruzado. Y bueno, ahí volví a Millonarios a operarme y recuperarme con el doctor Muñoz (Édgar)", contó el hombre que ostenta el récord como colombiano con más goles en el balompié ecuatoriano, con 73 anotaciones.
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Al finalizar la conversación, se puso sobre la mesa la pregunta sobre si volverá a calzarse los guayos. “Este año me dedicaré a fortalecer fuerte, si juego es para compartir con los niños de la fundación y del internado, pero seguramente el año entrante la cancha me llamará nuevamente”, selló la charla.