A Juan Cruz Real no le para de sonar el celular. Ya está en Estados Unidos, donde vive su familia, pero todas las conversaciones que tiene son con gente de Colombia. Y no es para menos, es el técnico campeón del fútbol de nuestro país. El primer título de su carrera significó el bicampeonato y la estrella 15 para América de Cali .
En un 2020 tormentoso y para gran parte de las personas, doloroso; este argentino de 44 años puede decir que fue uno de los pocos privilegiados en analizarlo de forma positiva y alegre.
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Sin embargo, cuando empezó este año jamás se imaginó que iba a estar alzando un trofeo. “Estaba en Jaguares. Habíamos podido salvar al equipo del descenso y los objetivos para este 2020 era mantener la categoría”, le dijo Juan Cruz Real a GolCaracol.com.
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Y al final terminó saliendo campeón…
“Nunca pensé que iba a pasar ese cambio. Cuando estoy trabajando siempre me enfoco en los objetivos que me trazo. Estos cambian dependiendo del equipo y eso fue lo que me sucedió. Con Jaguares era no descender y con América era salir campeón. Así empecé y así terminé el año”.
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¿Es cierto que usted pudo llegar antes al América?
“Ya nos estaban haciendo el seguimiento y al final se dio la posibilidad de llegar. Hace un tiempo tuvimos la posibilidad de ir, pero no se pudo por diferentes situaciones. Ahora gracias a Dios sí finalmente se dio”.
Hábleme de sus inicios como entrenador…
“Por un tema familiar se me presentó la posibilidad de ir a vivir a Canadá. Allí me retiré como futbolista y empecé a desarrollarme como entrenador. Trabajé en clubes formativos y luego di el paso a las selecciones juveniles. Después pasé a ser asesor y ojeador de la Selección de mayores y, en 2014, vine a Estados Unidos a trabajar en un centro de alto rendimiento hasta que, en 2015, Belén de Costa Rica, un club pequeño que estaba en desarrollo, me dio mi primera oportunidad”.
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¿En qué entrenadores se ha fijado como modelos a seguir?
“Desde mi formación siempre he seguido el ejemplo de Marcelo Bielsa . En su idea de juego. Tuve la fortuna de ir en 2018 a Leeds a presenciar algunos entrenamientos, cuando estaba en Europa haciendo mi licencia de entrenador con la UEFA y fue una gran experiencia. Luego fui a España y pude hablar con Quique Setién , quien por ahí no le fue tan bien en Barcelona, pero solo el hecho de haber llegado ahí fue un gran logro. Y aquí en Colombia hablé con Juan Carlos Osorio , a quien respeto y admiro mucho”.
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¿Considera que antes del América su carrera tuvo un buen desempeño?
“Yo creo que sí tuvimos buenos números, acorde a los objetivos de los equipos. En 2017 llegamos a Alianza Petrolera , que estaba a 3 puntos del descenso y después de un año de trabajo, el equipo terminó lejos de esos puestos. Independientemente del número final, nosotros hemos cumplido para lo que nos contrataron. Y con Jaguares fue lo mismo, nos jugamos todo en cinco partidos y cumplimos el objetivo. Las exigencias en América son distintas. Estoy en un equipo con la posibilidad de buscar títulos”.
¿Cuál fue la crítica que más le dolió?
“Sabía el contexto al que llegaba. Traté de no estar pendiente de las críticas. Siempre hay unas constructivas que te ayudan y otras que son malintencionadas. Esas son las que me dolieron porque no tienen fundamento. Me molesta que solo lo hacen por ofender y ya faltan es al respeto. Cuando dicen que no estoy capacitado o que yo no tengo idea de mi trabajo, eso no lo comparto”.
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Incluso se llegó a decir que había problemas al interior del grupo…
“Con los jugadores nos reíamos cuando veíamos todas esas cosas sin fundamento que decían. Lo interno lo pueden ver hoy en día. Es un grupo fenomenal. Desde que llegamos los jugadores siempre han sacado la cara por nosotros. Estoy muy agradecido por la forma en que se han portado con nosotros desde el primer día”.
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¿Y qué papel jugó Adrián Ramos en todos esos momentos?
“Tanto él como Luis Paz son fundamentales. Yo me alegró mucho por Adrián porque con toda la experiencia que tiene, posee una humildad increíble. Puso en riesgo todo su prestigio para lograr el objetivo que se propuso. Además, siempre nos generó una exigencia buena y sana. Nosotros como cuerpo técnico sabíamos que debíamos prepararon aún más si queríamos convencerlo con nuestra idea y forma de trabajo. Y cuando él nos dio ese respaldo, nos generó seguridad”.
¿Qué fue lo más doloroso de este año?
“Todo lo que pasó en el partido contra Gremio , allá en Brasil. Fue un descaro lo que hicieron con nosotros, que quedamos a segundos de hacer historia y con la posibilidad de clasificar a la siguiente ronda o a la Sudamericana. Por esa canallada arbitral nos dejaron si nada”.
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Sin embargo, muchos criticaron su forma de juego en la Libertadores…
“Cuando América salió sorteado en ese grupo, todos decían que si salía tercero era una buena campaña. Y nosotros, si no hubiera sido por el descaro que cometieron en Brasil, estuvimos en condición de lograr eso después de solo cuatro partidos dirigidos. Ninguno de los equipos, que superan abisalmente nuestra nómina, nos pasó por encima. Nunca lo tomé como un fracaso. Uno tiene que medir las competiciones de acuerdo a lo que tiene y a quiénes enfrenta. Obviamente al tratarse de América solo por el nombre, se analiza el resultado final”.
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¿Pensó en algún momento que se le escapaba la final contra Santa Fe?
“Los goles llegaron en la última parte del primer tiempo. Uno fue por pelota quieta y otro, en mi opinión, el rival actuó mal al haber un jugador de nosotros en el piso. Sí, Santa Fe tenía el control territorial, pero nunca tuvo ocasiones claras de anotar. Para el segundo tiempo ajustamos detalles, los jugadores que entraron respondieron y les dije que estuvieron tranquilos, que pensaran que íbamos 3-2 ganando y no 2-0 perdiendo. A partir de ahí no pasamos mayores apuros. Dicho esto, obviamente hubo un momento de incertidumbre porque la diferencia se acortó mucho, pero nosotros sabíamos que todo eso podía pasar y lo supimos mantener”.
¿Cuándo va a cumplir su promesa?
(Se ríe). “Cuando llegué a Colombia. Las promesas tienen siempre algo especial. Ahí miraremos quiénes me acompañan caminando desde el Pascual Guerrero hasta la Basílica del Señor de los Milagros de Buga. Yo soy muy creyente desde mi crianza y tuve la oportunidad de conocer la Basílica y me aferré a eso. Pero esto lo hace mucha gente, por ahí trascendió por lo que sucedió, pero lo importante es el mensaje de creer en algo superior”.
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¿Cómo califica su 2020?
“No puedo ponerle un puntaje porque no es algo lógico. Lo que sí digo es que logramos el máximo objetivo con una presión altísima, porque la gente tenía una expectativa lógica generada por lo hecho el año pasado. Pero nosotros somos un equipo completamente diferente, jugamos de otro modo, ni mejor ni peor, y justamente eso es un gran reto. Es muy difícil ser bicampeón con un entrenador nuevo. Y bueno, nosotros sumamos siete juveniles, y no solo los acercamos a los entrenamientos; tuvieron participación en el primer equipo y fueron importantes en momentos complicados. Muchos piensan que logar el campeonato fue algo simple, pero no lo fue”.
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