Robert Lara es una de las grandes revelaciones en el Torneo I-2024 del fútbol colombiano, donde ha marcado cuatro goles, en las primeras seis fechas del campeonato. El delantero bogotano está teniendo su temporada de renacer, después de una pausa que tuvo por falta de oportunidades.
En ‘Historias de la B’ hablamos con el hombre de 22 años, que debutó en Fortaleza a con ‘16 abriles’ y esto le jugó una mala pasada. Estas adversidades lo han hecho madurar y ahora sueña con seguir destacándose, hasta llegar a Millonarios, el equipo de sus amores.
“Soy Robert Lara, jugador de Tigres FC. Mis inicios fueron jugando Futsal en un equipo llamado CS Futsal de mi barrio, el 20 de Julio de acá de Bogotá. Después de jugar al Futsal, me vieron en el CEIF. Y ahí empecé a jugar fútbol con ellos, me metieron en la selección Bogotá, cogí las tres selecciones en Bogotá. Luego ellos me subieron al plantel profesional de Fortaleza. Debuté a los 16 años, porque tuve un óptimo rendimiento en la Sub-15. Sobresalí por muchas cosas. Hice dos goles en Fortaleza CEIF, en tres partidos”, fueron sus palabras iniciales en el relato de su historia.
De ahí su vida da un giro, ¿qué pasó?
“Luego de ello, por cosas que pasaron, por cosas que también no venía trabajando bien, salí de Fortaleza, estuve en Futgloball, jugué la Copa Trinche. De ahí me vieron en Tigres, porque hicieron un convenio Fútbol Global con Tigres. Hace poquito firme con Tigres, ya llevo poco más de seis meses”.
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¿Cómo fue crecer en un barrio como el 20 de Julio?
“El 20 de Julio es un barrio pesado por todo, por la droga y la inseguridad que se vive entre los jóvenes. La mayoría de los que entran en ese mundo, terminan perdidos en cosas malas. Tuve a varios amigos que aún siguen en ese mundo, pero a mí me ayudó la disciplina que tuve, eso me ha llevado a estar donde estoy”.
¿Cómo fue debutar tan joven?
“Debutar a los 16 años fue un plus y un contra. Entonces me jugó una mala pasada en la cabeza el haber debutado tan temprano porque me consentía demasiado en Fortaleza. Entré a una zona de confort en la que creía que ya estaba fijo, que ya me iban a comprar otro equipo. Eso me jugó en contra. Ellos vieron que yo me relajé y me empezaron a dejar de dar oportunidades. Es entendible porque es un equipo de fútbol, ellos necesitan que sus jugadores estén plenos. Después de salir de Fortaleza fue un choque muy duro, pero eso me ha ayudado a ser más maduro ahorita".
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¿Cómo afrontó esa salida tan sorpresiva?
“Después de salir de Fortaleza no tuve un luto largo. Me llamó mi representante Federico Echeverri y él tiene un equipo que se llama Futgloball, que es prácticamente reclutar a los jugadores que les llaman los retirados que tienen jugadores de hasta 22 años que acá en Colombia dicen que ya son para el retiro y que ya eso es mucha edad. Eso me sirvió mucho porque éramos chicos con ganas de querer otra vez aprovechar esa segunda oportunidad. La Copa Trinche es un torneo que genera la esencia del barrio, de donde uno viene, de sentir otra vez esa llamita. No caí como en ese bache tan profundo, me hizo recapacitar, sentar cabeza y madurar”.
¿Ahora cómo está su presente en Tigres?
"Ser parte del equipo, el sentirse con confianza, que el profe le da a uno la confianza, que el equipo lo respalde a uno y me han dado esa confianza, me han dado como ese respaldo a, a poder brillar, a poder ser uno de los referentes en el equipo. Ojalá podamos conseguir el paso que queremos, que es ascender a la Primera división".
¿Cuál es tu sueño?
"Poder algún día jugar en Millonarios, sería muy bueno llegar al equipo de mis amores. El club al que uno alienta desde pequeño. Espero algún día lograrlo y que esté ahí Falcao García, que es mi máximo ídolo”.