Así como caerse está permitido, levantarse se hace obligatorio. Y es que, a lo largo de la vida, jamás se está exento de uno que otro error. De hecho, en esas situaciones es cuando más se aprende. Lo importante en ese camino es no estancarse y, por el contrario, analizar en qué se falló, corregir y transformar esa debilidad en fortaleza, algo que Pablo Rojas entendió.
En la actualidad, goza de un maravilloso momento, tanto en lo deportivo como en lo personal. A sus 31 años, se convirtió en referente, ídolo y capitán de Jaguares, siendo una pieza clave del equipo adentro y afuera de la cancha. Asimismo, en la ciudad de Montería encontró tranquilidad para él y su familia, algo que es "importante también y te da paz" en el día a día.
Sin embargo, llegar a ese punto no fue nada fácil, empezando porque, en sus inicios, sus padres no pasaban por su mejor momento en lo económico; aún así, siempre se la rebuscó y encontró en el fútbol la fórmula o solución para superar esas dificultades. Pero llegaron más tropiezos y esta vez por malas decisiones. El talento estaba y era claro, pero la cabeza no.
"De joven cometí muchos errores" fue la frase que utilizó, en entrevista con Gol Caracol, para contar que muchas veces no atendió los consejos que le dieron, se dejó llevar por lo que no era, pagando la rebeldía de la juventud, e incluso quedó sin equipo. Prácticament, tocó fondo, pero encontró un 'salvador', quien lo guió, ayudó, empujó y volvió a salir adelante.
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La vida le dio una nueva oportunidad, gracias, en gran medida, a su cambio de mentalidad y forma de ver las cosas. Desde ahí, fue para arriba. Vistió las camisetas de Real Santander, Atlético Bucaramanga, Uniautónoma, Independiente Santa Fe, Once Caldas y Jaguares, siendo este último, el club en el que mejor le ha ido. Allí, estuvo de 2017 a 2019 y regresó en 2021.
Ya son 181 partidos con la camiseta de los 'felinos', brindando 22 asistencias y marcando 43 tantos, convirtiéndose en el máximo goleador histórico del equipo. Además, es visto como un ejemplo a seguir para los más jóvenes de la plantilla y el amor de los hinchas hacia él es evidente, fecha tras fecha. Esto le ha abierto puertas y, como él lo dijo, "se vienen cositas".
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En esta entrevista, recordó ese complejo pasado, hizo un balance del equipo en el primer semestre de 2023, donde con 17 partidos, marchan en el puesto 14, con 18 unidades y una diferencia de gol de -3, habló de la clave de su buena carrera y dejó claro que espera tener una revancha en el 'cardenal', donde pudo haber dado más. También sueña con ser campeón.
¿Qué balance hace de Jaguares en la Liga I-2023?
"Ha sido un poco complicado, no era lo que esperábamos. Faltando varias fechas, las opciones de clasificar son mínimas y, por ese lado, triste. Jaguares siempre se ha caracterizado por hacerse fuerte de local, pero este semestre no se respetó la casa como se esperaba y ahí fue donde se nos escapó el ingreso a los ocho, que es lo que todos queremos y buscamos".
¿Cuáles pudieron haber sido esas fallas puntuales?
"Considero que más que todo fue errores puntuales, que cometimos a lo largo del semestre y no pudimos corregir, como el hecho de recibir muchos goles a pelota quieta y eso costó. No pudimos sumar los puntos necesarios para seguir firmes en la pelea y todo se fue tornando muy complejo, pero, seguramente, vamos a rematar bien lo que queda del semestre".
Eso a nivel grupal, pero, ¿En lo personal?
"Creo que fue un buen semestre, pude anotar, hacer buenas presentaciones, aportar en la creación de uno que otro gol y eso es importante porque firmé buenos partidos. Ahorita, espero seguir aportando mi granito de arena, no solo desde la labor de capitán, sino también en lo estadístico, con aportes en lo deportivo y el rendimiento del equipo para levantar".
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¿Cómo se define Pablo Rojas en el terreno de juego?
"Siempre trato de dar lo mejor en la cancha. Como jugadores que somos, hay días buenos y malos, pero lo que jamás hay que negociar es el hecho de darlo todo, no perder la actitud, entregarse al máximo y buscar la manera de destacarse para ayudar al equipo y uno quedar con la satisfacción de que se no se guardó nada a lo largo del juego, que es muy clave".
Nunca se esconde y siempre pone la cara, algo que no es tan habitual de ver...
"Quedo tranquilo porque, independientemente del resultado, cuando se da lo mejor, nunca hay que ocultarse, sino que se debe poner la cara, con la cabeza en alto y dar las explicaciones respectivas, ya que tienes la autoridad moral de que si no sale algo no fue porque no quisiste o faltó algo, sino por otras razones. Estoy tranquilo y seguro de que me esforcé harto".
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¿Qué tiene de especial Jaguares que se ha convertido en 'su casa'?
"Es la confianza que te brindan desde la parte directiva y también los diferentes cuerpos técnicos que han pasado, que me han respaldado y dado libertad para que haga lo que sé, me divierta, exponga mi juego y no olvide ese niño o el fútbol de barrio que uno hacía en sus inicios, pero ahora con una responsabilidad. Todo eso ayuda y permite sacar lo mejor de sí".
¿En qué aspectos ha crecido a lo largo de este camino?
"Conforme pasa el tiempo y los partidos, uno va adquiriendo madurez, responsabilidad, liderazgo y adquieres esa soltura que se necesita para uno crecer y dar pasos en el fútbol. No es una tarea fácil y depende mucho de uno, entonces eso se va aprendiendo. Y no solo en Jaguares, que sí me ha aportado mucho, pero también en los clubes donde estuvo y la vida".
¿Cuál ha sido la clave del éxito en su carrera?
"Más allá de ese talento y demás, lo que importa es el trabajo diario, prepararse de la mejor manera, siendo consciente de que Montería no es una plaza fácil, el clima complica un poco las cosas, entonces entendiendo eso y dándolo todo, la clave también es el cuidado para evitar lesiones, siendo riguroso y siguiendo las recomendaciones de los que saben de eso".
¿Cómo es ser líder, capitán y el referente del equipo y de sus compañeros?
"Desde que llegué, siempre me han dado confianza. Los compañeros, ya sea que estaban de salida o se quedaban o no se habían ido y seguían desde la primera etapa, me dijeron que afrontara el reto, pusiera el pecho e iba a quedar al frente de esto en la plantilla. Eso fue muy lindo, lo entedí, asumí la responsabilidad y se los agradezco en la cancha y hablando".
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¿Qué tal fue ese proceso de adaptación?
"No me dio tan duro. Ya había jugado en Barranquilla, con Uniautónoma, soy de tierra caliente en Apartadó, Antioquia, así que no tuve tanto inconveniente. Desde pequeño me acuerdo que me acostumbré a jugar con ese sol fuerte, entonces no hubo lío, más allá de que igual siempre costará. Pero ya ahorita bien o pueso eso creo que el clima ya no 'pega' (risas)".
¿Cómo se siente su familia en Montería y qué le dice?
"Ellos muy contentos y tranquilos que, a la final, es lo más importante. Montería es una ciudad que, desde que llegué, nos ha tratado bien. Acá nadie se mete con nadie, todos son muy buenos seres humanos, se puede trabajar sin problema y no te están buscando la 'caída' ni nada. Estamos bien y eso para uno, como profesional, es importante también y te da paz".
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Real Santander, Bucaramanga, Uniautónoma, Santa Fe, Once Caldas, Jaguares, ¿En qué equipo pudo haber dado más y no fue posible?
"En Atlético Bucaramanga, cuando estuvimos peleando el ascenso, me fue bien; en Uniautónoma fue poco tiempo, pero lo hice de gran manera. Ahora, donde quedé con la 'espinita' de que pude haber hecho más fue en Independiente Santa Fe y espero que algún día pueda tener esa revancha y hacer las cosas mejor, con mayor madurez, experiencia y alto nivel".
¿Cuáles son esos grandes sueños que tiene?
"Uno como todo jugador quiere salir campeón, ese es mi sueño a corto plazo, y espero conseguirlo. Ahora, hay unas cosas para mitad de año que se están 'cocinando' (risas), así que espero que se puedan concretar con la ayuda de Dios y si se da sería lindo porque significaría un salto de calidad en lo personal. Se sigue trabajando para crecer y dar lo mejor día a día".
¿Se pueden saber esas "cositas"?
"No, todavía no (risas), es mejor esperar. Soy una persona, no reservada, pero sí que le gusta manejar las cosas con mucha prudencia y más en este tipo de casos que todos sabemos que cada detalle cuenta. Hay que ir con calma y aguardar este desenlace. Lo importante es que hay cosas y eso llega gracias también al buen trabajo que se viene haciendo día a día".
Hablamos del presente y del futuro y, ahora, recordemos un poco, ¿Qué consejo le daría a ese Pablo Rojas de los inicios?
"Como ser humano y en especial de joven, en esos tiempos, sin nadie que lo guíe a uno o te aconseje o de una palabra, se hace difícil. Al ser futbolista, te dedicas a jugar y eso te lleva a alimentarte bien, prepararte bien, estudiar, en fin, son cosas positivas, pero al no tener quién te lleve de la mano, también hace que puedas caer en cosas malas o que no deberías".
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En la actualidad, ¿Qué piensa de eso?
"Como joven cometí muchos errores, de los cuales me arrepiento. Entonces a ese Pablo Rojas de esa época, le diría que no haga eso. No debí haber entrado en malos pasos y, por el contrario, escuchar a otros, dejarme guiar por las personas que me querían y buscaban lo mejor para mí, tomar consejos que muchas veces me dieron y que tal vez no quise aplicar".
Si podemos saber, ¿Qué tipo de situaciones vivió?
"La verdad no me gusta mucho recordar eso o enfatizar; ahora, en la actualidad, con mayor madurez, pienso y digo: '¿Por qué no hice esto o aquello?, ¿Por qué no me deje guiar?, ¿Qué hizo falta para entender muchas cosas?'. Entonces todo fue una serie de aprendizajes eso sí, pero que se pudieron haber evitado y con eso es con lo que me quedo para hoy en día".
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¿Qué o quién lo ayudó en ese momento para que 'aterrizara'?
"Siempre le agradeceré al profesor Víctor Hugo González, quien tuvo a cargo al Real Santander. Hubo un tiempo donde no se me dieron las cosas, me quedé sin jugar, pero me radiqué en Bucaramanga y, allí, fue donde me dio la mano, guiando mis pasos, me ayudó a conseguir trabajo. De su sueldo y plata, me ayudó, pensando en mi beneficio. Le agradezco tanto".
¿Alguien más?
"Al presidente de la Liga Santander, en ese entonces, Jaime Ordoñez, quien también me empujó y no dejó que me cayera. A esas personas les estoy eternamente agradecido. En general a la ciudad de Bucaramanga, que me acogió de pequeño y siempre trató de aportar mucho en mí, creyendo en mi talento, confiando y nunca dejándome a la deriva, pese a todo".
¿Cuáles palabras se le quedaron 'grabadas' para siempre?
"El profesor Víctor Hugo siempre me decía que pensara en mi familia, el futuro de mis padres y mi carrera. No estábamos económicamente bien en ese entonces, no teníamos cómo mantenernos ni para una alimentación o estadía bien, así que me decía que pensara en eso y luchara por salir adelante y sacar a mis padres y, en general, en un futuro más que bueno".