En los últimos días, César Farías quedó en el ojo del huracán tras agredir a dos jugadores del Delfín, en pleno partido contra Aucas, por la Liga de Ecuador. Tras esta situación, el experimentado estratega venezolano recibió una sanción de 14 meses, por conducta violenta.
De este modo, el entrenador, con pasado en la selección de Venezuela y la de Bolivia, terminó firmando su llegada al Águilas Doradas, donde aprovechó para referirse a lo ocurrido aquel 11 de junio y cómo se encuentra tras lo sucedido.
"Estoy muy feliz de estar acá en Colombia, feliz con lo bueno y lo malo que viví en Ecuador. Tengo 30 años de carrera, he estado muchas veces en el ojo del huracán, he tenido la capacidad de superar lo bueno y lo malo para seguir de pie, seguir trabajando, luchando. Soy un hombre de familia, de principios y de valores. Nunca ha sido la imagen que he querido dar", expresó de entrada.
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Y agregó, "en el plano social asumí mi responsabilidad de la reacción que tuve ante un impacto y que lógicamente quedé aturdido, como lo he explicado en cada una de mis entrevistas y en las disculpas públicas que le di a la sociedad ecuatoriana".
En otra de sus intervenciones se refirió a la severidad del castigo que recibió, "yo me he convertido en un entrenador que genera sensaciones, para algunos positivas y para otros negativos. He visto otros actos muchos más duros, como la confrontación entre México y Estados Unidos, que no han sido tan publicitadas o se han utilizado de otra manera. Eso no significa que me esté justificando, porque no la tiene, más allá de que el fútbol es un deporte que genera esas sensaciones".
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Por otro lado, aprovechó para resaltar algunas de sus cualidades, "psicológicamente, soy un hombre muy estable, me gusta la competencia, me entreno de lleno en los equipos que estoy y después tengo muchas cosas por decir. He dirigido 215 partidos internacionales y no he recibido ninguna suspensión. Pero eso queda en el pasado como todas las cosas negativas que pueda vivir un ser humano. Debo asumirlo con responsabilidad y con el criterio necesario para que no se repita".
Y concluyó con respecto a su llegada a Águilas Doradas, "hay unas personas que confiaron en mí, entonces yo vengo a trabajar con pasión, dedicación y me gustaría dejar eso atrás, que se me juzgue pro lo que pasa acá y no por lo anterior. Además, no lesione a nadie, las imágenes están sacadas de contexto, no es justificable, lo repito, pero yo no soy un delincuente, jamás he usado un arma, jamás he estado preso, jamás he infringido la ley y sé que mi actuación no fue la correcta, espero que el fútbol colombiano pueda aprovechar toda la experiencia que he ido acumulando con los años. Tengo el compromiso de hacer bien las cosas, venir a trabajar y defender mi institución, tratando de sortear los problemas de la mejor manera".