En el mercado de fichajes se hacen muchas apuestas sobre los jugadores que son llamados a ser las nuevas estrellas del fútbol mundial. En el 2007, el Manchester apostó por Anderson Luís de Abreu Oliveira, para que pudiera ser su nuevo diamante en bruto, luego de gastar 30 millones de euros por el pase del jugador, cuando tenía tan solo 19 años.
Si bien en el 2008 se quedó con el premio que galardona al mejor jugador joven, el Golden Boy, este no tuvo el rendimiento que se esperaba en los 'diablos rojos'. Según revelaron hace poco los gemelos da Silva, que hicieron parte del Manchester United, la caída en el desempeño de su excompañero se debió a las hamburguesas.
Según relataron en su autobiografía: "Podíamos ir en el autobús del equipo, pasar por una estación de servicio en la autovía y escuchar a Anderson salta y gritar de manera impulsiva: 'McDonald's, McDonald's'" expresó Fabio.
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Y agregó, "Tuvo muchos problemas de lesiones de importancia, además de sus problemas a la hora de comer en la manera en que lo hacía, esto comenzó a afectarle. No era una coincidencia que su mejor forma llegase cuando encadenaba muchos partidos de manera consecutiva, porque en esos momentos no podía comer tanto".
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Por otro lado, rescató el talento que manejaba su compatriota y que en caso de que hubiera tenido una mayor disciplina, podría haber sido el mejor de todos. "Diré algo sobre Anderson, si hubiera sido un futbolista más profesional, podría haber sido el mejor del mundo. Digo esto totalmente en serio. no sé si se tomó algo en serio alguna vez. Simplemente le encantaba la vida fácil y sencilla" afirmó Fabio da Silva.