La selección escocesa de fútbol se situó como nuevo líder del grupo 1 de la Liga B de la Liga de Naciones , tras imponerse este miércoles por 3-0 a Ucrania, en un encuentro en el que los locales encontraron premio a su mayor empuje ante un apático conjunto ucraniano.
Confiado, quizá, por la notable superioridad que mostró en su última visita a Glasgow, el equipo ucraniano careció de la intensidad que le permitió imponerse por un claro 1-3 al cuadro escocés el pasado mes de junio en las eliminatorias de clasificación para el Mundial de Qatar.
Una circunstancia que permitió a los locales adueñarse del encuentro en una primera mitad en la que los jugadores escoceses salieron victoriosos en la disputa de cada balón dividido.
Si por entrega, trabajo e intensidad no se pudo poner ningún pero a los de Steve Clarke, la falta de precisión y, sobre todo, la precipitación de los internacionales escoceses en las inmediaciones del área dejaron en nada el dominio local.
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Lo que no impidió a Escocia gozar de alguna que otra buena ocasión, la más clara a los 23 minutos en un remate desde la frontal del área de Stuart Armstrong que resolvió con una gran intervención el guardameta ucraniano Anatolii Trubin.
Si a Escocia le faltó calidad en los metros finales, Ucrania apenas dejó ver el talento que atesoran jugadores como Andriy Yarmolenko, desaparecido todo el primer tiempo, o Ruslan Malinovskyi, que apenas dejó alguna que otra pincelada.
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Hecho que limitó el ataque ucraniano a la velocidad del joven atacante Mykhailo Mudryk, que volvió a mostrar las buenas maneras que ya mostró la pasada semana en la Liga de Campeones precisamente ante el Celtic de Glasgow escocés.
Sin embargo la verticalidad de Mudryk, jugador del Shakhtar Donetsk, no fue suficiente para contener el empuje de Escocia en el arranque de una segunda mitad, en el que los locales volvieron a adueñarse del encuentro.
Pero si en el primer período a los locales les faltó claridad en el último pase, en el segundo carecieron de acierto ante la portería rival.
Hasta en tres ocasiones rondó Escocia el gol, pero ni Che Adams, que primero estrelló un balón en el larguero y posteriormente envió a los pies del portero un balón que parecía destinado sí o sí al gol, ni Stuart Armstrong, que con todo a su favor envió la pelota fuera de los tres palos, lograron abrir el marcador.
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Un gol que llegó finalmente para el equipo escocés a los 70 minutos de juego, en una jugada en la que John McGinn le ganó por intensidad la partida a toda la zaga ucraniana.
El centrocampista del Aston Villa se mostró más agresivo que su par en la lucha por un balón rebotado dentro del área y firmó el 1-0, que premió la mayor ambición del conjunto local.
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Una Escocia que selló definitivamente la contienda con dos goles de Lyndon Dykes, que demostró a los 80 y 87 minutos el poderío en el juego aéreo del equipo local, al rematar a las redes dos saques de esquina.