La primera ministra francesa, Elisabeth Borne, reconoció este viernes que lo ocurrido en la final de la Liga de Campeones fue "una situación inaceptable" que no debe repetirse y anunció una serie de medidas en las que la prioridad será la seguridad de los espectadores sin recurrir a la fuerza contra ellos.
Borne, que recibió este viernes un informe administrativo que había encargado, indicó en un comunicado de su gabinete que ha pedido que se apliquen inmediatamente sus recomendaciones, entre las que está la sistematización de un sistema de entradas seguras, lo que da a entender que dejarán de utilizarse las de papel.
El informe del Delegado Interministerial de Grandes Acontecimientos Deportivos (DIGES), que se hace público en un ejercicio de transparencia, "analiza las razones, las fragilidades y los fallos que condujeron a la situación inaceptable de la noche del 28 de mayo" en que se enfrentaron el Real Madrid con el Liverpool en el Estadio de Francia de la ciudad de Saint Denis.
Establece cinco ejes de recomendaciones que plantean la posibilidad, si es necesario, de constituir "una instancia de pilotaje nacional" para ese tipo de acontecimientos, pero sobre todo establecen como "el primero de los objetivos" y el primer deber de los implicados "garantizar la fluidez del acceso y la seguridad del público".
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"Todo debe estar previsto, coordinado y anticipado para garantizar la seguridad de los espectadores y privilegiar la calidad de su experiencia, sin que sea necesario recurrir a los medios de mantenimiento del orden".
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Una forma indirecta de criticar el uso que se hizo por parte de las fuerzas del orden francesas de los gases lacrimógenos y de otras medidas represivas contra los aficionados en los alrededores del Estadio de Francia.
En el informe administrativo se pone el acento en que hay que prevenir de forma coordinada y "sistemáticamente" los riesgos derivados de los movimientos de multitudes o de "actos de delincuencia" contra las personas y contra los bienes.
Una referencia a los robos y agresiones que sufrieron cientos de aficionados españoles y británicos en los alrededores del Estadio de Francia antes y después del encuentro.
En su nota, la primera ministra lamenta particularmente lo ocurrido en la final de la Liga de Campeones porque ha afectado "a la imagen de Francia", cuando según su versión el país "dispone de una experiencia incontestable y probada en materia de organización de grandes acontecimientos internacionales".
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En la mente de todos está el hecho de que este país organizará la Copa del Mundo de Rugby de 2023 y, sobre todo, los Juegos Olímpicos de 2024 en París, en los que el Estadio de Francia tendrá un papel protagonista.
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Más allá de estas recomendaciones, el Gobierno es objeto de duras críticas no solo por la gestión de la noche del partido, sino por las explicaciones que dio inmediatamente después, en las que básicamente responsabilizó del caos en el Estadio de Francia a entre 30.000 y 40.000 hinchas ingleses que supuestamente acudieron con billetes de papel falsificados para intentar colarse.
Uno de los apéndices del escándalo son las imágenes de las 220 cámaras del Estadio de Francia, que según reconocieron las autoridades, se borraron automáticamente al cabo de una semana, oficialmente porque no las solicitó la Justicia, que era la que podía evitar su destrucción.
El Ministerio de Justicia debe explicar esta tarde cuáles son las imágenes que se han borrado y las razones precisas para que hayan desaparecido.
Se sabe que hay otras imágenes de cámaras situadas en las calles que están a disposición de la Prefectura de Policía.