La situación económica del Barcelona era delicada antes de la aparición de la pandemia del coronavirus y esta se ha acabado de agravar por culpa de ella, como quedó reflejado en la rueda de prensa telemática que el vicepresidente económico Jordi Moix ofreció esta semana.
"Lo más preocupante, junto con el nivel de deuda, es que en un año se ha perdido un 10% más de los beneficios antes de impuestos de los cinco años previos", asegura Albert Deulofeu, economista que formó parte de la candidatura de Toni Freixa en las elecciones a la presidencia del Barcelona de 2015 y uno de los expertos que analiza para EFE la situación económica del club azulgrana.
Deulofeu expone que "la pérdida de 135 millones de ingresos impacta en 117 millones de euros negativos en el resultado de explotación (128 negativos antes de impuestos) y los beneficios de los cinco ejercicios previos antes de impuestos fueron de 120".
"Y eso que la COVID-19 ha impactado solo durante 3 meses y medio de los 12 que tiene el ejercicio. En cambio, en la 2020-2021 impactará en los 12 y al final del ejercicio el club se puede encontrar con una situación crítica si no se renegocian, por ejemplo, las condiciones económicas de las plantillas profesionales", añade.
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Precisamente TV3 desveló este martes que el Barcelona creará una Mesa de negociación para rebajar salarios a jugadores profesionales y a trabajadores del club.
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David Valero, economista e investigador del fútbol, relata por su parte que "el Barcelona es el club que más factura en el deporte mundial y, al mismo tiempo, es incapaz de generar beneficios y que esto "se explica por una gestión poco acertada de la entidad".
Valero alerta de que el Barcelona tiene los contratos de Nike (105 millones de euros anuales más variables) y Rakuten (55 millones de euros anuales), "que están en máximos históricos", y que a pesar de eso "no consigue generar beneficio en su actividad ordinaria".
Moix anunció que la entidad azulgrana cerró el ejercicio 2019-2020 con 97 millones de euros de pérdidas después de haber dejado de ingresar 203 millones a causa de la pandemia. Sin esta circunstancia, el Barcelona calcula que hubiese acabado el ejercicio con 2 millones de beneficios.
En este sentido, Valero opina que el Barça "ya hace años que arrastra una incapacidad para generar caja", lo que en términos financieros se traduce en "una rentabilidad bajísima del club".
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"Y, además, con un añadido preocupante: los pocos beneficios que generó en los últimos años fueron fruto de operaciones de compraventa de jugadores y, en algunos casos, con precios ficticios como tuvo lugar en el intercambio entre Arthur y Pjanic", apunta.
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En la misma línea se expresa Deulofeu, quien explica que "a pesar de que el volumen de ingresos ha ido creciendo, la estructura de gasto del club lo ha hecho en un porcentaje superior".
"Así, cada año se ha hecho más necesario generar beneficios en la venta de los jugadores para poder cuadrar las cuentas. Si hace unos años al Barcelona le bastaba con generar unos beneficios anuales en venta de jugadores de entre 10 y 15 millones, acumula unos años en los que ha tenido que generar una cifra superior a 100", añade.
Otro dato que anunció Moix fue que el Barcelona logró ahorrar 74 millones de euros gracias al esfuerzo en el control y la reducción de los gastos para hacer frente a la caída de ingresos durante la pandemia. De estos 74 millones, 35 son fruto de los acuerdos de reducción de los salarios deportivos y los ERTES negociados y aplicados durante la temporada 2019-2020.
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Respecto a la deuda del club, el vicepresidente económico anunció que a día de hoy se sitúa en los 820 millones de euros. "Pero en esta cifra no está todo el pasivo. Seguramente la deuda total llega perfectamente a los 1.200 millones", se queja Valero.
La cantidad de la deuda provoca que al economista le parezca "inoportuno" plantearse asumir un macrocrédito como el que propone el Barcelona con Goldman Sachs.
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La operación consiste en un préstamo de 725 millones de euros para financiar el Espai Barça que la entidad deberá devolver a partir del 2025 durante 25 años en cuotas de 50 millones anuales (un total de 1.250 millones) generados con los beneficios extras que tendrá el estadio una vez esté remodelado.
"Cabe la posibilidad de que no se genere este dinero, porque desconocemos cómo estará la industria del fútbol durante los próximos años. ¿Y qué sucedería si el préstamo quedara como fallido? Moix (quien también es el Comisionado del Espai Barça) dijo una cosa inquietante: que en ese caso Goldman Sachs nombraría un consultor comercial. ¿Eso quiere decir que la explotación del estadio pasaría a manos de Goldman Sachs, que se convertiría en el propietario del Camp Nou?", se pregunta Valero.
En cambio, Deulofeu es menos alarmista respecto al Espai Barça: "El proyecto, tal como está planteado, prevé que la remodelación del espacio del Camp Nou y su entorno provoquen un incremento en la generación de ingresos y beneficios que permitiría no solo financiar el Espai Barça, sino también tener más recursos en la actividad ordinaria del club".
Pero, de todas maneras, puntualiza, "la pregunta es si en estos momentos es una previsión que se puede mantener y durante cuánto tiempo, porque una operación de este alcance genera dudas desde el punto de vista del estado actual de la economía del club".
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El 25 de octubre, si la pandemia lo permite, el Barcelona celebrará la Asamblea de Compromisarios. En la misma se deberán aprobar las cuentas del ejercicio 2019-2020 y el presupuesto del curso 2020-2021 que, de momento, está fijado en unos ingresos de 791 millones de euros.