La cuenta regresiva para el Super Bowl de la NFL dio inicio con un inédito bajo perfil debido a la amenaza de la pandemia del COVID-19, que impide la presencia de las multitudes que suelen rodear al gran espectáculo deportivo estadounidense.
A cinco días de que los Tampa Bay Buccaneers de Tom Brady intenten destronar el domingo a los Kansas City Chiefs de Patrick Mahomes, jugadores de ambos equipos participaron en unas conferencias de prensa totalmente diferentes a lo habitual.
En lugar de subirse a un gran escenario en un estadio abarrotado de aficionados, con música rock y pirotecnia, las estrellas del fútbol americano respondieron esta vez a las preguntas via Zoom, sin siquiera ver las caras de los periodistas, con cada equipo resguardado en sus propias instalaciones.
"Un día de medios loco. Estoy sentado aquí en una sala vacía. Es muy diferente a las otras nueve experiencias", reconoció Tom Brady, de 43 años, quien jugará su décimo Super Bowl en busca del séptimo campeonato.
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La estrella rival, Patrick Mahomes, se mostró igualmente sorprendido por el contraste respecto a las festividades del año pasado, cuando acabó siendo el Jugador Más Valioso (MVP) del triunfo de los Chiefs ante los San Francisco 49ers.
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"Del año pasado a ahora, esto es muy diferente", coincidió Mahomes que, con 25 años, será el mariscal de campo más joven en disputar dos veces el Super Bowl.
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En otro cambio respecto a la tradición de la NFL, que marca que los equipos participantes llegan a la ciudad anfitriona con varios días de antelación, en esta ocasión los Chiefs permanecerán en Kansas City hasta el sábado, cuando volarán a Tampa (Florida).
Los Buccaneers, por su parte, serán el primer equipo en la historia que tendrá la ventaja de jugar la final en su casa, si bien su estadio no podrá llenarse de aficionados debido a las restricciones por la pandemia.
"Es todo muy único", dijo Brady. "Estoy feliz en mi propia cama, feliz comiendo cosas buenas en casa".
"No tengo que viajar, empacar mi ropa y todas las demás tonterías. Creo que se pueden sacar cosas muy positivas de todo esto", afirmó el veterano 'quarterback', quien volvió a dejar abierta la puerta a seguir compitiendo en la NFL más allá de los 45 años.
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"Sí, definitivamente lo consideraré", avanzó Brady, que tiene una temporada más de contrato en Tampa. "Creo que sabré cuando es tiempo de irme. No sé cuándo será, pero creo que sabré cuando he dado todo lo que podía a este juego".
En contexto:
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El drástico recorte de la NFL implicará muchos menos festejos en esta semana del Super Bowl con eventos para los aficionados de formato menor, que se celebrarán al aire libre y con grandes restricciones.
En el actual contexto social y sanitario estadounidense, con más de 440.000 fallecimientos y 26 millones de contagios del virus, algunas grandes compañías anunciaron que este año no emitirán sus icónicos anuncios televisivos en el Super Bowl, destinando ese millonario presupuesto a otras causas.
La pandemia también ha obligado a reducir en cerca de dos tercios el aforo del Raymond James Stadium de Tampa hasta ocupar solo 22.000 asientos.
Unas 7.500 de esas entradas se han entregado a trabajadores sanitarios que ya están vacunados y otras 14.500 se pusieron a la venta al público mediante un sistema de lotería.
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La pandemia también acecha la preparación de ambos equipos para la final. El lunes, los Chiefs tuvieron que colocar al receptor abierto Demarcus Robinson y al centro Daniel Kilgore en la lista de reserva por COVID-19 después de confirmar que tuvieron contacto con una persona contagiada de coronavirus.
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Ambos jugadores todavía no están descartados para el choque pero tendrán que cumplir cinco días consecutivos con pruebas negativas de COVID-19.
"El problema es que se está luchando contra el hombre invisible", dijo el técnico de los Chiefs, Andy Reid. "Son gérmenes, y son difíciles de ver. Te atrapa cuando menos lo esperas, y lo estamos viendo en todo. Es algo desafortunado".