Desde los aeropuertos al transporte, París afronta un importante reto logístico y organizativo de cara a los Juegos Olímpicos que acogerá en 2024 y que marcará la imagen de Francia en el mundo.
El desafío es colosal. La organización presentó estos Juegos como los primeros que trasladarán a los espectadores a los sitios de competición en transporte público para limitar la huella carbono.
En total, se esperan siete millones de espectadores entre el 26 de julio y el 11 de agosto para la cita olímpica, y tres millones entre el 28 de agosto al 8 de septiembre para los Juegos Paralímpicos.
El problema es que estos espectadores se concentrarán en 25 sitios, lo que provocará picos de afluencia varias veces al día que el transporte público no está acostumbrado a gestionar.
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En el Stade de France, al norte de París, se esperan hasta 1.000 personas por minuto durante varias horas y la línea 9 del metro, que une varios sitios olímpicos, podría registrar una gran afluencia.
"Es una situación bastante inusual", reconoció en marzo Laurent Probst, director general de la autoridad gestora de los transportes en la región de París, IDFM.
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Esta proyecta un aumento del 15% de la oferta de transporte y espera convencer a conductores, agentes y empleados de mantenimiento para que aplacen sus vacaciones y trabajen durante los Juegos.
Dudas y atascos
Pero las dudas sobre la organización planean. Los trabajos de mantenimiento de cara a la cita olímpica han provocado en los últimos meses numerosas interrupciones del servicio de metro y autobuses.
El 14 de junio, cientos de pasajeros quedaron además varias horas atrapados con un calor sofocante en los túneles de la línea 4 del metro, que conecta varias de las principales estaciones de trenes de París.
Una investigación concluyó el jueves que a los viajeros no se les informó debidamente y que se les evacuó demasiado tarde, lo que relanzó el debate sobre la difícil gestión de los imprevistos.
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Circular en auto en París será además "muy complicado", alerta el entorno de la alcaldesa Anne Hidalgo. Los "carriles reservados", sobre todo en el bulevar que rodea la capital, lo dificultará aún más.
Del 1 de julio al 15 de septiembre, 185 kilómetros de carreteras de la región de París se reservarán a los vehículos de los atletas, autoridades, fuerzas de seguridad, socorristas y periodistas.
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Los ciclistas podrán beneficiarse en cambio de los 50 kilómetros de nuevos carriles bici que conectarán los sitios olímpicos. Estas "olimpistas" contarán con 10.000 plazas para aparcar las bicicletas.
Aeropuertos
La principal puerta de entrada --y escaparate del país-- durante los Juegos será no obstante los aeropuertos, pero el desafío no es tanto el número de visitantes como sus necesidades especiales.
Kayaks, bicicletas, pértigas... "un volumen de equipaje sobredimensionado al que nunca se está acostumbrado", explica Jérôme Harnois, prefecto delegado de los aeropuertos de París.
Un equipaje perdido puede provocar incluso la retirada de un atleta, lo que supondría una publicidad negativa cuando todos los focos estarán puestos en Francia.
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A nivel de las conexiones, la prolongación de la línea 14 del metro, que unirá el aeropuerto de Orly (al sur de París) con las instalaciones olímpicas al norte de la capital, representa un avance.
Pero la mejora de las conexiones ferroviarias con el aeropuerto de Roissy-Charles de Gaulle (al noreste de París) no estará lista a tiempo, dejando el ya saturado tren de cercanías RER B como alternativa.
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Como el acceso por carretera es un punto débil, habrá una "fuerte regulación" de la circulación de autobuses "para evitar un desmadre", según Renaud Duplay, de la gestora Aeropuertos de París (ADP).
Entre las incertidumbres figura qué harán los turistas que no asisten a los Juegos, si aplazarán su viaje como algunos hicieron en los de Londres-2012.
Respecto a los atletas, ADP prometió una atención especial cuando lleguen. "Iremos a buscarlos a la salida del avión y los acompañaremos hasta el autobús", según Harnois.
Los deportistas seguirán rutas prioritarias dentro de las terminales y podrán recoger además sus acreditaciones. Además, se facilitará el paso por los controles de la policía de fronteras.
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"Nos jugamos mucho para que el verano de 2024 se desarrolle con normalidad y ofrecer el mejor rostro de Francia", indicó a la AFP la directora general de Air France, Anne Rigail.