Para nadie es un secreto que una de las máximas estrellas de la Selección Colombia femenina es Linda Caicedo, quien a su corta edad ha logrado catapultar su carrera deportiva hacia lo más alto.
En poco tiempo, ha sido considerada como una de las mejores futbolistas a nivel mundial y actualmente es parte importante de uno de los clubes más grandes de la historia: el Real Madrid, en donde tiene el título de 'crack' total.
Y es que el estrellato para Linda Caicedo llegó muy rápido y aunque ya tiene varios éxitos en su palmarés, Mauricio Caicedo, su padre, le ha pedido encarecidamente que no pierda nunca la humildad, algo fundamental para su carrera, pues esto se lo ha inculcado desde mucho antes de que iniciara su carrera como deportista.
"Le pido a Linda que siga siendo la misma. La humildad no tiene precio, eso es importante. Siempre se lo hemos inculcado: puede estar en la cúspide, pero la humildad nunca debe perderse. La idea es que siga cosechando frutos y siendo un ejemplo", manifestó su padre, con notable sentimiento en sus palabras en entrevista para '90 Minutos'.
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Aprovechando la ocasión, Mauricio decidió remontarse a aquellos momentos cuando Linda ya mostraba esos destellos de pasión por el fútbol, contando que, para una navidad, prefirió comprar unos guayos y una pelota, sobre una bella muñeca. "Una vez pasé por una tienda y vi una muñequita hermosa, divina, y pensé en comprársela a mi hija. Era el 22 de diciembre, así que llegué a casa y le dije a mi esposa que vistiera a la niña, porque íbamos a comprar una muñeca. La vistió bien y nos fuimos a buscarla. Cuando llegamos a la tienda, le dije a mi hija que esa muñeca era para ella", contó en primera instancia.
"Pero ella me respondió: 'Papá, no quiero una muñeca, quiero un balón y unos guayos para jugar fútbol'. Me sorprendió mucho, así que le dije a mi esposa: 'No, pero fútbol y la muñeca, mejor comprémosle la muñeca'. Sin embargo, mi esposa me dijo: "Si ella no quiere la muñeca, ¿para qué comprarla?". Entonces, tuve que cambiar la muñeca por el balón y los guayos", añadió a su relato el padre de Linda Caicedo.
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Ahora, todo aquello hace parte de una bella anécdota de la cual tanto Linda, como su padre, se ríen, pues lo que ese balón y esos guayos terminaron significando para ella, lo ha sido todo, pues ahora de esos dos particulares objetos es su mejor amiga.