El estadio Maracaná de Río de Janeiro, escenario de la final de la Copa Libertadores de 2023, anunció que, a partir del próximo sábado, cerrará sus puertas temporalmente para revertir los "daños causados" al césped por la acumulación de partidos.
La emblemática cancha brasileña "sufrirá una parada técnica en los próximos días para la recuperación del césped", según informó la administración del recinto en una nota divulgada este martes.
El césped del feudo carioca presentó un aspecto pésimo el pasado fin de semana, cuando albergó dos partidos de la Liga brasileña, el Fluminense-América Mineiro y el Vasco da Gama-Atlético Mineiro, en un intervalo "de menos de 15 horas".
El Vasco solo consiguió jugar en el Maracaná, tradicionalmente usado por Flamengo y Fluminense, después de una decisión judicial favorable.
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"Hasta el momento se han jugado 55 partidos (este año), lo que hace del Maracaná el estadio más utilizado del país", señaló la administración, que recordó que "los estadios europeos reciben una media de 30 encuentros por temporada".
También subrayó que durante el invierno austral "hay una menor incidencia de luz" y las "temperaturas son más bajas", factores que también contribuyen al deterioro más acelerado del tapete.
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"Teniendo en cuenta que los daños causados no pueden ser recuperados sin una paralización, a partir del día 26 promoveremos la interrupción de las actividades del estadio para posibilitar la plena recuperación del césped", explicó.
Hasta ese día, el Maracaná albergará dos partidos más: el Fluminense-Olimpia, correspondiente a la ida de los cuartos de final de la Libertadores, y el Flamengo-Internacional, que abrirá el mismo sábado la vigésimo primera jornada de la Liga brasileña.
La administración del estadio que acogerá el 4 de noviembre la final de la Libertadores no informó el tiempo que permanecerá cerrada la cancha, pues aún debe realizar una serie de "evaluaciones para la elaboración de una planificación de las etapas de trabajo"