Marco Van Basten, hoy con 56 años, fue un delantero que se convirtió en estrella de la Selección Holanda en la década de los 80 y 90 y que tuvo momentos de gloria en clubes como el Milan, de Italia, que dejó recuerdo bajo la orientación del técnico Arrigo Sachi.
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Sin embargo y pese a su calidad, una lesión truncó su carrera y se tuvo que retirar relativamente joven: con 32 años. Ahora, el holandés lanzó su biografía y en las últimas horas le concedió una amplia entrevista a 'The Guardian', en la relató su drama a causa de las dolencias que tuvo que afrontar.
“fue realmente difícil porque pasé del más alto nivel en el fútbol al más bajo a nivel de felicidad personal. Hubo mucho dolor y problemas. Después de muchos problemas con las operaciones, cojeaba. No podía hacer nada sin dolor. Estaba realmente discapacitado y los médicos no pudieron ayudarme. Tenía un poco de miedo”, relató Van Basten.
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“Nunca llegué al baño antes de los 120 segundos. El umbral de la puerta era lo peor porque tenía que pasarlos sin que me tocara el tobillo porque el más mínimo roce me hacía morder los labios para no gritar de dolor", agregó el holandés.
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El otrora delantero contó cómo llegó a la decisión de colgar los guayos, ya que su cuerpo no respondió y el dolor lo venció.
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"Después de muchas operaciones y de ver a médicos de todo el mundo, lo intenté todo, pero no pudimos encontrar la solución. Hubo un momento en 1996 en el que tuve que decir: ‘Tengo que tratar de estar saludable’. Al principio, los médicos no me dieron buenos consejos. Seguí y seguí y el daño empeoró", finalizó Van Basten.